Un mal pronóstico en medio de la crisis
El Fondo Monetario Internacional (FMI) agravó su pronóstico sobre la marcha de la economía argentina, que caería este año 3,5%, luego de haber estimado una baja de 2,8% apenas tres meses atrás.
La proyección del organismo suma un diagnóstico sombrío, en medio de las turbulencias en torno del dólar y de los bonos argentinos.
Esos movimientos exponen la desconfianza de los agentes financieros sobre la capacidad del Gobierno nacional para encontrar una salida al cepo cambiario y al pago de la deuda en los próximos meses.
La proyección del Fondo en el sentido de que la actividad local se recuperará 5% en 2025 no alcanza a despejar tales incertidumbres.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que intervendrá en el mercado cambiario a través de la venta de dólares en la operatoria conocida como “contado con liquidación” (CCL).
La intención de reducir los movimientos en torno de la divisa norteamericana conlleva, para los analistas, dos señales negativas.
Una es la decisión de una gestión libertaria de intervenir en el mercado de cambios, junto a otra señal, que expone la pérdida de reservas del Banco Central con tales movimientos.
La cuestión clave es que el Gobierno de Javier Milei carece de los dólares necesarios para liberar el cepo cambiario, lo cual permitiría sincerar los precios reales de la economía –el dólar, entre ellos– y facilitaría las operaciones comerciales.
Mientras eso no suceda, es difícil que Argentina pueda revertir la caída de la economía.
La menor actividad supone una pérdida de empleos, que ya aparece como una de las principales preocupaciones de la sociedad, junto a la inflación y a la falta de seguridad.
La clave para modificar la tendencia negativa pasa por la definición de una hoja de ruta clara para despejar las trabas en el mercado cambiario.
La posibilidad de un acuerdo con el FMI, que ayudaría en esa dirección, se demora y es posible que no se discuta formalmente hasta mediados de septiembre próximo.
Más allá de que el Gobierno plantea un escenario optimista para las inversiones a partir de la Ley Bases y del Pacto de Mayo, estas no son fáciles de concretar en la actual coyuntura.
En ese contexto, surge como incomprensible la actitud de la administración de la provincia de Buenos Aires, encabezada por el gobernador Axel Kicillof, cuya renuencia a aceptar el régimen de incentivo a las grandes inversiones (Rigi) demora un proyecto millonario de las compañías YPF y Petronas.
La inversión de las empresas petroleras podría alcanzar los 50 mil millones de dólares para una planta de licuefacción de gas natural liviano (GNL), que permitirá la exportación de la producción de gas natural de Vaca Muerta.
El Gobierno nacional está obligado a mantener los superávits fiscal y financiero; establecer con claridad sus políticas y avanzar en dirimir las diferencias con la oposición en temas claves.
Ese camino es el único posible para minimizar la caída de la economía, según el pronóstico del FMI, y tornar menos doloroso el ajuste que soporta estoicamente la sociedad.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/un-mal-pronostico-en-medio-de-la-crisis/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/un-mal-pronostico-en-medio-de-la-crisis/