La Voz del Interior @lavozcomar: A siete meses del caso Solange, actualizan las pautas de muerte digna en Córdoba

A siete meses del caso Solange, actualizan las pautas de muerte digna en Córdoba

Si hay algo que Solange Musse nos enseñó, es que morir aislados no es lo mismo que solos. El caso de la joven, que se hizo público cuando su papá denunció que no pudo ingresar a Córdoba a verla y a despedirse de ella antes de que falleciera, aceleró en distintas provincias las recomendaciones para que los pacientes terminales puedan partir con dignidad.

Seis meses más tarde, las “pautas para el acompañamiento de pacientes en situación de últimos días” –elaboradas por un grupo de expertos y aprobadas por el Centro de Operaciones de Emergencias– intentan que también se mejore la comunicación y acompañamiento en aquellas personas que están internadas con tratamientos prolongados.

Julio Bártoli, jefe de terapia intensiva de la clínica Reina Fabiola, explicó que –tras el cierre de los internados dispuestos por la emergencia sanitaria– trataron de abrirse, al menos para algunos casos.

“A fines de octubre, empezamos a hacer programas de visitas controladas. No para todos los pacientes, sino para aquellos que estaban más despiertos, angustiados o bajo riesgo de ir a un respirador artificial. Y, en algunas ocasiones, ciertas personas pudieron reencontrarse con sus mascotas”, explicó.

Bártoli indicó que, si el familiar del paciente llegara a estar aislado por haber sido contacto estrecho, se elige otro allegado, hasta que esa persona termine con la cuarentena.

Al visitante se le pide que lleve un celular para que los informes se realicen mediante videollamadas. Y entonces el paciente pueda agregar a cuantas personas quiera en la conversación. “No es lo mismo dar informes por teléfono que mostrando gestos y rostros. Eso genera empatía y tranquiliza”, agregó el médico.

En la clínica también hay dos teléfonos disponibles, uno para el área Covid y otro para la no Covid, en caso de que el paciente quiera comunicarse con sus familiares. “Tiene que activarse el alta voz, para evitar infecciones mediante secreciones de saliva. El cambio, más que nada, es mental”, planteó Bártoli.

Alternativas

Fernanda Marchetti, coordinadora del Área de Bioética del Ministerio de Salud provincial, aclaró que las pautas son recomendaciones. El documento que fue elaborado el 12 de septiembre no tiene indicaciones estancas, sino que deben ser adaptadas a la realidad de cada institución.

Sin embargo, la experta aclaró que “algo siempre se puede hacer” y coincidió con Bártoli en que “el principal cambio es de cabeza”. “Lo más importante es que las instituciones de salud tengan en mente la importancia de que los pacientes puedan sentirse más acompañados”, dijo.

Las “pautas para el acompañamiento de pacientes en situación de últimos días” entró en vigencia el 12 de septiembre, a raíz del caso de Solange Musse. El documento fue consolidado luego por el decreto presidencial 754/2020.

“Si las visitas no se pueden concretar, se pueden organizar videollamadas. También se pueden coordinar los partes médicos, para que se hagan a la misma hora, por un profesional que sea destinado para tal fin”, indicó Marchetti.

La experta explicó que la ansiedad de los pacientes se atenúa cuando reciben pautas claras, tanto en el régimen de visitas como de contacto con el paciente y recepción de partes médicos.

Agregó que ese orden también beneficia a los agentes de salud porque “reduce la angustia moral que sienten por la impotencia de no saber lo que tienen que hacer”.

“Es muy importante que las personas internadas puedan contactarse con sus seres queridos, ya sea en persona o a través de un celular. Mejora la evolución de quienes están en terapia, porque en esos lugares se suele perder la noción del tiempo y del espacio. No ven la luz solar”, explicó Carlos “Pecas” Soriano, especialista en Medicina de Emergencias y magíster en Bioética.

