El Cronista @cronistacom: Impuesto a los bancos en Italia: el primer roce de Meloni con los mercados complica al Gobierno

Impuesto a los bancos en Italia: el primer roce de Meloni con los mercados complica al Gobierno

La metedura de pata del Gobierno italiano en relación con el impuesto a la renta inesperada para los bancos ha perjudicado gravemente los esfuerzos de la primera ministra, Giorgia Meloni, por proyectarse como una administradora fiscalmente responsable de la economía de su país.

Un retroceso parcial a última hora del martes ayudó a las acciones de los bancos a recuperar parte del terreno perdido tras una precipitada caída, pero el tumultuoso episodio ha dañado la reputación de la coalición de derecha de Meloni.

«La idea de que el Gobierno se está volviendo mainstream, yendo hacia el centro y haciéndose responsable en el aspecto económico se ha visto ahora un tanto socavada», afirmó Lorenzo Codogno, exalto funcionario del Tesoro italiano. «Ha generado sospechas…Puede que no sea un camino fácil».

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Desde que asumió el poder en octubre, Meloni ha intentado tranquilizar a los mercados financieros, que la veían con recelo, y se ha distanciado de su pasado como agitadora de la oposición.

El catastrófico y efímero mandato de la líder conservadora británica Liz Truss -apenas unas semanas antes de que Meloni asumiera el cargo- sirvió como una advertencia que la dirigente italiana tomó muy en serio. El prudente primer presupuesto de su gobierno fue muy aplaudido.

Pero el torpe y caótico intento de imponer un impuesto a la renta inesperada sobre los ingresos netos por intereses de los bancos -que previamente el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, había rechazado- ha suscitado dudas sobre la comprensión de Meloni de las ramificaciones en el mercado de las políticas populistas.

«Probablemente creyeron que era una medida contra un adversario relativamente impopular -como los bancos- que podía venderse fácilmente a la opinión pública, sin mayor impacto en los mercados», dijo Lorenzo Pregliasco, socio fundador de la encuestadora política YouTrend.

«No pensaron que produciría la reacción que provocó», añadió. «Fue un gran error de cálculo».

En las últimas semanas, el gobierno de Meloni ha sido objeto de críticas en su propio país, ya que la aplicación del plan de recuperación post pandemia financiado por la Unión Europea y dotado con 191.500 millones de euros (u$s 210, 2 mil millones) se ha retrasado mucho, y los desembolsos de la UE se han estancado. La economía también ha perdido impulso, con una inesperada contracción del PBI del 0,5% en el segundo trimestre.

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Meloni también se ha enfrentado a críticas y protestas por eliminar gradualmente el controvertido plan social Renta Ciudadana, que ofrecía a los italianos desempleados un ingreso básico, aunque los empresarios se quejaban de que disuadía a la gente de aceptar un empleo.

Atacada por ‘antipobre’, los analistas dicen que Meloni puede haber querido hacer un gesto político para apuntalar el apoyo político, en particular entre su base de votantes de derecha.

«Meloni se sintió debilitada por las acusaciones de que no se preocupa por los hogares más vulnerables», afirma Francesco Galietti, cofundador de Policy Sonar, una consultora de riesgo político con sede en Roma. «Cuando desechó la renta básica universal, fue acusada de no tener corazón y de no preocuparse por los pobres». «Esta movida a lo Robin Hood es su intento de volver a las andadas», agregó.

Según Pregliasco, el Gobierno «quería hacerle el juego al electorado de derecha, populista y antisistema, que básicamente odia a los bancos».

Según los economistas, la medida también refleja la creciente ansiedad del Gobierno por encontrar nuevas fuentes de ingresos, ya que trabaja para preparar el presupuesto del próximo año bajo estrictas restricciones fiscales.

«Probablemente sea una señal de desesperación», dijo Codogno. «En primavera tienen que preparar el presupuesto y no tienen dinero para financiar nada».

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Las medidas parecían ciertamente las acciones de un gobierno que improvisaba políticas sobre la marcha, con escaso sentido de las posibles repercusiones sobre los bancos, la economía o el sentimiento internacional más amplio hacia Italia.

El socio menor de Meloni en la coalición, Matteo Salvini, líder del partido de derecha la Liga y ministro de Infraestructura del país, anunció el impuesto en una conferencia de prensa nocturna el lunes en la que tanto Meloni como Giorgetti brillaron por su ausencia.

«El Gobierno introduce de repente un impuesto del 40% que puede destruir el sector justo antes de irse de vacaciones y el ministro no aparece para explicar qué está pasando», dijo un ejecutivo bancario en Milán.

Salvini ofreció pocos detalles concretos de cómo funcionaría el impuesto, y se limitó a pregonar una medida que, según él, ayudaría a la gente de a pie afectada por el impacto de las altas tasas de interés, mientras criticaba a los bancos por negarse a pagar mayores tasas de depósitos para los pequeños clientes.

«Estaba bastante claro que se trataba de una medida política, no técnica», dijo Pregliasco. «Salvini quería mostrar iniciativa y que la Liga no es un espectador, sino que podía marcarle la agenda del Gobierno».

No fue hasta el martes por la noche -después del caos de los mercados- cuando el Ministerio de Finanzas emitió finalmente un comunicado de control de daños, en el que afirmaba que el impuesto tendría un tope del 0,1% de los activos bancarios. Este límite no se mencionaba en ninguna de las dos versiones de la política que se habían distribuido ese mismo día. La versión final del impuesto está aún sujeta a la aprobación del Parlamento, y se espera una fuerte presión por parte de los bancos.

Pero el papel de Giorgetti -miembro de la Liga de Salvini- siguió siendo ambiguo, ya que dijo a personas de su entorno que no apoyaba la medida original, mientras que miembros del círculo de Meloni insistían en que sí lo había hecho. Más tarde, un vocero del ministro afirmó que estaba «totalmente de acuerdo».

La medida se adoptó pocas semanas después de que la Asociación Nacional de Bancos (ABI) y el Ministerio de Economía acordaran tratar de mitigar el impacto de la suba de las tasas de interés en las hipotecas a tasa variable, que representan alrededor de un tercio del total de los préstamos hipotecarios.

Personas cercanas a las discusiones dijeron que se sorprendieron al enterarse del impuesto «por televisión».

Este miércoles, Meloni defendió el impuesto pero no comentó la reacción del mercado. En un breve video, dijo que la medida no era un impuesto sobre un «margen legítimo», sino más bien «un impuesto sobre un margen injusto».

En Italia, el impuesto fue aplaudido por algunos opositores, incluido el populista Movimiento Cinco Estrellas, que había estado pidiendo una medida de este tipo, y miembros del ala izquierdista del partido Demócratas, de centro-izquierda.

Pero el daño internacional será difícil de reparar. «Esto ha suscitado dudas sobre el grado de responsabilidad financiera -y de conciencia financiera- del Gobierno», afirmó Pregliasco, quien añadió que el asunto «debilitará la percepción» de que «el gobierno de Meloni no era proclive a aprobar medidas descabelladas».

Codogno dijo que el «impuesto de estilo soviético» -y el tumulto en torno a él- había puesto de manifiesto los fuertes impulsos populistas dentro de la coalición de derecha.

«Ha revelado su verdadera actitud», dijo Codogno. «Probablemente este Gobierno no es tan favorable al mercado como la gente pensaba».

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