La Voz del Interior @lavozcomar: Dólares, inflación y actividad, los interrogantes urgentes entre el FMI y la guerra de Ucrania

Dólares, inflación y actividad, los interrogantes urgentes entre el FMI y la guerra de Ucrania

La invasión de Rusia a Ucrania ha venido a sumar incertidumbre sobre la economía de la Argentina en un momento en el que el país intenta poner fin a su crisis de deuda de cuatro años sin encontrar respuestas aún a problemas urgentes como la inflación en alza y a nuevas señales de enfriamiento de la actividad.

En paralelo, las previsiones de cosecha de soja de la Argentina volvieron a ser recortadas este miércoles en Estados Unidos en un contexto en el que el precio de la tonelada cayó 0,95% a 620,34 dólares, un precio que aún es elevado y cercano al récord de 650,74 dólares alcanzado en septiembre de 2012. En la rueda nocturna había tocado los 641,28 dólares.

Este miércoles, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) redujo su previsión para la cosecha de soja argentina a 43,5 millones de toneladas. Son unos seis millones de toneladas menos que las previstas a fines de 2021. La caída supera el 12%. A precios de hace un año (518 dólares, antes de la escalada), por ello Argentina perdería 3.108 millones de dólares.

Pero la perdida por menor cosecha se ve más que compensada por la suba de precios, dado que a valores actuales ingresarían unos 26.970 millones de dólares por 43,5 millones de toneladas, más que los 25.641 millones que se hubieran reunido con 49,5 millones de toneladas al precio de hace un año.

El miércoles los futuros a mayo de la soja bajaron después de que el USDA pronosticó que la oferta local y mundial será menor de lo que se pensaba, pero aun así mayor al promedio de las previsiones del mercado.

Son valores que oscilan entorno a aquella referencia de 630 dólares que el kirchnerismo había establecido en 2008 como marca para el esquema de retenciones móviles (con 42% de alícuota) que hizo estallar el histórico conflicto con el campo.

Arranque de año

Las novedades sobre la soja encuentran al país en un momento que podría ser bisagra: el Congreso se encamina a sancionar una ley que habilita al Gobierno a refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y aplicar una suerte de plan de estabilización macroeconómica.

Mientras, la economía arrancó el año con indicios claro de enfriamiento. En enero, el Índice de producción industrial mostró una caída de 0,3% respecto a igual mes de 2021. Pero el dato desestacionalizado arrojó una caída del 5,5% respecto de diciembre, difundió el Indec.

En el ministerio de Economía aseguran que esa caída fue por “un rebrote de contagios y paradas técnicas en fábricas”. Y señalaron que, a pesar de haber pisado el freno, el sector está 6,2% por encima del nivel prepandemia.

Asimismo, el nivel se ubicó 4,1% por encima de enero de 2020 y 4% más arriba que en enero de 2019. No obstante, la de enero de 2022 es la primera caída tras catorce meses en alza, lo cual enciende luces de cautela.

Otro dato negativo publicado por el Indec este miércoles es el del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC): bajó 5% interanual en enero, luego de catorce meses consecutivos de crecimiento. La serie desestacionalizada mostró una baja del 3,9% mensual.

En este caso, la lectura que hacen cerca de Martín Guzmán es similar. Hablan de paradas técnicas en las obras y comercios debido a las vacaciones de verano y a las dificultades de dotación de personal por el rebrote de Covid-19.

E indican que la actividad de la construcción se encuentra aún en un nivel 21,2% superior al previo al Covid-19 en la serie sin estacionalidad, y supera los niveles de enero 2020 (+17,1%) y enero 2019 (+1,3%).

Por otro lado, la encuesta de expectativas que realiza el Indec señala que las empresas constructoras mejoraron sus previsiones para lo que el trimestre integrado por febrero, marzo y abril, dado que prevén un incremento en la actividad.

En tanto, las principales consultoras del mercado hablan de una inflación del 4% mensual en febrero (con los alimentos escalando 5,5%), lo que elevaría el dato bimestral al 8%, un nivel más alto del que preveía el gobierno.

Contexto político y global

La suba del precio de la soja se da también en un contexto de alzas generalizadas en las cotizaciones de los commodities, debido a la tensión global por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y al cruce de sanciones, bloqueos y boicots económicos que comenzó en las últimas horas.

A su vez, el plan de estabilización acordado por el Gobierno con el FMI no ha terminado de convencer a todos los sectores, pero el G6 –que reúne a las empresas más importantes del país-, los gobernadores y los analistas más destacados indican que el acuerdo es mejor que el default.

“Aunque sea un mal acuerdo por su carencia de reformas profundas, es preferible a no tener ninguno”, señalan los economistas de la Fundación Libertad y Progreso. Y advierten que un default generaría mayores niveles de pobreza.

Mientras, los problemas siguen. El Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), encabezado por su presidente, Daniel Funes de Rioja, recibió al titular del Banco Central, Miguel Pesce. Los empresarios presentaron un informe sobre las dificultades que aún persisten para el acceso al mercado de cambio para el pago de importaciones de insumos y bienes.

En relación a los cambios registrados para el acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones, se coincidió en la importancia de articular mecanismos de trabajo e información que solucionen aquellas dificultades que puedan afectar la actividad productiva, comunicó la UIA.

Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, analizó que los activos domésticos están intentando sumarse al repunte liderado por Wall Street, pero siguen afectados por los “tironeos políticos” en el Congreso ante el acuerdo con el FMI, lo cual “despierta incertidumbre”.

“El respaldo político resulta crucial no sólo para la validación del financiamiento con el organismo, e idealmente también la ‘hoja de ruta’ económica consensuada, sino también para poder avanzar en la implementación de las estrategias fiscales, monetarias y cambiarias a través de medidas necesarias que tendrán costos políticos asociados”, evaluó Ber.

A nivel cambiario, indica Ber, el Banco Central continúa hilando ruedas de compras a través de sus intervenciones – a partir de una mayor liquidación de exportaciones – lo cual genera alivio para la evolución de las reservas. En lo que va de marzo, el Central sumó 451 millones de dólares.

“La calma se viene reflejando en la marcha de los dólares financieros, que siguen desinflándose. Esto contribuye a la contracción en la ‘brecha’, ya a alrededor del 80%, alimentada también por arbitrajes a favor del ‘carry-trade’ que buscan capturar dicha dinámica ante la mayor demanda táctica por colocaciones en moneda local”, analizó Ber.

Así, más allá del acuerdo con el Fondo, los interrogantes sobre la economía argentina continúan abiertos, principalmente sobre tres ejes: el freno de la actividad económica; la inflación creciente; y cómo hará el país para poder incrementar sus reservas.

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