La Voz del Interior @lavozcomar: Un químico que se dedica a unir dos mundos: el emprendedor y el académico

Un químico que se dedica a unir dos mundos: el emprendedor y el académico

El vínculo entre el sector académico y las startups (emprendimientos de base tecnológica) que en Córdoba ya lleva décadas de camino recorrido, afronta nuevos desafíos para seguir desarrollándose. Santiago Palma, secretario de Innovación y Vinculación Tecnológica de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), habla concretamente de tres retos principales: conseguir fondos, integrar a los emprendedores de negocios a la economía y hacer crecer el ecosistema.

Córdoba cuenta con una fortaleza que pocas ciudades en el mundo tienen: puede desarrollar sinergias virtuosas entre las universidades, capaces de generar empleo genuino y de calidad y transferencia de recursos humanos e investigación, y a las startups, que requieren de todo el conocimiento que las casas de altos estudios les puedan proveer.

Al frente de la Incubadora de la UNC, Palma advierte que estas sinergias ya están creciendo y en Córdoba la aprovechando ingeniería, salud, biotecnología, nanotecnología y agroalimentos. Pero la relación academia-startups puede dar para mucho más. Por eso, impulsó la creación de una sociedad anónima unipersonal (SAU) desde la UNC para agilizar el apoyo que se le da a los emprendedores y participa además de la conducción de la Fundación Incubadora de Empresas (Fide).

–¿Cómo se da en la actualidad la vinculación entre startups y sector académico?

–En general, esta vinculación en Córdoba, Argentina y a nivel global es muy buena, porque este tipo de empresas siempre necesita mucho acompañamiento de investigación y desarrollo, sea la vertical que sea, y ni hablar de las startups que son spin-off de la UNC.

Santiago Palma es doctor en Ciencias Químicas y un entusiasta impulsor de la vinculación entre los mundos emprendedor y académico. (Pedro Castillo / La Voz)

–¿El objetivo es lograr un círculo virtuoso?

–En efecto. Cuando vos tenés una idea que se convierte en un proyecto basado en un desarrollo de un laboratorio universitario, existen tres opciones: una es la transferencia simple, es decir se transfiere el uso o la licencia a una empresa, que es lo que se hacía tradicionalmente; la segunda opción es que esa transferencia vaya seguida de un acompañamiento en el tiempo por parte del grupo de investigación de la universidad a esa empresa; y, finalmente, que los propios investigadores se conviertan en empresarios.

–¿Qué recibe la Universidad en este intercambio?

–Esta sinergia virtuosa le sirve a la universidad por la generación de empleo genuino y de calidad, la transferencia de recursos humanos y, a la larga, ingresos adicionales. La generación de empleo en las startups es de muchísimo valor agregado. Son empleos altamente calificados y de mucho impacto global y regional. Las startups innovan mucho, están en la cresta de la ola, en la frontera del conocimiento, entonces cuando toman graduados o graduadas universitarios el proceso se hace mucho más virtuoso.

–¿Y las startups?

–La principal ganancia para las empresas que recién se inician es recibir por parte de la Universidad toda la investigación que necesitan. En general, lo que ocurre es que las startups tienen un periodo de desarrollo relativamente largo antes de salir al mercado. Necesitan inversiones antes de vender, necesitan investigación, necesitan desarrollo antes de poder concretar el modelo de negocio. En esta etapa inicial, antes de que se convierten en empresas consolidadas, la participación de la UNC es muy grande, ya sea a través de recursos humanos o de la investigación propiamente dicha.

–¿Con qué tipo de proyectos están trabajando?

–La Universidad no se puso como meta trabajar con startups de una naturaleza específica. Lo que ocurre es que la Incubadora de la UNC es de base científica, así que los proyectos que se van dando tienen socios que son investigadores y, en general, están asentados sobre know how o patentes de los propios investigadores, y eso se ha venido dando en el rubro de las ingenierías, salud, biotecnología, nanotecnología y agroalimentos. Son verticales no trazadas institucionalmente, sino que se han dado naturalmente.

