La Voz del Interior @lavozcomar: “Lore” Jiménez: “Lo popular se está bastardeando mal”

“Lore” Jiménez: “Lo popular se está bastardeando mal”

–Siempre sos “la Lore”. ¿Alguien te dice “Lorena”?

–Si y me pone rara, como que me crea distancia. Si me dicen así no me suena. Digo: “Pasa algo acá?”.

–Sos actriz, cantante, productora… ¿qué te falta por hacer?

–Yoga. Lo empecé a hacer en pandemia. Me gustó. Pero ahora no dispongo de ese tiempo.

–Si tuvieras que elegir una sola: ¿cantar o actuar?

–Actuar mete todo lo que me gusta: cantar, bailar, interpretar, payasear, inventar, me da riendas sueltas a la creatividad.

–¿Desde qué edad te empezó a gustar el cuarteto?

–Desde que nací o antes, creo, escucho a mi papá específicamente y se me eleva el corazón y se me van solos los pies.

–¿Te peleabas mucho de chica con tus hermanos?

–Como toda familia, hija mayor y dos hermanos que querían sumarse a todo lo que hacía. Jugábamos mucho juntos, pero teníamos unos años de diferencia y a veces los quería matar.

–¿Discutís con tu papá o tu mamá?

–No… somos frontales, nos decimos las cosas de una y de frente. Si alguien o algo nos pareció que al otro le hizo mal o dijimos las cosas de mal tono, nos acercamos, aclaramos y la vida sigue.

–¿Ser hincha de Belgrano es parte de la tradición familiar?

–Podría ser, pero también sería de Boca y no lo es. Belgrano tiene más que ver con mi amor por Córdoba y mi incondicional apoyo a lo nuestro. Además, amo a nuestro prócer Belgrano.

–¿Ibas o vas a la cancha? ¿Cómo te portás cuando estás ahí?

–No. Fui un par de veces en mi vida. Lo de multitudes y masas me estresa un poco. Prefiero la comodidad de la tele y casa.

–¿Cuánto pesa el apellido Jiménez?

–Nunca lo pesé ni me pesó. Fui consciente siempre de que la cuna donde nací y crecí no se trataba de una familia convencional. Tendría que decir que me exigí mucho para vestirme orgullosamente Jiménez y lucir mi apellido.

–¿Quién hace el asado cuando se junta toda la familia?

–Mami, sin palabras, la chef por excelencia. ¡Todo lo que quieras hace! Alguna vez lo hice yo, pero sólo para mamá, papá y Vicente. En pandemia aprendí y sólo se lo hacía para mi hijo. Carli cocina fatal y Nati también se le animó hace poco.

–¿Te gusta cocinar?

–Cuando tengo tiempo, pero no es una materia en la que tengo mucha seguridad; soy de lo práctico: bife, costeleta, ensaladas. A ese nivel.

–¿Qué preferís hacer cuando no estás trabajando?

–Practicar ukelele, guitarra, leer, ver tele.

–¿Cómo definirías al público cordobés?

–Pura adrenalina, siempre con la bandera del humor por delante.

–¿Alguna vez tuviste una mala experiencia con tu público?

–No, muy contenta y agradecida por las familias que me acompañan.

–¿Qué te alegra mucho y qué te enoja mucho?

–Me alegra ser básicamente una persona feliz, me enoja cuando los comentarios de mala leche me arruinan buenos momentos.

–Compartiste escenario con muchos artistas: ¿con cuál te gustaría volver a hacerlo sí o sí?

–Con Chico Trujillo, con Amparo Sánchez la pase increíble, con papá ni te cuento cuando me visita en el museo (del Cuarteto). Siempre encantada de compartir también con nuestros músicos locales como Cony la tuquera, Nenes Bian, la cartelera Ska.

–Lo mejor de ser madre:

–Vicente.

–Lo más complicado de ser madre:

–No perdonarte por momentos que no supiste cómo manejar.

–¿Qué pensaste cuando te diagnosticaron el tumor en la cabeza?

–¡La que me faltaba! Más que preocuparme por el tumor, me preocupó el tiempo que este tema me demandaría. Para mí el tiempo que tengo que usar en cosas que no quiero, me fastidia.

–Un año después, ¿cómo procesás todo eso? ¿Sacaste algo positivo de esa experiencia?

–No puedo relajarme en el tema, tengo que hacerme controles. Y continuar en tratamiento. Siempre atenta sin que me preocupe invadiendo mi vida.