Soriano pidió a las instituciones de salud que cumplieran con las pautas y a la Provincia, que arbitrara los medios para hacerlas respetar. Y recordó que existe un proyecto de ley en la Unicameral para humanizar las terapias. La iniciativa se denomina “proyecto Lina” y fue presentada por la exlegisladora Liliana Montero.

Velatorios y cremaciones

Un capítulo aparte se abre con el manejo de los cadáveres de los pacientes que fallecieron con o por Sars-Cov-2.

Así como las regulaciones de los velatorios o crematorios. Marchetti aclaró que, en estos últimos, rigen los mismos principios de distanciamiento social que para cualquier otro lugar abierto o cerrado. El límite de asistentes está dado por las condiciones físicas del ambiente y no por el riesgo de contagio del cuerpo.

“La imagen del fallecido previene el duelo patológico. Hay muchas personas que, en esta pandemia, se quedan con dudas sobre la identidad de la persona que despidieron y eso no es bueno”, citó.

Realidades diversas

Las pautas de acompañamiento fueron confeccionadas en forma de guía, y no de protocolo, para contemplar las distintas realidades que atraviesan las clínicas y hospitales de Córdoba.

Ignacio Félix Escuti, secretario de la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados (Aclisa), indicó que el acompañamiento de los pacientes con Covid-19 en pandemia es un tema complejo que debe ser abordado desde múltiples aristas. Celebró el debate y acordó que hay múltiples aspectos por mejorar. Pero recordó que las clínicas “están conducidas por personas de carne y hueso” y que las instituciones tuvieron que responder, lo mejor posible, ante una situación desconocida a nivel mundial.

“El llamado a la reflexión es muy sensato. Pero se refiere en mayor parte a las normas o protocolos que fueron dictados por los gobiernos”, dijo, e indicó que la pandemia agarró a muchas clínicas desfinanciadas –“una cuestión que subsiste”– y poco preparadas.

Respecto de las visitas de familiares, indicó que estuvieron prohibidas durante un tiempo, aunque luego se flexibilizó. Y destacó que, en una terapia, puede haber 30 personas internadas con un estado delicado de salud. En relación con la comunicación de informes, pidió empatía con los agentes de salud, quienes intentan priorizar siempre la salud e integridad de los enfermos, así como la de ellos mismos.

Escuti destacó que, más allá de los errores, hubo un buen manejo de la pandemia en Córdoba. Y celebró el debate sobre muerte digna, al que calificó de “necesario” en pos del aumento de la demanda en la internación que se está registrando en los últimos días.

Estar aislado no es lo mismo que estar solo

Las claves de la guía provincial de acompañamiento.

La guía de acompañamiento de pacientes en situación de últimos días (SUD) establece que –si las condiciones de la institución de salud lo permiten– se designará a un familiar para las visitas. Este acompañante debe ser menor de 60 años, gozar de buena salud, no estar embarazada.

En caso de no ser posibles las visitas, acudir al contacto telefónico.

Se recomienda que los trabajadores sociales, psicólogos o comités de bioética participen en la comunicación de los informes médicos. También pueden hacerlo los agentes que están de licencia por ser grupos de riesgo.

El peregrinar de una mujer de 85 años que terminó falleciendo sola

Beatriz (85) falleció sola en la “sala Covid” de una clínica privada el 25 de febrero pasado. Había sido diagnosticada –25 días antes– con Sars-Cov-2. Sus hijas denunciaron que la paciente peregrinó por dos clínicas, cuatro ambulancias, pasó por una breve internación domiciliaria y que no pudieron acompañarla en el proceso.

Según explicó Verónica Sipowicz, una de sus hijas, en su cuenta de Facebook , Beatriz resultó positiva para Sars-Cov-2 el 1º de febrero. Estuvo internada 25 días, con neumonía bilateral y requerimiento de oxígeno en dos sanatorios de la ciudad de Córdoba, cuyos nombres prefirió no identificar. La paciente tenía demencia senil.