La Incubadora de la UNC tiene actualmente en apoyo a una decena de

–¿Cuántos proyectos reciben asistencia?

–Actualmente son 10, pero la cifra trepa a entre 30 y 35 en la última década.

–¿Cuál es el principal logro de esta sinergia?

–Lo principal es asumir que es virtuoso que los investigadores generen sus propias empresas. Los necesitamos. Necesitamos que esas personas sean emprendedoras y que lo puedan contar en las aulas después. Si esto se da, se genera una atracción positiva y, desde el punto de vista de la universidad, demuestra que muchas de las investigaciones que se llevan a cabo pueden rápidamente convertirse en un modelo de negocios. Soy un convencido de que la investigación básica es fundamental porque retroalimenta todo el círculo.

–Esto también plantea muchos desafíos.

–Por un lado, un desafío es promover e inspirar a que este fenómeno se replique y aumente. Todavía los investigadores tienen cierto recelo de salir de su zona de confort y fundar su propia empresa, pues piensan que no están preparados para eso. Otro gran desafío es que deben aparecer más emprendedores de negocios. Es decir, hay muy buenas ideas de los investigadores, pero necesitan el acompañamiento de gente que entienda de negocios. Para ello, entre otras acciones, estamos trabajando con el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Córdoba (CPCE) en un programa común. En este tema tenemos un déficit que se da en todas las universidades del mundo. Lograr que la gente de negocios se sume a la gente de ciencia no es sencillo, son dos universos distintos que hay que lograr que encajen.

–¿Y el tema del fondeo?

–Precisamente, ese es el tercer desafío: conseguir fondos. En algunas verticales, como salud, medicamentos y agro, las inversiones son muy, muy altas. Por lo tanto, es muy importante que logremos conseguir fondos que apuesten a este tipo de emprendimientos y para eso los inversores necesitan ver ideas buenas basadas en buena ciencia, buenas patentes y buenos equipos de trabajo. Hoy la coyuntura global es difícil, pues el mundo fluctúa en términos económicos y financieros.

–En este marco, ¿cómo está el ecosistema emprendedor local?

–Yo lo veo muy bien, aunque siempre en estas cosas uno tiene que hablar en términos relativos. La provincia de Córdoba ha puesto mucho foco en el ecosistema emprendedor a través de distintas reparticiones. A su vez, las universidades, no sólo las nacionales sino también las privadas, han hecho apuestas alrededor de esto y se va generando la caracterización necesaria para poder avanzar. Si uno ve la cantidad de startups por habitante que se generan en Córdoba es bastante mayor que en otros lugares.

–Existe, podría decirse, un “factor cordobés”.

–Cualquier cosa que se mantiene en el tiempo en forma virtuosa tiene que ver con algún factor ecosistémico. Yo lo puedo decir como emprendedor científico. Como emprendedores científicos estamos muy cómodos en Córdoba, porque acá tenés acceso a fondos, contás con acompañamiento y el gobierno local ayuda o, por lo menos, no pone palos en la rueda. Podría citar algunas empresas que ya han egresado y que están incluso en otros lugares del mundo, pero que siempre tienen su back office en Córdoba. ¿Por qué? Porque conviene, porque el recurso humano es valioso y porque ecosistémicamente la cosa funciona.

–¿Cómo se da el trabajo con la Fide?

–Primero hay que aclarar que la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNC ejerce actualmente la presidencia pro témpore de la Fide. En este contexto, en los últimos tiempos esta institución comenzó un rebranding completo, que apunta a generar, más que procesos de incubación tradicional, acompañamiento institucional a fenómenos de incubación y emprendedorismo regional. En vez de incubar proyectos per sé, lo que se va a hacer es acompañar a incubadoras y aceleradoras.

–Sería un poco adaptarse a los tiempos que corren.

