Un templo hindú levantado sobre una mezquita derruida en India refuerza la posición política de Modi
NUEVA DELHI (AP) — Tres décadas después de que una turba hindú derribara una mezquita histórica, el primer ministro de India, Narendra Modi, asistirá a la consagración de un gran templo hindú en el mismo lugar, una maniobra política para reforzar a su partido antes de unas cruciales elecciones nacionales.
Los expertos dicen que el templo, dedicado a Ram, la deidad más venerada del hinduismo, consolidará el legado de Modi, duradero pero también controversial, como uno de los líderes más influyentes del país, que ha intentado transformarlo de una democracia secular en una nación devota hindú.
“Desde el principio, Modi estaba motivado por dejar su marca en la historia. Se ha asegurado de ello con el templo de Ram”, dijo Nilanjan Mukhopadhyay, experto en nacionalismo hindú y autor de un libro sobre Modi.
Muchos ven la inauguración del templo como el principio de la campaña electoral para Modi, un nacionalista declarado que ha recibido muchas acusaciones de defender la supremacía hindú en un país oficialmente secular. Se espera que el partido nacionalista hindú de Modi vuelva a recurrir a la religión para ganar ventaja en las próximas elecciones nacionales en abril o mayo y conseguir un tercer mandato consecutivo.
El Partido Bharatiya Janata, que ostenta el gobierno, ha convertido en un evento nacional la inauguración del templo en Ayodhya, una pequeña ciudad del norte de India que ha sido foco de tensiones en el pasado. Se espera que la apertura llamé la atención de los votantes hindúes.
Muchos de los seguidores de Modi le consideran responsable de restaurar el orgullo hindú en India, donde los musulmanes suponen poco más del 14% de la población.
“Lo que se está haciendo en Ayodhya, la escala a la que se está construyendo en el momento, en realidad lo va a hacer parecer el Vaticano hindú, y eso es lo que va a publicitarse”, dijo Mukhopadhyay. “Modi no va a perder ni una oportunidad de intentar vender el logro de haber construido un templo”.
El templo de Ram, que se estima ha costado unos 217 millones de dólares, es crucial para los hindúes que creen que el dios nació en el mismo lugar donde musulmanes mogoles construyeron la mezquita de Babri en el siglo XVI, sobre las ruinas de un templo. La mezquita fue demolida por turbas hindúes en diciembre de 1992, lo que desencadenó unos disturbios en todo el país en los que murieron más de 2.000 personas, casi todos musulmanes. El suceso puso en marcha acontecimientos que redefinieron la política de identidad social en India e hicieron que el BJP de Modi pasara de tener dos escaños parlamentarios en 1980 a su actual dominio político.
A principios de la década de 1990, Modi era un líder poco conocido en su estado nativo de Gujarat, que también contribuyó a movilizar indignación pública para ganar apoyos a la construcción de lo que ahora es el templo Ram en el lugar de la antigua mezquita de Babri.
Grupos musulmanes libraron una batalla judicial de décadas para restaurar la mezquita de Babri. La disputa terminó en 2019 cuando, en una decisión controversial, la Corte Suprema de India describió la destrucción de la mezquita como “una escandalosa violación del estado de derecho” pero concedió el lugar a los hindúes. La corte asignó a los musulmanes un terreno distinto en una zona aislada.
La accidentada historia sigue siendo un agravio sin resolver para muchos musulmanes, y algunos dicen que el templo es la mayor declaración política hasta ahora de supremacía hindú.
“Hay un temor a que este gobierno y todos los afiliados, quieren borrar todos los rastros de civilización islámica o musulmana del país”, dijo Ziya Us Salam, autor del libro “Being a Muslim in Hindu India” («Ser musulmán en la India hindú»).
Los musulmanes indios se han visto cada vez más atacados en los últimos años por grupos nacionalistas hindúes, y al menos tres mezquitas en el norte de India tienen casos en tribunales debido a acusaciones de nacionalistas hindúes que afirman que se construyeron sobre ruinas de templos hindúes. Además, nacionalistas hindúes han presentado numerosos casos en cortes indias para reclamar la propiedad de cientos de mezquitas históricas.
“Por un lado, quieren cambiar los nombres de todas las ciudades que tienen un nombre que suene musulmán. Por otro lado, quieren librarse de casi todas las mezquitas, y las cortes están encantadas de aceptar peticiones con cualquier pretexto”, dijo Salam.
Reconstruir el templo en el lugar disputado ha formado parte de la estrategia nacional del BJP durante décadas, pero fue Modi —que llegó al poder en 2014 impulsado por una oleada de tradicionalismo hindú— quien finalmente ejecutó esa promesa tras asistir a la ceremonia de primera piedra en 2020.
Antes de la inauguración, Modi pidió a la gente que celebrase en todo el país encendiendo lámparas en casas y santuarios locales, y dijo que el templo sería un símbolo de “unidad cultural, espiritual y social”. Su gobierno también ha anunciado medio día de cierre en todas sus oficinas el lunes para permitir que sus empleados participen en los festejos. Modi ha presentado sellos postales del templo de Ram y está previsto que en el futuro se ofrezcan retransmisiones en vivo de ceremonias.
En muchas ciudades y pueblos han proliferado las banderas color azafrán del nacionalismo hindú. Se espera que al acto asistan otros políticos, estrellas de cine y líderes industriales.
Sin embargo, también habrá ausencias notables.
Algunos líderes opositores boicotearían la ceremonia, que tacharon de artimaña política, y acusaron al gobierno de aprovecharse de la religión para obtener beneficios políticos. Cuatro autoridades religiosas hindúes destacadas se negaron a asistir a la inauguración. Dos de ellos dijeron que consagrar un templo sin terminar va en contra de las escrituras hindúes y que Modi no es un líder religioso, por lo que no está cualificado para dirigir la ceremonia.
Salam dijo que Modi ha borrado la línea entre el estado y la religión al convertir su fe en una exhibición pública que ha dado ánimos a sus seguidores más acérrimos.
“¿Cuándo fue la última vez que actuó como primer ministro? Ha habido muchísimos casos en los que sólo se ha convertido como líder del BJP o como mascota del hinduismo, en lugar de como primer ministro de India”, dijo Salam.
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