La Voz del Interior @lavozcomar: Clásicos de la literatura reinventados en viñetas

Clásicos de la literatura reinventados en viñetas

Ceñida al libreto, la adaptación siempre resulta mejor cuando es creativa antes que transparente, arriesgada antes que respetuosa. La historieta ha acogido de manera tradicional textos clásicos traduciéndolos a su profana secuencia de viñetas y globos de diálogo, con resultados tan ricos y variados como los cómics que nacen de cero. No importa si industriales o independientes, experimentales o de género, algunas novedades en el rubro dan muestras de posibles giros innovadores o sagaces al original citado.

Un caso singular es Las mujeres troyanas de Anne Carson y Rosanna Bruno, que desplaza a los terrenos del noveno arte la obra resonante de Eurípides. Poeta derribadora de fronteras, Carson viene trabajando una intertextualidad personalísima entre el feminismo, el ensayo, el mito y el teatro en sus libros, y la tragedia griega cobra una importancia fundamental en esa operación de reciclaje. Las mujeres troyanas toma sin embargo su principal fuerza de las composiciones a página completa de Bruno, inmejorable vocera visual del texto de Carson.

El desolado destino de Troya tras su derrota contra los aqueos exhibe visos tan oscuros como desenfadados en el trazo de la estadounidense, también pintora y ceramista. En su inspirada trasposición en blanco y negro de líneas desprolijas el pueblo troyano adopta el aspecto de una triste jauría presidida por la achacada perra Hécuba, así como hay personajes con aspecto de cuervo (el heraldo Taltibio), de zorra seductora (la raptada Helena) o de híbrido entre búho y prenda jardinera (la diosa Atenea), suerte de bizarro guiño al Maus de Spiegelman; al mismo tiempo Poseidón puede ser una ola de Hokusai, el rey Menelao una máquina de guerra y la destronada reina Andrómaca un álamo de tronco agrietado.

Las mujeres troyanas. Anne Carson y Rosanna Bruno.

La arbitrariedad anacrónica impulsa el relato, y así Troya se recrea como un hotel destartalado, hay una revista de moda llamada “Novias troyanas” y la manada persa aparece detrás de un alambre de púas reminiscente de catástrofes más recientes. Liberadamente jocosa, Las mujeres troyanas consigue ser contemporánea sin resignar solemnidad y espesor trágico.

Algo parecido sucede con The League of Extraordinary Gentlemen, cuyos dos primeros volúmenes acaban de reeditarse en el país. La obra con la que el laureado guionista Alan Moore inauguró su sello ABC en el relevo de milenio –llevada al cine en La liga extraordinaria (2003)– comete la picardía de revisar hitos de la literatura decimonónica sacando a sus protagonistas de contexto e insertándolos a su vez en una trama de aires conspirativos y aventureros.

Convocados por una hermética Corona británica para llevar a cabo misiones donde lo sobrenatural es norma, Mina Harker (Drácula), el Capitán Nemo (Veinte mil leguas de viaje submarino), Allan Quatermain (Las minas del rey Salomón), el doctor Jekyll y su bestial némesis Hyde (El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde) y el hombre invisible (de la novela homónima de H.G. Wells) integran una cofradía poco convencional donde no faltan la disputa, la traición ni el romance inesperado. Relajado y a sus anchas en su casa creadora, Moore se desprende del perfeccionismo de Watchmen, From Hell o V de Vendetta –sus obras maestras– y se entrega al furor folletinesco con el pretexto irónico de la cita y el pastiche, a la vez homenaje a los pulps de antaño.

De nuevo, en la historieta no existe guionista sin dibujante, y aquí Kevin O’Neill dota al relato de una versatilidad eficaz que prueba su renombre en el oficio. El fallecido ilustrador británico le sigue el ritmo trepidante a Moore paseando su plumín por bosques fantásticos y ciudades deslucidas, incursiones en globo y en submarino, villanos asiáticos y extraterrestres, enfatizando claroscuros, tramas precisas y un espíritu grotesco de caricatura.

En el primer volumen la amenaza a combatir es el mafioso Fu Manchú, de quien es preciso rescatar una energía de resplandor verde llamada cavorita, y en el segundo son unos alienígenas gigantes con forma de trípode venidos de Marte. Si bien superficial, la narración se afina con el paso de los capítulos a medida que se van sumando lúdicas referencias a otras célebres criaturas –deudoras de Edgar Allan Poe o de Arthur Conan Doyle– y los antihéroes revelan facetas más “extraordinarias” de sí mismos.

The League of Extraordinary Gentlemen vol. 1. Alan Moore y Kevin O’Neill. Planeta.

Entre dos mundos

Otra vuelta de tuerca a la adaptación tiene lugar en Lovecraft, novela gráfica que ya no representa únicamente las monstruosas visiones del escritor de terror de Providence –mil veces llevadas a la historieta–, sino que sitúa al autor de El color que cayó del cielo, La llamada de Cthulhu y En las montañas de la locura en el centro del relato. Partiendo de un guion escrito inicialmente para la pantalla grande por Hans Rodionoff, el estadounidense Keith Giffen (recordado por La Liga de la Justicia y Lobo, que murió el año pasado) despliega una sintética biopic en cuadritos que dibuja y pinta el argentino Enrique Breccia, verdadero motor imaginario del conjunto.

Desde la infancia a la adultez, la historia oscila entre la vida verídica y la soñada de H.P. Lovecraft, que mantuvo durante su existencia una conexión tan física como mental con el otro lado. La invención de niñez del ficticio “Necronomicón”, un libro de magia ancestral abridor de portales, atraviesa la biografía como un conjuro del que el escritor ya no puede librarse y que proveyó el fundamento de su esperpéntica mitología.

Lovecraft. Hans Rodionoff, Keith Giffen y Enrique Breccia. Hotel de las Ideas.

El padre loco, el lazo enfermizo con su sobreprotectora madre, la imaginación vívida, los colapsos nerviosos, la publicación en revistas de fantasía y ciencia ficción, la mudanza a Nueva York y el romance idílico con la escritora Sonia Greene son ejes del volumen, escenas que se alternan con la ciudad ficticia de Arkham o la irrupción de los tentaculares Shoggoth, íconos de Lovecraft. Breccia resuelve con maestría esa dualidad, afilando la línea y la trama en las secuencias realistas y saltando a técnicas pictóricas en las oníricas, haciendo uso de paletas aguadas y fosforescentes que irradian la luz de un umbral de páginas entreabiertas.

  • Lovecraft. Hans Rodionoff, Keith Giffen y Enrique Breccia. Hotel de las Ideas. 144 páginas. $ 19.000.
  • Las mujeres troyanas. Anne Carson y Rosanna Bruno. Vaso Roto. 80 páginas. $ 27.990.
  • The League of Extraordinary Gentlemen vol. 1. Alan Moore y Kevin O’Neill. Planeta. 192 páginas. $ 25.900.
  • The League of Extraordinary Gentlemen vol. 2. Alan Moore y Kevin O’Neill. Planeta. 224 páginas. $ 25.900.

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