Mientras la familia de Santiago espera “un milagro” la fiscalía detuvo dos sospechosos
El último caso de violencia urbana registrado en la ciudad de Córdoba conmocionó a la población. Santiago Fernández (20) pelea contra la muerte en una cama del Hospital de Urgencias, tras haber sido golpeado el lunes a la madrugada por una banda de desconocidos, a la salida de un reconocido pub de barrio Alto Palermo, zona norte de la Capital.
Se encuentra en estado de coma, según informaron los médicos. Su estado de salud es extremadamente delicado.
Mientras que afuera de la sala de cuidados intensivos se espera por “un milagro que le salve la vida a Santiago”, los familiares encomendaron al abogado Carlos Nayi que solicite al fiscal de la causa, Juan Pablo Klinger, ser aceptados como querellantes.
En la fiscalía se encuentran trabajando en la recolección de pruebas. Se ordenaron las primeras medidas procesales y todo transcurre bajo un estricto hermetismo.
A raíz de la rápida tarea de Klinger, principalmente gracias al procesamiento de las imágenes de las cámaras de vigilancia de la Policía de Córdoba y por testimonios recabados luego de la agresión, se logró identificar e imputar a tres sospechosos.
En las últimas horas de la mañana del viernes la fiscalía detuvo a dos de ellos. La banda estaría formada por un grupo de amigos que asiste con asiduidad al pub donde se impuso la violencia. El tercero está prófugo.
Las detenciones se produjeron en los domicilios particulares de los sospechosos, en los barrios Villa Cornú Anexo y Villa Serrana. En tanto que un tercero, domiciliado en barrio Las Polinesias, es buscado intensamente. Todos son mayores de edad y fueron imputados, de momento, por “lesiones graves”.
Santiago había salido junto a su novia Zoe a jugar al pool a un pub concurrido de la avenida Rafael Núñez al 3800. Al retirarse del lugar, recordaron que habían dejado una campera en una silla, según relataron los allegados de la víctima.
Volvieron a pedir la prenda pero ninguno imaginó lo que iba a ocurrir.
“No se conocían con estas personas. Jamás los habían visto antes del lunes por la noche, ni él ni su novia. Estaban totalmente alcoholizados y se comportaban como pendencieros”, dijeron los familiares de Santiago.
Zoe, la novia de Santiago, volvió al lugar y avisó sobre la existencia de esa campera. Explicó que estaba adentro, sobre uno de los sillones. Cuando ambos ingresaron a buscarla, el grupo de cuatro desconocidos comenzó a agredir a la víctima, según reconstruyeron desde el entorno del joven.
“Ya estaban agrediendo a otras personas y siempre con la misma mecánica: agredir por agredir. Fue una emboscada, con superioridad numérica, física y finalmente, se produjo una rapiña delictiva”, comentó Nayi tras señalar que al joven le habían robado una cadena de oro, la campera y una billetera.
“No le querían dar la campera. Mientras lo golpeaban, se la terminaron quitando. La novia se tuvo que tirar encima de él para que le dejaran de pegar entre todos”, contaron los familiares.
Y agregaron: “Trataron de robarle las zapatillas y la gorra, pero no pudieron hacerlo”.
Al lugar de los hechos llegó una ambulancia del servicio de emergencias 107 que trasladó al muchacho grávemente herido al Hospital de Urgencias. Los médicos diagnosticaron un traumatismo en la cabeza.
Santiago es empleado de comercio y había decidido salir aquella noche a distraerse. Quería pasar un rato a solas con su novia, según comentaron sus conocidos. “Jamás en la vida había tenido problema con alguna persona”, dijeron.
Su familia también advirtió que en el bar donde Santiago pasó sus horas antes de ser brutalmente golpeado había presencia de personas menores de edad y “mucho consumo de drogas y alcohol”.
“Quienes golpearon a Santiago estaban fuera de sí. Habían pasado toda la noche tomando alcohol y estaban sobreexcitados”, comentaron.
La intención de los familiares
La familia solicitó a través de su abogado ser integrados a la causa que investiga la grave agresión que sufrió Santiago como parte querellante.
Nayi adelantó que pedirá la imputación contra los responsables bajo la figura de “homicidio calificado por alevosía, en grado de tentativa y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Además denunciará “amenazas y robo, con lesiones que han producido un debilitamiento en la salud y han puesto en peligro la vida de la víctima”.
Para el homicidio calificado por alevosía las penas establecidas son de 15 a 20 años de prisión. Por robo que pone en peligro la vida, la pena es de 5 a 15 años. Por amenazas, de 6 meses a 2 años de cárcel.
“Las figuras que pedimos que se apliquen son sumamente graves y la pena contemplada para cada una de ellas es muy severa”, acotó el abogado.
Desde la fiscalía adelantaron que aceptarán a la familia como querellantes.
Violencia urbana
Las autoridades de Seguridad se encuentran preocupados por la seguidilla de actos violentos en la noche cordobesa.
El caso anterior se produjo en el barrio San Martín Anexo, al norte de la Capital. Todo acabó en un lamentable crimen.
Alexis Jesús González (29) fue atacado por una patota el fin de semana pasado. Lo persiguieron a la salida de una fiesta privada.
Por causas que restan de establecer, en el interior de una vivienda ubicada en Colombres al 2500 se produjo una serie de incitaciones violentas.
Cuando Alexis se quiso retirar del lugar, según relataron sus familiares, un grupo fue a impedirlo. “Fue una pelea. Él se defendió”, manifestaron parientes de la víctima, al mismo tiempo que descartaron cualquier tipo de antecedente delictivo en la historia del fallecido.
Luego de la riña, una moto lo siguió por las calles de barrio San Martín. Alguien bajó y le pegó un “puntazo” con un cuchillo.
Quedó tendido en la vereda, inconsciente. Posteriormente el servicio de emergencias 107 confirmó el fallecimiento.
El lunes pasado, el departamento de Homicidios de la Policía confirmó la detención de un hombre de 22 años por supuesto autor del delito.
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