La Voz del Interior @lavozcomar: Un abuso que sacudió a la Escuela de Aviación Militar: la historia detrás de una condena y un suicidio

Un abuso que sacudió a la Escuela de Aviación Militar: la historia detrás de una condena y un suicidio

Julio Mauricio Méndez, un excadete de la Escuela de Aviación de Córdoba, fue condenado a tres años de ejecución condicional el pasado jueves 3 de octubre por abuso sexual simple contra una joven que al momento del hecho, mayo de 2019, cursaba segundo año en esa misma escuela.

El amigo de Julio, Leonardo Daniel Espíndola, estaba acusado de los hechos más graves: violar a A.M.M.P (María, en esta nota) en el mismo hecho que Méndez: un asado que se realizó fuera de la institución, pero con personas que pertenecían a la Fuerza.

Cinco años después del hecho –y con un calvario de por medio para María– la causa finalmente llegaba a juicio esta semana. Pero Espíndola se quitó la vida el martes, dos días antes del juicio, según indicó el abogado de la víctima, Gerardo Battistón.

En el proceso contra Méndez, que terminó siendo un juicio abreviado donde el acusado asumió el hecho, quedó demostrada la fortaleza de la prueba de la causa que indicaba que aquella noche María fue a un asado producto de la insistencia de una compañera suya y que allí quedó sola con dos cadetes que no conocía y que eran mayores que ella. Comenzaron a acorralarla y, a pesar de su enfática negativa para tener relaciones, la sometieron y abusaron de ella por horas.

Escuela de Aviación Militar. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Ella tiene recuerdos sólo de algunos momentos, por lo que cree que le pusieron algo en la bebida. Las pruebas de ADN sobre su ropa íntima y las lesiones físicas no dieron lugar a dudas de que había sufrido un abuso y que el ADN pertenecía a Espíndola.

Pero eso sólo sería el comienzo de un calvario para la víctima, el que asegura que ocurrió dentro de la Escuela de Aviación cuando dijo que quería hacer la denuncia por lo que había ocurrido. María dijo que el hostigamiento sistemático que sufrió allí dentro en los tres años posteriores le causó aún más daño que lo sucedido aquella fatídica noche.

Parte de ese hostigamiento se investiga en la Justicia Federal de Córdoba, en una causa tramitada por la Fiscalía federal número 2, a cargo de Carlos Casas Nóblega, y en el Juzgado Federal número 3, a cargo de Miguel Hugo Vaca Narvaja.

Hay cinco imputados por el caso, y la querella de María, representada por la defensora Mercedes Crespi, avanza en el pedido de un procesamiento.

“Los imputados son sólo por lo que sucedió la primera semana luego de que yo denunciara en la Justicia el abuso, quienes me desalentaron para hacerlo. Todo lo que sucedió después en los tres años, las personas que me hostigaron, que me sancionaban sin razones y me encerraron durante meses con la excusa de la pandemia, hoy están haciendo su vida normal”, dijo María, quien hoy vive en Estados Unidos y busca justicia por su caso, que le permita tener su analítico y su título de licenciada en Conducción de Recursos Aeroespaciales para la Defensa.

La cronología de un calvario

El día posterior al asado en el que María fue abusada, la joven debía presentarse nuevamente en la Escuela de Aviación. Buscó sus pertenencias en su casa de Villa Carlos Paz y se dirigió esa noche a la institución, como era habitual.

Allí alcanzó a contarle a su madre vía telefónica lo que le había sucedido y expresó ante las autoridades de la institución que necesitaba hacer una denuncia judicial.

María sostiene que con distintas estrategias la desalentaron diciéndole que “pensara bien” antes de hacerla, porque podría afectar su carrera. Una médica y una psicóloga le preguntaron todos los detalles del hecho, la indagaron e insistieron en preguntarle si ella no había consentido.

Mientras tanto, ella estaba incomunicada y su mamá decidió tomarse un avión de inmediato. “No la dejaban entrar a la Escuela ni verme y se metió en el baúl de un auto a escondidas”, recuerda la joven.

“Allí –continuó María– exigió que me llevaran a hacer la denuncia. Desde una oficina vio cómo me llevaban en otro auto, sin poder hablar conmigo aún. Después de pasar por muchas comisarías, finalmente me llevaron al Polo de la Mujer y pude hacer la denuncia y la pericia física. Ahí me encontré con mi mamá”, contó la joven.

Una cadeta de la Escuela de Aviación fue abusada por dos cadetes superiores en un asado. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Después de eso, los tres años siguientes fueron una larga persecución, según lo que relató María a lo largo de más de una hora de entrevista. “Me ponían infinidad de sanciones sin justificativo o en forma exagerada. Para que te des una idea, es muy raro que un cadete tenga una falta grave en su carrera; es algo raro. A mí me pusieron ocho en un fin de semana”, relató.

En el medio, los dos cadetes fueron echados dos meses después de la denuncia. El argumento no fue el abuso sino por infringir el Código de Conducta, al estar borrachos en un franco. Ambos eran oriundos de localidades de Buenos Aires, y volvieron a sus lugares de origen.

Producto de todas las sanciones, María tuvo que repetir segundo año en 2020, cuando le tocaba la promoción a los “hijos” de quienes habían apadrinado los de cuarto año en 2019; es decir, la promoción donde estaban sus abusadores.

“Sobreviví ese año porque estábamos aislados en nuestras casas, pero 2021 fue un calvario. Mis compañeros me hicieron de todo. En el medio, cuando pedía permiso de salir para hacer algún trámite judicial de la causa, al volver me aislaban por un mes en un cuarto sola, sin teléfonos ni computadoras. Tenía cuatro hisopados negativos de Covid-19 y no me dejaban salir. Lo hicieron en varias oportunidades, mientras que a mis compañeros los aislaban sólo unos días”, dijo María.

En esos largos aislamientos, perdía días de clases, prácticas, exámenes y a la noche era atacada por distintas personas: “Me despertaban con gritos diciéndome que me tenía que ir. A veces me robaban la toalla en el baño, otras me destendían toda la cama para que me sancionaran”, relató.

En 2021 la echaron de la fuerza, pero en mayo de 2022 el juez federal Vaca Narvaja hizo lugar a un amparo y ordenó su reincorporación. “Estuve seis meses y fue todo igual: sanciones injustificadas, hostigamiento. Me terminaron dando de baja en diciembre, porque debía una materia de segundo año”, recordó María.

En 2023 decidió ir a Estados Unidos a visitar a su familia y encontró trabajo mientras aplicaba a distintas universidades. Allí se mudó su padre, quien pertenecía a la Fuerza Aérea y fue desafectado luego de presentar numerosos escritos administrativos en los que planteaba lo que vivía su hija.

El punto culminante fue cuando en 2021 presentó un escrito al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Allí lo pasaron a “disponibilidad”, una licencia en la que se le descuenta el 50% del sueldo, y al tiempo, la desafectación. María asegura que las consecuencias de esto afectaron a sus padres y a sus tres hermanos.

María no abandonó su sueño y aunque sabe que nunca será oficial de la Fuerza Aérea, quiere su analítico de licenciada y probar suerte en otro país. “Hay mucha gente de la Fuerza Aérea que piensa que sus actos no tienen consecuencias; profesan un código ético que luego no cumplen. Sólo quiero justicia”, concluyó la joven.

https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/un-abuso-que-sacudio-a-la-escuela-de-aviacion-militar-la-historia-detras-de-una-condena-y-un-suicidio/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/un-abuso-que-sacudio-a-la-escuela-de-aviacion-militar-la-historia-detras-de-una-condena-y-un-suicidio/

Deja una respuesta