Un joven de 14 años, última víctima de una violencia sin freno
Otra vez, armas de fuego en manos de cualquiera. Nuevamente, un conflicto entre personas termina resuelto de la peor manera. De nuevo, una vida queda trunca por la violencia urbana que se impone sin freno y desangra en Córdoba.
El último caso es por ahora el de un adolescente de 14 años que pelea por su vida, y con el peor de los pronósticos, luego de haber recibido un balazo en la cabeza en la madrugada del domingo en el barrio Colonia Lola, al este de la ciudad de Córdoba.
Por el caso no hay, por ahora, ni detenidos ni imputados. Sí hay nombres de sospechosos.
La sospecha policial y judicial es que todo se trató de una pelea entre dos bandos de jóvenes que estaban enfrentados. ¿Los motivos? No están claros. Lo que sí está claro es que hubo varios disparos. Si no hubo más víctimas, fue el destino.
La violencia urbana es, por lejos, la principal causa de muerte intencional en la provincia de Córdoba.
De los al menos 82 asesinatos cometidos en estos 11 meses del año, al menos 37 casos ocurrieron en el marco de peleas y venganzas, de acuerdo a un registro propio de La Voz. A todo esto, cabe señalar que hay una gran cantidad de casos (judicializados y otros no) de personas que han sido heridas en el marco de enfrentamientos y han sobrevivido, afortunadamente.
La segunda causa de muerte violenta en Córdoba es la inseguridad.
Como ya se publicó en estas páginas días atrás, hay al menos 10 víctimas de robo asesinadas y ocho presuntos ladrones que fallecieron en el marco de asaltos. Cayeron ultimados por parte de víctimas de robo que se resistieron con armas.
La violencia de género es la tercera categoría de muerte violenta: ya hubo al menos 11 femicidios.
Volviendo a la violencia urbana, al analizar los casos surgen tres elementos claros y sustanciales: primero, víctimas y agresores fueron varones por lo general; segundo, para quitar la vida, se emplea generalmente un arma de fuego, ya sea una pistola o un revólver; tercero y no menos importante, los involucrados en los sucesos, por lo general, se conocían desde antes.
Volviendo al tema de las armas, hasta la Justicia ya ha manifestado su preocupación en reiteradas oportunidades por la existencia y manejo de armas de fuego en manos de simples personas en los barrios de Córdoba.
Una clara crítica al accionar policial que se viene desarrollando.
Desde la Policía de Córdoba insisten por lo bajo que hay secuestros permanentes de revólveres, pistolas y armas tumberas en operativos callejeros. Sin entrar abiertamente en polémicas, deslizan por lo bajo que si no se encuentran más armas o no se da con quiénes las venden (o alquinal) es porque no hay investigaciones fiscales. Todo una devolución para los tribunales, por cierto.
Mientras tanto, en las guardias médicas de varios centros de salud, sus profesionales resaltan los constantes ingresos de personas heridas (tanto por disparos, como por armas blancas) en el marco de peleas.
En ese punto, se destaca el alto consumo de alcohol y drogas.
El último caso: ejecutado
El cruce de las calles Argandoña y Francisco Zelada, en el corazón de barrio Colonia Lola, fue escenario del último grave episodio. Sucedió pasadas las 5 del domingo.
Hay dos versiones. Una, da cuenta de un joven que se interpuso en el camino de dos pibes que iban caminando hacia un quiosco y sacó un arma y empezó a los tiros.
La otra señala que, en realidad, hubo un cruce a los tiros entre dos bandos enemistados. Tanto así, que días antes ya habían tenido otro cruce a puro plomo en la zona.
Lo concreto es que en la madrugada del domingo, B. A. (de 14 años) terminó alcanzado por un balazo de alto calibre que le dio en el cráneo, causándole una gravísima herida. El plomo lo atravesó.
Está descartado por completo que se haya tratado de un asalto.
Tras una serie de llamados efectuados al 911, varias patrullas policiales acudieron al lugar, pero hubo que esperar el arribo de una ambulancia para que asistiera al joven baleado y lo trasladara al Hospital de Niños.
En el centro de salud, B. quedó internado en la terapia intensiva. Su pronóstico es crítico y delicado.
El caso está siendo investigado por personal del Departamento Homicidios, de la Policía provincial, que trabaja en la identificación del autor material del hecho y otros cómplices.
“Se encontraron en la calle y ya había bronca vieja entre las partes, reflotaron los problemas de nuevo y termino mal”, confió una fuente con acceso a la causa.
Seguidilla de violencia
Al menos 37 personas fueron asesinadas en lo que va de 2023 en el marco de peleas, venganzas y hasta ataques por encargo, de acuerdo al registro de La Voz.
En su gran mayoría, los casos sucedieron en distintos barrios de la Capital. Los hechos sucedieron por lo general de noche y madrugada.
A todo esto, la ciudad de Río Cuarto aparece como un distrito más que preocupante por la ola de violencia: al menos siete asesinatos en el marco de peleas y “ajustes” ya ocurrieron durante este año.
El último episodio en aquella jurisdicción ocurrió hace poco más de una semana en el marco de una pelea presuntamente por drogas y ya tiene a seis detenidos.
En su enorme mayoría, todos los crímenes por violencia urbana tuvieron por víctima a varones adultos.
El caso Gabriela
De todos los casos de violencia urbana fatales ocurridos este año sobresale el de Gabriela Pérez, la joven que fue asesinada en el marco de un acto del gremio Soelsac en el club Yapeyú, en Córdoba.
Por el crimen permanece preso su hermano Gustavo Herrera (35). Está acusado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Para la fiscal y su equipo, Herrera habría ido a cometer un atentado, junto con otras personas y por dinero, y en ese marco terminó matando accidentalmente a su hermana.
Mientras se espera que sea indagado, el hombre ya mandó a decir, a través de su abogado, que él no mató a ninguna persona.
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