La Voz del Interior @lavozcomar: Ciudad de Córdoba: la historia de la escultura que se creyó perdida y que vuelve a San Vicente

Ciudad de Córdoba: la historia de la escultura que se creyó perdida y que vuelve a San Vicente

Susana Atrio mira atentamente la escultura que se acaba de colocar en la explanada del Centro de Participación Comunal de San Vicente, en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba. Se trata de la obra de arte de Alejandro Perekrest que se llama “Libertad”: eran cuatro niños abrazados, con guardapolvos, entonando la primera estrofa del Himno Nacional. Por eso es que siempre se lo conoció como “Monumento al Himno”.

“La primera de las niñas es mi mamá”, cuenta Susana. “Mi abuela vivía al lado de la casa del artista, y él le pidió permiso para que le permitiera ser modelo. Mamá tenía 9 años, era 1932″, comenta. La obra, hecha de fundición de bronce, se inauguró el 1° de mayo de 1938, cuando se lo colocó sobre un pedestal de granito en la plaza Urquiza, de San Vicente.

Así lucía el conjunto escultórico Libertad en 1938, cuando se lo instaló en la plaza Urquiza de barrio San Vicente.

El escultor y restaurador Ricardo Zavala está dando retoques a la escultura: “Es una obra maestra, mirá la expresividad de los rostros, el detalle, las narices, los ojos…”.

Perekrest era un reconocido escultor que vivía justo enfrente de la plaza. Y los otros modelos fueron otras niñas vecinas, y su propio hijo, aunque cuentan que falleció antes de que el artista terminara la obra. Había nacido en Polonia, en 1879, y se formó en Florencia, Italia.

Llegó a Argentina en 1914, dejó su huella en La Plata y Rosario, para finalmente radicarse en Córdoba, donde fue profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes hasta su muerte, en 1954. Entre sus obras, se destaca el “Himno al Sol”, la estatua que representa a un nativo con los brazos abiertos hacia el astro, que desde 1939 está en el bulevar San Juan, casi llegando a Vélez Sársfield.

“Mi mamá se llamaba Ilda Joan, y falleció en 1996. Con mis hermanos y sus nietos, teníamos la idea de tomarnos una foto con la estatua, en la plaza Urquiza. Pero un día, vino alguien con una camioneta, la ató y la quiso tirar, aparentemente para robársela”, cuenta Susana.

Registro de los últimos años de la obra, ya fuera del altar de granito (Registro de Carlos Page).

Por entonces, la obra ya había sufrido modificaciones. Cuando en 1989 se construyó el transformador para el tendido de trolebuses en un sector de la plaza Urquiza, se movió la escultura y se la dejó a nivel de suelo, ya sin el pedestal.

La fecha no está clara, pero a finales de los ‘90, luego del incidente que recuerda Susana, las autoridades municipales decidieron retirarla de la plaza. El tema es que en lugar de resguardarla o restaurarla, fue totalmente vandalizada y dañada.

Charla en la plaza Colón

Aviso al lector: en este punto, quien escribe esta nota toma protagonismo. En septiembre del año pasado, entrevisté a Zavala por su trabajo de restauración del conjunto de esculturas en fundición de hierro de origen francés que hay en la plaza Colón.

En medio de la charla, me comenta que en su atelier ubicado en el Vivero Municipal, frente parque Sarmiento, tenía los restos de una escultura. “Estaba semienterrada en el predio, cuando lo vi, era el ‘monumento al Himno’”, relató entonces.

Ricardo Zavala artista plastico y restaurador de las estatuas de la plaza Colon    Foto: (Pedro Castillo / La Voz)

Era 2009. La obra ya estaba mutilada. Le faltaba la punta de la bandera y del mástil, la base donde estaban grabadas las palabras del primer verso del Himno, y el cuerpo del niño.

Zavala sigue contando entonces que en 2014 encontró una parte del cuerpo del niño, en un depósito municipal. “Tengo todo a resguardo, ese monumento estaba en la plaza Urquiza”, me relata.

Otra digresión: este periodista es de San Vicente, lo cual implica tener una identidad muy marcada con el barrio y con su historia. Lo que me cuenta el restaurador, se lo transmito al director del CPC, Santiago Gómez. Y le paso el contacto.

La restauración

Gómez decidió que había que rescatar el monumento. “Los vecinos de San Vicente siempre hablaban del ‘Monumento al Himno’, que había desaparecido en los ‘90″, cuenta el funcionario.

Le pidió a Zabala que hiciera el trabajo. “No se trata de devolver el monumento a su estado original, eso sería un plagio”, dice el escultor. Tuvo que ingeniárselas para resolver cómo se podría recuperar la obra, la que tenía muchos faltantes.

La sección del niño fue restaurada como reliquia, ya que le falta la cabeza y las extremidades inferiores. En la foto, Susana Atrio y el director del CPC, Santiago Gómez  ( Ramiro Pereyra /La Voz )

“Al niño le falta la cabeza y desde la cintura para abajo. Por eso, ahora es una reliquia que posa sobre una base de madera”, explica Zabala.

Así lucía el niño, cuando era parte del conjunto escultórico ( Ramiro Pereyra /La Voz )

El resto del conjunto escultórico de Perekrest tenía otros faltantes además del niño. Las dos últimas niñas no tenían de la cintura hacia abajo, justo a la altura donde estaba la línea de soldadura entre las dos partes de bronce fundido.

Escultura Libertad o el Himno restaurada y colocada en el CPC de  San Vicente ( Ramiro Pereyra /La Voz )

Y la niña Ilda es la más completa, aunque le falta un pie.

Por eso, Zavala completó el conjunto escultórico apoyándolo sobre un cubo de cemento, donde está la placa conmemorativa. Antes, hizo una profunda restauración sobre el bronce, que luce brillante pero con la pátina característica de ese metal producto del paso del tiempo.

“Hola, es mi mamá”

En el proceso de restauración, Gómez hizo un posteo en sus redes sociales contando que se iba a recuperar el monumento. Y esa historia llegó a manos de Susana.

La foto de Ilda Joan, la niña que modeló para que Perekrast la inmortalizara en el monumento ( Ramiro Pereyra /La Voz ).

“Hola Santiago, me enteré de la estatua que quieren reconstruir y me emocioné mucho porque una de las niñas de esa estatua es mi mamá”, le escribió a Gómez.

El martes pasado, Zabala comenzó a instalar la escultura en su nuevo hogar: la explanada del CPC de San Vicente, a menos de 500 metros de la plaza Urquiza. Los cuellos de las figuras aún muestran las huellas de sierras que intentaron destruirlas para vender el bronce.

Susana Atrio junto a la escultura de su madre, Ilda Joan, en la explanada del CPC San Vicente.  ( Ramiro Pereyra /La Voz )

Susana ya no vive en el barrio, pero gran parte de su familia sí. No oculta su emoción al ver nuevamente a la escultura de su madre.

El “Monumento al Himno” volvió a San Vicente. La obra de arte de Alejandro Perekrast vuelve a estar en el barrio que eligió para vivir. Y los descendientes de Ilda pueden volver a verla de niña, tal como era en 1932 cuando fue inmortalizada por el escultor.

Como dice Zavala, es una “obra maestra”, que estuvo a punto de perderse para siempre del patrimonio artístico cordobés. Por esas cosas del destino, afortunadamente, eso no pasó.

La obra se inaugura este viernes a las 18.30 en la explanada del CPC.

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