–¿Cómo ves el movimiento del cuarteto en la actualidad? ¿Te gusta alguien en especial?

–Estoy muy contenta, sobre todo con el lugar que le abrieron los museos del cuarteto, los festivales, etcétera. Nuevo espacio de encuentro para la familia y nuevos espectadores. Soy Jimenera hasta la muerte. Me considero fan de mi papá.

–¿Te parece que las cantantes cuarteteras reciben menos atención que los varones?

–Ahora se copó la escena, cada vez hay más y eso me pone contenta. Tenía que ser así. ¡Vamos las muchachas!

–Sos una artista emblema del movimiento feminista, ¿cambió algo la realidad para las artistas mujeres desde que empezaste tu carrera?

–Yo la peleo desde hace mucho, con un estilo que no se estila, tratando de conservar para las nuevas generaciones las bases del cuarteto. Soy licenciada en teatro, así que agregarle al show ese plus estilo music hall, café concert en el museo bar me dio todo lo que soñaba. Me considero guardiana del vinilo y necesitaba un espacio donde poder ir con training perfeccionando el show. Gracias a la pandemia, mi propuesta originada desde 2013 tuvo un valor. En ese cambio de horario facilitador del encuentro familiar. Siempre creí mi show una joyita de museo.

–¿Cuáles son los principales obstáculos que notás hoy en ese sentido?

–La inflación. Con las cuestiones culturales hoy estamos en un momento complicado.

–¿Bebida preferida?

–Champán.

–¿Comida preferida?

–Asado.

–¿Series o películas? ¿Algunas para recomendar?

–Series, si mi tiempo vital de atención es acotado. Memorias de Antonia y El sentido de la vida de los Monthy Python.

–¿Cómo eras como alumna en la universidad?

–Me gustó siempre estudiar. Fui buena alumna y sigo aprendiendo y hasta que pueda seré eterna alumna.

–Tu círculo íntimo de amigos, ¿está relacionado con tu actividad, o nada que ver?

–De todo un poco: amigos de la infancia, amigos de fútbol, amigos de pádel, amigos de redes. Soy amiguera.

–¿Alguna vez pensaste en irte a vivir fuera de Córdoba?

–No. Lo más lejos donde fui: Buenos Aires, en donde viví dos años. Con la caída de De la Rúa me volví.

–¿Qué es lo que más te gusta de vivir en Córdoba?

–Córdoba es muy cálida, como su gente. Y tan cerca que tenemos las Sierras, lugares hermosos. Y su humor.

–Viajaste mucho por el interior de la provincia: ¿qué te gustó más de esas giras?

–Conocer más de mi Córdoba. A veces creés que conocés todo y de verdad siempre tiene algo nuevo para sorprenderte.

–¿Hacés algún deporte?

–Pádel, funcional, fútbol, corro, ando en bici.

–¿Te interesa la política?

–Me interesa lo que nos pasa, no me gustan las injusticias y al ser responsable de un espacio público como es el Museo del Cuarteto una tiene cierta necesidad de tener una postura.

–¿Serías candidata a algo?

–¡No! ¡Es mucho!

–¿Lo mejor y lo peor de trabajar con “la Mona”?

–¡Mucho aprendizaje! Y absolutamente nada negativo. Todo ESPECTACULAR.

–¿Lo mejor y lo peor de trabajar con “la Lore”?

–Creo que soy buena coordinadora de grupo, compañera. Lo peor: si estoy superada, cansada, tengo poca paciencia.

–¿Cómo ves la situación del país?

–Preocupante. Deseo que salgamos adelante de una vez.

–¿Te parece que se bastardeó al cuarteto en la última campaña presidencial?

–Con respecto a lo que se piensa de la cultura, lo popular se está bastardeando mal.

–¿Te arrepentís de algo en tu carrera?

–Haberme acobardado muchas veces.

La del estilo que no se estila

A los 4 años, la mayor del clan Jiménez ya editaba su primer simple y a los 15 grababa su primer CD. Cantante, actriz y productora, se recibió en la UNC e hizo discos, películas, giras y obras de teatro.

Es coordinadora en el Museo del Cuarteto, el proyecto familiar, siempre fiel a su estilo: “La peleo desde hace mucho, con un estilo que no se estila, tratando de conservar para las nuevas generaciones las bases del cuarteto, con un plus estilo music hall y café concert en el museo bar que me dio todo lo que soñaba. Me considero guardiana del vinilo”, explica.

Le gustan el asado y el champán.

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