La Voz del Interior @lavozcomar: Un hombre dejó todo por un nuevo trabajo, pero lo echaron el primer día por estar “muy gordo”

Un hombre dejó todo por un nuevo trabajo, pero lo echaron el primer día por estar “muy gordo”

Un hombre australiano se mudó con toda su familia a 3.000 kilómetros de su hogar por un nuevo empleo, pero fue despedido dos horas después de comenzar con las tareas por “estar muy gordo”.

Hamish Griffin tiene 51 años y vive con su esposa Hazel y su hijo Fred. El 31 de diciembre pasado, la familia dejó su casa en Queensland y se trasladó hacia la isla de Tasmania: buscaban una nueva vida, en paz y en contacto con la naturaleza. Antes, vendieron un automóvil, muebles y demás pertenencias.

Griffin esperaba convertirse en el nuevo supervisor de un alojamiento vacacional. El día en que la familia llegó a Tasmania, se alojaron en la casa que les ofreció su nuevo jefe. “Nos alejamos de un gran estilo de vida, de trabajos bien remunerados y de una comunidad muy unida que nos encantaba, para intentar este reto y un estilo de vida diferente”, escribió el hombre en Facebook.

La isla de Tasmania es un paraíso tropical. (Foto / piqsels)

Esa misma noche, el empleador y su esposa visitaron a la familia. “Nos dieron la bienvenida con una botella de vino”, expresó el hombre a ABC News.

El primer día de trabajo, el jefe le pidió a Hamish que moviera un sillón. En diálogo con ABC News, Hamish aseguró que esperaba hacer tareas manuales de forma ocasional, en el caso de que faltara personal de mantenimiento. “Lo mío era un puesto de supervisor”, dijo.

“Resultó ser una mentira lo de mover el sillón. Dentro del recinto, él me destrozó literalmente la vida, diciéndome que no me consideraba ‘físicamente’ capaz de moverlo, ni otras tareas manuales sencillas que conlleva la gestión de un espacio turístico, como cortar el césped con una máquina o subir una escalera, simplemente por mi aspecto”, añadió.

Hamish Griffin (51) junto su esposa Hazel. (Foto / Facebook)

Lo extraño es que, antes de viajar hacia Tasmania, el hombre realizó entrevistas por videollamada con el que sería su jefe, que jamás mencionó algo sobre su aspecto. “Qué maravillosa foto de ustedes”, le respondió incluso a Hamish cuando le envió una fotografía de su familia.

“Me ofendió aún más recriminándome que no había revelado mi ‘condición médica’ con anterioridad. Cuando le pregunté ‘¿Qué condición médica?’ Me contestó que yo era obeso. Me dijeron que no podía hacer el trabajo porque estaba ‘muy gordo’”, lamentó el australiano.

Dos horas después de comenzar su nuevo trabajo, Hamish fue despedido. “No me brindó la oportunidad de demostrar que soy capaz, sino que simplemente me despidió porque ‘pensaba’ que no podía llevar a cabo esas tareas, y que podría hacerlo responsable por una lesión mía, ya que ‘estoy demasiado gordo’. Me comentó que cualquier persona razonable estaría de acuerdo con él, lo cual me parece indignante”, añadió en Facebook.

Hamish Griffin (51) junto su esposa Hazel y a su hijo Fred. (Foto / Facebook)

“Dirigí campamentos en Afganistán y en la Isla de Navidad y trabajé los últimos 8 años en un entorno mucho más duro que el de Tasmania. Nada de esto importó para él”, contó en redes. Esa misma noche, armó las valijas y regresó a su antigua ciudad.

“La mirada de ese niño, que estaba buscando ornitorrincos en el arroyo, cuando le pedí que subiera al auto. La mirada de mi mujer… Ojalá que los propietarios del alojamiento hubieran podido sentir lo que yo sentí. Me destrozaron la vida: me arrancaron el corazón. Esto no era sólo un nuevo trabajo que habíamos perdido. Se trataba de la pérdida de una nueva vida. Nos habíamos mudado por una nueva vida”, lamentó el hombre.

Los dueños del alojamiento hablaron con los medios y reconocieron haber despedido al hombre, pero alegaron que temían que Hamish tuviera un accidente laboral. Además, aseguraron que el hombre ocultó un problema de salud.

Hamish Griffin (51). Denuncia discriminación por

Ahora, Hamish evalúa demandar al que fue su jefe durante dos horas por incumplir la Ley de la Comisión de Derechos Humanos de Australia, firmada en 1986, y otras leyes contra la discriminación.

“Sigo pensando que esto es sólo una pesadilla de la que despertaré, pero la tristeza ya me pegó de lleno. Espero que el resto de 2022 no sea así para mí y mi familia. Como ya dije, estamos destrozados”, cerró el hombre la emotiva publicación que realizó en la red social.

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