–Con el tiempo, el fenómeno de la incubación física fue perdiendo valor. Los emprendimientos ahora se incuban en los laboratorios y el networking es más virtual. De allí que la Fide decidió que era hora de reconvertirse. Por ello, en esta nueva etapa, la entidad acompaña a otras estructuras de incubación. Lo que brindamos ahora es formación de formadores, porque las personas que están a cargo de las incubadoras necesitan formarse. Para eso va a estar Fide: para acompañar procesos de formación de formadores. Es una estructura de acompañamiento poderosa para quienes decidan hacer programas de emprendedorismo.

–¿Es una nueva manera de entender el desarrollo del ecosistema?

–Teniendo en cuenta que nosotros ya no vamos a acompañar emprendimientos puntuales, sino que vamos a acompañar capacidades de emprendimiento, hoy por hoy la Fide asiste a cuatro o cinco proyectos individuales. La Fide hoy ya no se puede medir, ni se va a poder medir en el futuro, por la cantidad de emprendedores, sino por la cantidad de estructuras que acompañemos y que generen espacios para emprendedores.

–¿Existe también una sociedad anónima para apoyar estos proyectos?

–Sí. La UNC aprobó recientemente por un acuerdo amplio la creación de una sociedad anónima unipersonal (SAU), que es una sociedad donde el único accionista es la Universidad y permite que la casa de altos estudios interactúe con el sector privado, pero desde la lógica privado-privado.

–¿Cuál es la ventaja de operar desde una SAU?

–El objetivo principal es agilizar la transferencia de conocimiento del sector privado, porque vamos a poder negociar mano a mano y eso puede hacer que la Universidad genere actividades conjuntas con empresas ya constituidas de trabajo común. Por otra parte, la participación de la UNC en el paquete accionario eventual de sus startups va a ser a través de la SAU. De este modo, cuando esas startups idealmente vayan al plano internacional, vayan a buscar fondos a otros países, van a ir con formato privado, no van a tener en el paquete accionario cuotas partes del sector público, lo que a veces puede llegar a ser complejo. La sociedad anónima de la UNC puede convertirse en el lugar donde se capitalizan esas empresas a través de fondos privados. Ya hay otras universidades, como la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que tienen una estructura similar previa a la nuestra.

–Lo que está pasando en el país, ¿está impactando en el apoyo a las startups?

–La idea final es, a través de la aceleradora que tenemos, poder invertir o coinvertir en las startups de la Universidad. Eso es algo que, por razones de público conocimiento, no lo podemos hacer en este momento. No es un escenario propicio para que la Universidad coinvierta, pero es por supuesto una idea clara que tenemos para el futuro.

–El aporte se da de otras maneras.

–A veces, uno se pierde un poco en este tema y piensa que la universidad acompaña casi simbólicamente. Pero no. Acompaña, primero, con recursos humanos y después con dinero que no va a la caja de la startup, pero que hace que la startup pueda arrancar. La universidad aporta recursos humanos, el laboratorio y la formación de la mayoría de las personas que después desarrollan un producto y fundan una empresa. En realidad, la universidad pone mucho dinero en las startups sin fondearlas, pero lo hace en forma indirecta. Si uno pone todo ese aporte en una columna de Excel, se da cuenta que el apoyo, aunque no sea en efectivo al momento en que se inicia una startup, es muy importante.

Santiago Palma también está en la conducción de la Fundación Incubadora de Empresas (Fide). (Pedro Castillo / La Voz)

Químico y deportista

Nombre. Santiago Palma (50).

Casado con. Mariela.

Hijos. Santiago (21), María Luisina (19) y Juan (9).

Le gusta. Realizar actividad física, correr y jugar al básquet.

Profesión. Doctor en Ciencias Químicas.

Cargo. Secretario de Innovación y Vinculación Tecnológica de la Universidad Nacional de Córdoba.

Teléfono. (0351) 5353756

Email. comunicacion@innovacion.unc.edu.ar

Web. www.unc.edu.ar/innovacion-y-vinculacion/

https://www.lavoz.com.ar/negocios/un-quimico-que-se-dedica-a-unir-dos-mundos-el-emprendedor-y-el-academico/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/negocios/un-quimico-que-se-dedica-a-unir-dos-mundos-el-emprendedor-y-el-academico/

Deja una respuesta