Nunca hubo euforia, pero la derrota pegó fuerte en Juntos
Todo fue muy extraño en el búnker de Juntos por el Cambio (JPC). En la imagen final, a las 21.30, hubo hasta lágrimas y una estampida de salida de los dirigentes nacionales que llegaron para acompañar a Rodrigo de Loredo, entre ellos los precandidatos presidenciales Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
“Los hice venir al pedo”, dijo en tono de broma el candidato a intendente, tras reconocer el triunfo de Daniel Passerini. Pero no se refería a la dirigencia nacional, sino a quienes habían llegado de distintas provincias alentados por la posibilidad de un triunfo.
“Las encuestas fallaron (pero) al revés”, comentó en ese discurso donde muchos de los rostros arriba del escenario no ocultaban la tristeza por el resultado.
Antes, en las tres horas previas contadas a partir del cierre de la votación, la situación en el salón de fiestas Alto Botánico fue variando. Hay que decir que ningún dirigente de peso cantaba, al menos ante la prensa, una victoria anticipada. El más arriesgado en ese sentido fue el jefe de campaña, Juan Negri. “Soy muy optimista”, dijo. Luego se encerró con las visitas a esperar la llegada de los datos al centro de cómputos propio montado en el lugar.
Hubo en ese sitio del oeste de esta Capital, y bajo un más que discreto servicio de lunch, una “cumbre” informal de la dirigencia nacional de JPC. Los primeros en arribar fueron Martín Lousteau y el precandidato a vicepresidente de Rodríguez Larreta, Gerardo Morales. Más tarde, llegó Bullrich quien, quizás previsora, advirtió que venía “a abrazar” a De Loredo, cualquiera fuera el resultado.
Minutos después, fue el turno del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todos valoraron la jornada electoral y la importancia electoral de esta provincia para la principal fuerza de oposición a nivel nacional. La pregunta obligada pasaba por si iba a existir en Córdoba una “foto de unidad”.
A partir de ahí se encerraron en una VIP donde, según el jefe del bloque de diputados de la coalición, Mario Negri, testigo del encuentro, todas las conversaciones fueron de circunstancia, es decir, sin temas de fondo y mucho menos discrepancias, como las que aparecen en la campaña rumbo a las Paso.
También estaban el presidente de la UCR y senador, Alfredo Cornejo; la diputada Laura Rodríguez Machado y el excandidato a gobernador Luis Juez, pero pasó prácticamente inadvertido.
Al rato, llegó De Loredo quien se integró a ese ámbito y les anticipó lo que sobrevendría: una derrota amplia, dura y dolorosa. Sólo Negri le puso matices y aguantó la parada al señalar que pese a todo, esa fuerza viene creciendo en Córdoba, aún contra “un nivel de virulencia repudiable” de parte del oficialismo y una junta electoral “ad hoc”.
Ese cónclave de JPC transcurrió así una hora más. Pese a que en la página del escrutinio provisorio no había un solo dato oficial, los dirigentes “de base” del radicalismo capitalino empezaban a recibir en sus celulares actas sueltas de distintos barrios.
“Estamos ganando en los barrios donde pensábamos que nos iría bien, pero es muy difícil de compensar la diferencia en las seccionales más populosas”, reconocía uno de ellos a medida que pasaban los minutos.
El dato de la baja participación, también era puesto sobre la mesa en esos momentos. De hecho, De Loredo lo comentó en su mensaje: “Nos aflige un poco que no se hayan expresado 500 mil cordobeses”, dijo.
Cuando los cuatro canales de televisión sintonizados en una pantalla gigante comenzaron a mostrar clima de festejo en el búnker de HUPC -en el Quorum Hotel- las imágenes cambiaron por placas partidarias y se presentía el final de la jornada.
Primero aparecieron sobre el escenario dirigentes cordobeses, luego subieron Larreta y Bullrich y el resto de la dirigencia nacional. Finalmente, la candidata a viceintendenta Soher El Sukaría y De Loredo. Ambos son diputados nacionales y fueron también electos como concejales.
Sin rodeos, admitió que el recuento llevado a cabo en el centro de cómputos presentaba a esa hora, 21.15, “un nivel de avance que nos permite reconocer que la diferencia ya está del otro lado”, tras lo cual saludó el triunfo de Passerini. “Los cordobeses se merecen esta claridad”, recalcó.
Comenzó entonces una larga lista de agradecimientos a la militancia, fiscales, presidentes de mesa y dirigentes. Recordó que en la campaña realizaron 59 propuestas y la número 60 sería la participación ciudadana en las elecciones, algo que este domingo falló, igual que las encuestas, dijo.
Mencionó que había hablado telefónicamente con el expresidente Mauricio Macri, resaltó que “Juntos por el Cambio es la opción cultural al kirchnerismo”, y también le agradeció a Juez, quien lo observaba desde la escalera pero no participó de la foto final.
Y eso fue todo. Los llegados desde Buenos Aires salieron velozmente envueltos por una nube de periodistas. Las caras largas eran inocultables. Desde un rincón, Soher El Sukaría admitía también que el resultado los había “sorprendido”. “El equipo dio todo, no nos metimos en el barro, aun cuando nos provocaron todo el tiempo”, declaraba.
Este veredicto capitalino sobre el cual todavía no había resultados oficiales, no modificaría la tensa situación interna de la coalición. Al menos eso habían dicho previamente Bullrich y Larreta.
Juntos por el Cambio “va mostrando ser una fuerza compacta y consistente en todo el país”. “Vamos camino a ganar las elecciones de 2023 en cada provincia”, comentó la exministra de Seguridad.
“Yo jamás critico a nadie de Juntos por el Cambio, siempre del lado de la unidad”, resaltó Rodríguez Larreta, “para ganarle al kirchnerismo”.
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