Ven “imposible” que la inflación baje con fuerza antes de fin de año
Las elecciones del 2023 estarán cruzadas por una inflación altísima, de eso ya no hay duda. El objetivo del ministro de Economía, Sergio Massa, de bajarla al 3% mensual desde abril no se cumplió y las perspectivas para fin de año son cada vez más altas.
El economista jefe del Ieral, Gustavo Reyes, uno de los especialistas que más conoce de macroeconomía en Argentina, estuvo en Córdoba esta semana y compartió una visión nada alentadora respecto del escenario inflacionario para lo que queda del año.
Hablando de lo que puede pasar con los precios a fin de año, Reyes, en el marco del Ciclo de Coyuntura y Perspectivas que organiza la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y la Fundación Mediterránea, dijo que “hay que rogar que no se acelere más”, que “pensar que va a bajar fuerte es muy difícil” y que imaginar que llegue “al 80% a fin de año es imposible”.
El 80% de inflación interanual en diciembre es la meta corregida que se acordó con el FMI en marzo, hace apenas dos meses. Ese porcentaje, en el acuerdo inicial, era del 60%.
Reyes explicó en el auditorio Diego de Torres de la UCC que para que se llegue a ese 60% la inflación, desde ahora y hasta fin de año, debería ser ‘cero’. Y que para que se cumpla la meta del 80%, de abril a diciembre, la tasa no tendría que superar el 3%. Cualquiera de los dos escenarios, a todas luces, son impracticables.
Por qué no baja la inflación
Entre las causas que Reyes ve para que la inflación no ceda, una cuestión importante es la tasa de devaluación del peso respecto del dólar oficial y, muy especialmente, las expectativas sobre esta variable.
“Las expectativas de devaluación en los próximos 12 meses, en febrero, estaban entre el 6% y 7% mensual; ahora, están entre 8% y 12%. Esto es un aumento en la inflación esperada muy fuerte”, explicó.
Otro dato: en febrero, se pronosticaba un dólar oficial a finales de 2023 en 400 pesos. “Ahora, se espera uno a 500 pesos”, sentenció.
Por otra parte, Reyes destacó que el nivel de actividad, medido respecto de los meses previos (no en forma interanual), viene cayendo. “No es algo de los últimos meses, pasa desde agosto del año pasado”, amplió.
“Por otro lado, la recaudación, que estaba muy por arriba de la tasa de inflación, ahora se ubica debajo, complicando las cuentas fiscales. Además, los precios de los bonos argentinos están por el piso, en niveles casi de default”, dijo el economista que compartió el escenario con el también representante del Ieral, Juan Manuel Garzón, quien habló del impacto de la sequía.
Posibles escenarios para la inflación en 2023/2024
Sequía y reservas
Hablando de la sequía, Reyes dijo que el problema es “muy grave” y que “sólo es comparable con la cosecha 2008/2009″. “Cada vez que la Argentina tuvo una cosecha de estos niveles, a la economía le ha ido muy mal”, recordó Reyes.
El cálculo de Garzón es que sumando los siete productos agrarios más exportados, se calcula que este año ingresarán casi 25 mil millones de dólares menos.
“En 2008/2009, la última gran sequía dejó una fuerte caída de la actividad y de las exportaciones e importaciones, el Banco Central perdió reservas y se deterioraron las cuentas fiscales”, enumeró Reyes. La única diferencia es que en esa oportunidad la inflación desaceleró, algo que este año no está en los planes.
“Es muy difícil que los precios desaceleren porque la inflación núcleo, que en 2020 estaba entre 3% y 4%; en 2021, entre 4% y 5,5%; ahora está entre 5,5% y 7%; y subiendo escalones. Esto implica que estamos corriendo a una velocidad del 107% anual”, explicó Reyes.
La inflación núcleo es aquella que no no está impactada por los precios más volátiles de la economía y sobre los cuales el Estado tiene poco control. Excluye básicamente tarifas, combustibles y productos y servicios estacionales.
“Es complicado el escenario inflacionario, además, porque el Central, que estaba devaluando al 6%, ahora lo está haciendo al 8% mensual; y porque la inflación en regulados, en servicios, que estaba en un promedio de 7%, ahora va a ser más porque vino el aumento de tarifas”, apuntó.
Macro internacional
En relación con el contexto internacional, Reyes mostró que la inflación en los Estados Unidos está bajando (“especialmente está en baja la core inflation”, dijo). “Lo mismo pasa en Europa, aunque en ese caso ‘la núcleo’ no cede, por lo que se espera que las tasas de interés seguirán altas y, por lo tanto, el euro se va a seguir apreciando”, amplió.
Por otra parte, dijo que la confianza de los consumidores también está creciendo en los Estados Unidos y que las encuestas a los CEOs de las grandes empresas hablan de mejoras en el nivel de actividad.
“¿Todo esto quiere decir que en 2023 va a crecer mucho la economía mundial? No. Sin embargo, en algunos países se esperaba una recesión y eso, ahora, se está descartando.
Vamos a un mundo que escapa de la recesión, pero que claramente tendrá un nivel de crecimiento muy bajo. Incluso en China se calcula un 5% este año, y otro 5% en 2024, un aumento que para ser China es bastante bajo”, expresó.
Volviendo a Argentina, Reyes dijo respecto del aumento del tipo de cambio paralelo: “El dólar es como el ticket al arca de Noé: si creo que habrá un diluvio, estoy dispuesto a pagar lo que sea”.
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