La Voz del Interior @lavozcomar: Talleres y una victoria grande ante River: otra noche inolvidable en un Kempes repleto de todo

Talleres y una victoria grande ante River: otra noche inolvidable en un Kempes repleto de todo

El Talleres grandote, el de los partidos dantescos, el de los triunfos gigantes, el de los altos impactos. Ese Talleres se erigió en la noche del domingo 14 de mayo de 2023.

Lo hizo con un 2-1 frente al River que venía ganando y ganando en la Liga Profesional. Rodrigo Garro fue el que se creció para achicar al rival con dos goles que se gritaron con desquicio en un estadio Mario Alberto Kempes sin espacios vacíos. Fue una noche para la historia. Histórica.

En esa previa impactaron los fuegos artificiales, los cánticos. Los de Talleres haciendo temblar el estadio, moviéndolo, a lo Talleres.

Talleres y River, por la fecha 16 de la Liga Profesional, ante un marco impresionante en el Mario Alberto Kempes. (Javier Ferreyra / La Voz)

Ante las cámaras de la transmisión de TV impactó el tifo que se desplegó sobre la tribuna Gasparini. El tifo es esa bandera inmensa en la que se luce un hincha dominando con sus manazas una pelota que tiene dibujada el mapa de la provincia de Córdoba.

Y el partido fue intenso desde el minuto cero. Y en el partido pasaron cosas desde el arranque, como el penal que el VAR terminó no convalidando para Talleres. El clima era imponente. Impactante. Una noche fabulosa. De gala, como la pilcha de los entrenadores, que tenían que gritar al límite de sus posibilidades para dar indicaciones. Las 57 mil personas le metieron aliento de elite a cada acción del partido.

Fue clima de final-final. De partido decisivo. Los pasillos de las escaleras de las tribunas no se veían. Todo a full. Que el estadio estaba a tope era una postal incontrastable. El partido entre los equipos más goleadores de la Liga Profesional ameritaba ese marco. El River que venía de ganar nueve de los últimos 10. El Talleres que había goleado a Racing y que hoy es el “Talleres nacional”, el equipo que todos elogian por su respetuosa manera de faltar el respeto deportivo a los colosos. Lo hace desde su retorno a la primera división en 2016.

Y ese golpe por golpe de Talleres con River se notó en todo momento. Como cuando Franco Armani le tapó un mano a mano a Michael Santos. “Che, Talleres, hoy no podés perder, te alentamos con todo el corazón, esta hinchada se merece ser campeón”, sonó seguido en ese primer tiempo. La palabra “campeón” ya está en el vocabulario albiazul. No es tabú mencionarla, nadie la evita y ya no pesa. Talleres asume su anhelo de ser campeón y por eso lastimó tanto la final de la Copa Argentina 2022 ante Patronato. Y la “obligación” de dar el salto activa. Activó anoche. A la gente. Al equipo. Como cuando Gastón Benavídez no se sonrojó en ir al frente y buscar su chance de gol. Así se las creía Talleres. En el mejor sentido. En el de creerse en condiciones de atropellar al todopoderoso River. Obvio que había riesgos, como los que evidenció Lucas Beltrán en su chance cara a cara con Guido Herrera, quien se impuso con timming. Las emociones siguieron con un remate de River que dio en el travesaño. Y con los insultos masivos para el árbitro Nicolás Ramírez. Estaba tan competitivo todo, que en el entretiempo hasta se festejó un triunfo de socios de Talleres sobre socios de River en una disputa de fútbol con pelotas gigantes.

Rodrigo Garro, clave con sus goles, sobre todo el segundo, que fue de lo mejor de la fecha. (Javier Ferreyra / La Voz)

Para el segundo tiempo, los mensajes tribuneros seguían palo, aun cuando el ritmo del partido había decaído. En la Gasparini se había colgado una bandera horizontalmente extensa que decía “Dueño de la provincia desde 1913″. Había tapado, por unos minutos, a la célebre que dice “Grande por su historia, grande por su gente”, que luego volvió al frente.

Esa coreografía tribunera se mezclaba con un griterío que seguía igual. Potente. Como el choque de dos equipos que no se encontraban fisuras. Hasta que… hasta que Ramoncito Sosa hizo una del Messi de los 20 años y empezó a pasar a jugadores de River. De esa gambeteada feroz quedó un rebote que Rodrigo Garro mandó a guardar de zurda. Lo festejó moviendo orejas. Acaso era para sofocar el brutal grito de gol del estadio. Fue tremendo.

Como el segundo gol de Garro, a los 28. Fuerza y precisión. Y sí se armó el descontrol: la hinchada soltó el delirio de cantarle al clásico rival: “¡¿Qué te pasa, Belgrano?!”. El descuento de Suárez puso drama al cierre. No lo suficiente para evitar el fiestón del festejo final.

Talleres llega así al clásico. A lo grande, ganándole bien al puntero y con la certeza de que en Alberdi puede meter otro triunfo para la historia, para su historia, la historia de un 2023 para hacer posibles los imposibles.

El resumen de la TV del triunfo de Talleres 2-1 sobre River

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