Sipowicz contó en la red social que su madre fue dada de alta en forma prematura, a los cinco días de internada, en el primer sanatorio.

Fue derivada en ambulancia hacia su casa. La familia consiguió un servicio de emergencias especializado en Covid-19. Pero, cinco horas después de salir del primer sanatorio, Beatriz volvió a sufrir dificultad respiratoria severa. Cuando llegó nuevamente la ambulancia, el médico ordenó internarla otra vez.

“Estuvimos intentando conseguir camas, ya que no la recibían en ningún lugar, ni privado ni público. Finalmente, después de cinco horas de peregrinar con ella, logramos internarla nuevamente”, indicó.

Beatriz permaneció 20 días en la sala Covid de una segunda clínica, hasta que falleció. “Durante todo ese tiempo, sólo tuvimos un mínimo contacto telefónico con el médico que informaba diariamente el estado de la paciente. Mi madre nunca más supo de nosotras, no manejaba dispositivos electrónicos y no pudimos contactarnos de ninguna manera. Murió sola, seguramente confundida y perdida entre su enfermedad de base y su prolongado aislamiento”.

Sipowicz –psicóloga especializada en bioética– agregó que “el trato deshumanizado del paciente y la familia es un dilema de orden bioético”. Aun en pandemia, los pacientes tienen el derecho de fallecer acompañados. Y pidió que se garantizaran los principios “de beneficencia, no maleficencia y justicia”.

Si están dadas las condiciones, los familiares podrán ver el cuerpo

En noviembre entró en vigencia la tercera versión del protocolo de manejo de óbitos aprobado por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE). El documento habilita el ingreso de “uno o dos allegados a ver el cuerpo de la persona fallecida” por causa del Sars-Cov-2, dentro del recinto hospitalario (clínica o centro público de salud).

Mediante la resolución ministerial 0383/2020, el COE dispuso pautas y lineamientos para que los familiares pudieran despedir a sus seres queridos en contexto de pandemia. El documento habilita el ingreso de una o dos personas, siempre y cuando se cumplan las medidas de bioseguridad indicadas por los profesionales de la institución sanitaria.

“El manejo del cadáver en pandemia es un capítulo que merece ser abordado desde la óptica de la bioética. El protocolo anterior establecía que apenas una persona podía estar presente en el momento de la cremación. Era necesaria una adecuación”, explicó Fernanda Marchetti.

La última versión publicada en noviembre establece que el cuerpo de la persona fallecida por Sars-Cov-2 no necesita ser cremado sí o sí. “De acuerdo con los ritos religiosos, las costumbres o las disposiciones judiciales”, también se habilita el entierro, con todas las medidas de bioseguridad. Sin embargo, todavía no se permiten las inhumaciones en nichos o panteones en las personas que mueran por Covid-19.

“En el mundo se vio que no es necesario cremar a todos los pacientes que mueren por causa del virus. Si se hace un manejo adecuado del cuerpo, como obturar los orificios, desinfectar y colocar en la bolsa correspondiente, no hay riesgo de posible infección por secreciones”, explicó la especialista.

El protocolo también habilita el ingreso de uno o dos familiares (o allegados) a ver el cuerpo dentro del recinto hospitalario. “Quienes ingresen deberán firmar una constancia por la que se comprometen a seguir las indicaciones recibidas por los profesionales de la institución sanitaria y por la que reconocen los riesgos a los que se exponen”, según establece la resolución.

Cambios. Para visitas a pacientes. (Pedro Castillo)
Sin despedida. Verónica y Alejandra Sipowicz, hijas de Beatriz. (Pedro Castillo)
Con visitas. En la terapia de la clínica Reina Fabiola, se permite el ingreso de un acompañante, en algunos pacientes. Y los informes se hacen por videollamadas. (Pedro Castillo)
Cambios. Para visitas a pacientes. (Pedro Castillo)
Sin despedida. Verónica y Alejandra Sipowicz, hijas de Beatriz. (Pedro Castillo)

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