La Nación Economía: La industria aceitera resiste, pese a los márgenes negativos de la molienda

La industria aceitera resiste, pese a los márgenes negativos de la molienda

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Hay un dato que tal vez ha pasado desapercibido en el mercado de la soja, camuflado por la alta volatilidad y por la tendencia errática que muestra el precio en Chicago. El hecho concreto es el comportamiento que ha tenido el precio de la soja en Rosario y lo que sucedió en el Chicago Mercantile Exchange, con un movimiento diametralmente opuesto entre ambos mercados.

Entre el 2 junio y el 31 de julio el valor de la soja en Chicago tuvo una baja de US$36 por tonelada en la posición septiembre (495 versus 531 dólares) y de 28 dólares (492 versus 520 dólares) en la posición enero. En ese mismo periodo el precio de la soja en Rosario tuvo una suba de US$7 (347 versus 340 dólares) y de 25 dólares (350 versus 325 dólares), respectivamente.

Este comportamiento tira por tierra la opinión de muchos productores y referentes del mercado que suelen decir frases como, “nuestro mercado no refleja lo que sucede en Chicago”, o “mientras Chicago sube US$20 acá sube US$5”. Y así tenemos muchas otras frases del ideario popular, como la más celebre, “la industria aceitera siempre gana plata”.

El mercado de campos está más activo que en 2020, pero con pocas operaciones

¿Cuál es el motivo por el cual nuestro mercado muestra un divorcio tan contundente con respecto a Chicago? Haciendo un poco de análisis en sintonía fina, mi opinión es que el mercado de soja en Chicago depende de tres patas, Estados Unidos, Brasil y China. En forma muy resumida, pues hay otros factores de fuerte peso que definen el precio de las commodities a escala global.

Por citar algunos, el factor climático en países productores y exportadores de soja y su impacto en la producción y en los saldos exportables, la relación del dólar frente al euro y el yen, el encarecimiento que han tenido los fletes marítimos, casi el triple respecto de un año atrás, el precio del petróleo y las políticas gubernamentales.

En cambio, el precio de la soja en la Argentina depende principalmente del resultado económico que arroje el margen de molienda, considerando que nuestro país es el primer exportador mundial de harina de soja y de aceite de soja. Es decir que somos formadores de oferta y, en consecuencia, también de precios.

En estos momentos el margen de molienda de soja de la industria aceitera es negativo entre 10 y 15 dólares por tonelada, derribando el primer mito que la industria aceitera siempre gana plata. Cada empresa tiene sus propios costos operativos y volumen de capacidad instalada que generan márgenes distintos, pero cuando son negativos no hay salvación, lo sufren todas.

Muchos se preguntarán por qué las industrias de aceites siguen procesando la soja en momentos en que los márgenes son negativos. La respuesta tiene varias aristas, la principal indica que parar la línea de procesamiento es muy costoso y el lucro cesante por no operar es mucho más alto todavía.

Otro factor es que las empresas tienen como política comercial nunca dejar de abastecer a un cliente. Este último aspecto tiene que ver con la lógica que indica que empresa que deja de abastecer un mercado verá como otra empresa ocupa su lugar al instante.

Es una gran ventaja disponer de una industria aceitera eficiente y competitiva, a pesar de pasar por malos momentos, como lo es la baja del caudal del Paraná y la reducción del calado que encarecen por demás los costos operativos y de exportación, y los sucesivos conflictos gremiales que golpean en el corazón de la agroindustria y las exportaciones argentinas.

El autor es fundador de GuruMarket

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