La Voz del Interior @lavozcomar: Una lección de ética política

Una lección de ética política

En estos tristes tiempos en que nuestros políticos buscan asegurarse el poder para gozar de inmerecidos privilegios “clasistas” (y pensar que los actuales predican en contra de las “clases opresoras”, pues se disfrazan de defensores de los derechos de los millones de excluidos que supieron crear), es bueno abrevar en las palabras y actitudes de un héroe moral. Tomamos ejemplo de él pese a que no compartimos sus métodos ni sus ideales revolucionarios. Pero su estatura trasciende cualquier partidismo y su noble conducta es paradigmática.

Cuando asistimos a una vacunación privilegiada para los gobernantes, sus amigos y familias (vacunación largamente esperada por la población, por la tardía y nunca explicada decisión de adquirirlas después de meses de inacción)…

Cuando observamos que durante la desastrosa imposición de la cuarentena más larga del mundo, con prohibiciones extremas, se festejaba, entre otros jolgorios, el cumpleaños de la señora que acompaña al presidente en la Quinta de Olivos, con numerosos asistentes…

Cuando se coacciona desde el poder (con letra nada menos que del ministro de Seguridad de la Nación) con la más infame de las amenazas, cual es la de involucrar en la “advertencia” a las hijas de la víctima (Nik, un humorista gráfico)…

Cuando se permite que se pisotee y vandalice el público y humilde recordatorio que construyeron los deudos de las más de 100 mil víctimas de la peste (que el gobierno no supo combatir)…

Cuando asistimos a esta degradación de la moral pública de nuestros gobernantes, acudimos esperanzados a este párrafo, que transcribimos:

“El 12 de junio de 1959, cuando llevaban sólo 10 días de casados, el Che partió de gira por los países del Pacto de Bandung, una coalición de naciones de África y Asia. Se iba por tres meses y medio y Aleida le pidió que la llevara como lo que era en Cuba, su secretaria. ”Ese fue el momento en que comencé a conocerlo con mayor profundidad –recordaría en su libro–. Me argumentó que, además de su secretaria, era su esposa, y que eso se vería como un privilegio, porque los otros no podían hacerse acompañar por sus parejas. Antes de despedirnos, fuimos a ver a Fidel a su casa, y Fidel también trató de convencerlo para que me llevara. Pero no aceptó. Entonces lloré, un llanto que siempre me reprochó”, según relata Alberto Amato en un artículo publicado en Infobae.

Sí, la también guerrillera Aleida March trabajaba como secretaria del Che. Cuando obtuvo el divorcio de su anterior cónyuge, Guevara se casó con Aleida. Y sólo 10 días después, este tuvo que partir en gira diplomática. Pero sus convicciones impidieron que aceptara que su secretaria lo asistiera, porque ahora, además de secretaria, era su esposa. Y los otros miembros de la misión no tenían permitido viajar con sus mujeres. Hubiera sido un privilegio que jamás admitiría…

Tome el ejemplo, señor Presidente.

* Exprocurador fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación

https://www.lavoz.com.ar/opinion/una-leccion-de-etica-politica/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/una-leccion-de-etica-politica/

Deja una respuesta