Crónica de otro día histórico para Talleres: lo que pasó en el triunfo sobre Colón en la Copa Argentina
Este nuevo Talleres que está escribiendo su historia en el segundo semestre del 2023 necesitará tiempo. Ya lo dijo su DT. Hay nuevos jugadores que deberán adaptarse y hubo partidas fuertes.
Pero hay algo que el Matador no pierde en su ADN, en su esencia: el corazón y el compromiso.
En Mendoza, y con el acompañamiento de su gente que llegó en un buen número al estadio Islas Malvinas pese al día y la hora, lo demostró una vez más.
La “T” va a pelear por todo, hasta el final. Y sigue adelante en la Copa Argentina, tras vencer a Colón de Santa Fe un partido bravo, donde no tuvo todas las luces. Pero lo sacó adelante con hombría, con valentía.
Lo ganó por penales tras empatar 2 a 2. Lo había dado vuelta con una gran reacción en el complemento, por goles de Ramón Sosa y Gastón Benavídez. Y tuvo que pelearlo hasta los penales, donde triunfó 3-1 con un enorme Guido Herrera.
Ahora esperará en los cuartos de final por Boca o Almagro. Talleres nunca se entrega. Y esa es su gran virtud.
El primer tiempo dejó la sensación de que Talleres arrancó durmiendo la siesta en Mendoza. El equipo de Gandolfi no entró metido como lo hace casi siempre y eso le costó pasar un sobresalto inicial que lo despertó.
Botta, el “10″ de Colón que supo jugar en el Inter de Italia, mostró su clase y de una asistencia suya Herrera le cometió un claro penal al delantero Benítez.
Extrañamente, Botta tiró el penal muy desviado y eso fue festejado como un gol por los fanáticos del Matador presentes en el estadio Malvinas Argentinas.
Ese instante fue una alarma que obligó a despertar al Matador, que poco a poco fue entrando al juego.
De la mano de Rodrigo Garro, que volvía a la titularidad, dominó y manejó la pelota durante más de media hora.
Aunque sin generar grandes situaciones, fue superior a un Colón que hizo culto a la eficacia.
No se arrimó nuevamente a Guido hasta el minuto 39, donde otra vez Botta manejó una contra con Battallini, para dejar solo al volante Tomás Galván, que definió entre las piernas de Herrera.
Así, Colón se iba al entretiempo ganando 1 a 0 tras rematar una sola vez al arco.
La “T” había tenido siete remates hacia el arco del Sabalero, pero no tuvo la capacidad de su rival para transformarlo en gol.
Así, le iban a quedar 45 minutos para revertir la historia y seguir con vida en la competencia.
Gandolfi entendió que el equipo necesitaba mostrar otra cara en el complemento y hubo un cambio de sistema. Sacó a Portillo, dejó a la defensa con menos gente y sumó al volante Luis Sequeira al mediocampo. El Matador fue a buscarlo con todo y en una ráfaga lo dio vuelta.
A los 8 había anunciado Bustos con un derechazo que salió al lado del palo. Y, luego, llegaría lo mejor. A los 12 lo empató, con una asistencia de Depietri que dejó a Sosa cara a cara con Chicco: el paraguayo la cruzó bárbaro.
Cinco minutos después, a los 17, fue Benavídez quien lideró un ataque y terminó adentro del área. El lateral derecho definió como un delantero para un 2-1 que cambiaba todo de un tirón. Gandolfi volvió a leer bien el juego y sumó a Suárez en defensa por Ortegoza.
Pero cuando el Albiazul ya estaba en plan de cerrar todo, el experimentado delantero Javier Toledo (que recién ingresaba) metió el 2-2 en una pelota área que desnudó las dudas de la defensa de la “T”.
El partido parecía que se definiría sólo en los penales. Y así fue. Allí apareció la enorme figura de Guido Herrera, para tapar dos penales y guiar el camino.
Talleres, el viejo o el nuevo, tienen corazón. Y mucha hambre de un título que tarde o temprano llegará.
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