La Voz del Interior @lavozcomar: Cómo funciona el protocolo de Justicia restaurativa en el fuero Penal Juvenil: los primeros datos en Córdoba

Cómo funciona el protocolo de Justicia restaurativa en el fuero Penal Juvenil: los primeros datos en Córdoba

En agosto pasado vio la luz un innovador protocolo de intervención del fuero Penal Juvenil de Córdoba para trabajar con niños, niñas o adolescentes que hayan cometido un delito. Los primeros resultados del programa a los que pudo acceder La Voz son alentadores, pero también permiten explicar el contexto en el cual se encuentran.

El programa comenzó a implementarse en una etapa piloto en la ciudad de Córdoba y propone la actuación conjunta del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). El desafío para este año es iniciar un proceso de descentralización para que el programa pueda llegar a todo el territorio provincial.

En el último cuatrimestre de 2023 se presentaron 65 casos de los cuales 48 continuaron el proceso y 17 quedaron excluidos por no contar con las competencias personales y comunicacionales que le permitan el ingreso y sostenimiento del proceso restaurativo. El nivel de consumo problemático del victimario es un filtro que se tiene en cuenta en esta primera etapa para acceder al programa.

“El objetivo final es que no haya reincidencia”, sostuvo Agustina Olmedo, secretaria General del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) y a cargo de la Oficina de Coordinación en Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar, Género y Penal Juvenil que depende de la vocal Dra. María Marta Cáceres de Bollati. A fin de año, dos casos lograron su culminación, en los cuales “no hubo reincidencia, aunque no pasó mucho tiempo”, afirmaron.

El protocolo puede ser requerido por el juez de oficio o por el asesor letrado y es una herramienta procesal más disponible, pero no la única. Una vez incorporado al programa se establece cómo será el sistema de derivación y trabajo con jóvenes (punibles o no punibles) y la posible participación de instituciones intermedias.

Del programa participan adolescentes en situación punible y no punible. (Pedro Castillo / Archivo)

En un primer momento, el adolescente será invitado a una reunión informativa en la que el juez o el fiscal, según corresponda, le contará en que consiste este proceso restaurativo. En ese encuentro en el que asistirá junto a sus padres y defensor, un coordinador facilitador podrá indicarle que un equipo técnico evaluará su ingreso. La Policía Barrial fue capacitada a tal fin para acompañar a cada chico a esa instancia.

Una vez que el joven ingresó al programa se le designará un facilitador restaurativo que lo va a acompañar en un proceso de diálogo a lo largo de un tiempo. Tras finalizar, el facilitador advertirá la conclusión del abordaje, el cual no es un informe técnico conclusivo.

Facilitar un espacio seguro

Silvina Muñoz pertenece al Centro Judicial de Mediación y actualmente es una de las facilitadoras restaurativas del programa. “Con el cambio de la ley Penal Juvenil se abren nuevos procesos a disposición de los juzgados y fiscalías y las prácticas restaurativas incorporan ciertos elementos para una instancia superadora”, afirmó.

Para Muñoz antes de hablar de restauración es importante que el niño, niña o adolescente reconozca la situación por la cual está dentro del programa. A eso le sigue asumir la responsabilidad, es decir, entender de que hubo un daño. Finalmente, la tercera instancia es la restauración, “¿qué y a quién? y muchas veces no es sinónimo de pedir disculpas”, agregó la facilitadora.

Presentación del protocolo restaurativo en el fuero Penal Juvenil (Justicia de Córdoba).

El proceso de entrevistas en Cámara Gesell involucra al facilitador restaurativo y a el o la joven en un convenio de confidencialidad y no tiene una duración establecida.

“Cuando me siento en esa sala yo veo la película final y debo revelar que pasó y por qué el victimario está aquí al frente mío. El desafío personal es dejar a Silvina afuera, la cual puede haber sufrido una situación similar o no, e ingresa al recinto únicamente la facilitadora”, explicó la facilitadora.

El acierto del protocolo es desarrollar, a partir de los encuentros, un espacio seguro donde el joven pueda reconocer lo positivo de no estar inmerso en procesos penales en su vida y proponer instancias restaurativas para reparar el daño.

“El reaseguro más importante es la pedagogía que incorpora”, expresó Muñoz.

Muñoz valoró el trabajo en equipo que involucra a diferentes actores que permite tener la posibilidad de intentar evitar que un joven vuelva a delinquir, recupere su entramado social y poder construir de a poco una sociedad más sana.

Hablando del tema, Muñoz citó el cuento “Rescatar una estrella” en la que un escritor observa que un joven está en playa recogiendo estrellas de mar.

Al preguntarle por qué estaba haciendo eso, el muchacho respondió que si no las salvaba, las estrellas de mar morirían por efecto de sol y la falta de agua. El escrito no entendía que conseguía con eso, pues la mayoría iba a morir.

El joven tomó una en su mano y respondió: “Para esta ya he conseguido algo”.

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