Tras el último crimen cometido por menores, Llaryora se mostró partidario de bajar la edad de imputabilidad
Mientras en Río Cuarto crece la conmoción por el brutal crimen del remisero Facundo Pereyra (46), ultimado de un balazo por la espalda en un aparente asalto el domingo a la madrugada, desde la Policía cordobesa se indicó que hay cuatro jóvenes menores de edad demorados por haber tenido participación en el asesinato.
Dos tienen 14, uno tiene 15 y el restante cuenta con 16 años. Por su edad, sólo el de 16 puede ser sometido a un proceso penal juvenil, según la ley. Los demás son inimputables.
Y mientras la familia, los compañeros de trabajo y vecinos del trabajador asesinado reclaman justicia, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, se pronunció a favor de discutir una baja en la edad de imputabilidad, en las últimas horas.
Dijo el mandatario que antes tenía otra posición pero que la modificó.
“Tenía una postura tomada pero a medida que va pasando el tiempo la estoy empezando a cambiar porque no se puede más, hay que hacer modificaciones al régimen, por lo menos, para algunos delitos”, dijo.
Y agregó el mandatario: “Hay que animarnos a rediscutir, estas son las cosas que te cambian de parecer, tenía una postura totalmente tomada. Es increíble la cantidad de hechos que están pasando con menores que matan, que no es su primer ingreso, no se si no habría que empezar a ver un régimen donde si no es un delito de esta dimensión, tengas un tratamiento, a tu segundo pases a otro tratamiento”, agregó Llaryora.
La ley que marca la edad de imputabilidad data de la década de los ‘80.
Crimen y discusión repetida
De manera recurrente, y como una suerte de oleada, el mismo debate y discusión sobre la baja en la edad de imputabilidad se reabre en Córdoba cada vez que se produce un grave episodio criminal de alto impacto y con la participación precisamente de menores. En rigor de verdad, la discusión dura apenas unos días.
De hecho, la última vez que se había discutido en Córdoba sobre la baja de la edad fue tras alevoso asesinato de Sebastián Villarreal, aquel vecino de barrio Yofre Norte de la ciudad de Córdoba que fue ultimado a balazos por motochoros durante un asalto callejero en esa zona.
Primero fue asesinado a quemarropa, luego le robaron la moto.
Por ese crimen, hay varios jóvenes detenidos con la gravosa figura de homicidio criminis causae.
Entre los acusados sobresalen dos: uno de 16 años y otro de 14, inimputable. El grupo, según la Justicia, ya había robado 30 motos en el año.
La familia viene reclamando justicia y la baja de la edad.
Y la misma discusión y cruce de posiciones sobre menores ya se había dado en Córdoba cuando se produjo el salvaje asesinato de un joven en las puertas del anfiteatro de la ciudad de Jesús María a manos de una patota de chicos. Por ese crimen, fueron acusados varios menores de edad quienes fueron enviados oportunamente al Complejo Esperanza dependiente de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf).
La misma discusión en Córdoba se dio luego con el brutal ataque de una patota a un joven, el año pasado, en la plaza Jerónimo del Barco en barrio Alto Alberdi. En ese caso, la víctima sobrevivió. Hubo algunas detenciones de menores que fueron enviados al Complejo Esperanza.
Y la misma discusión sobre la baja en la edad de imputabilidad se dio también recientemente en el interior con otros brutales casos: el crimen de un remisero en Río Segundo, en el marco de un asalto, por parte de una patota de menores y el asesinato de un chico de 14 a manos de otro chico de la misma edad en Laboulaye.
Dentro de las opiniones escuchadas, el exjuez de Menores Alberto Crucella ya se mostró a favor de la baja en varias oportunidades, como así también otros magistrados del mismo fuero de Córdoba.
El ministro de Seguridad de la Provincia, Juan Pablo Quinteros, también se refirió a la cuestión en abril.
“Los datos claramente indican que cada vez tenemos más menores cometiendo delitos. La pregunta clave que nos debemos contestar es si bajando la edad de imputabilidad de los menores, solucionamos el tema”, sostuvo Quinteros.
En este sentido, Quinteros agregó: “Yo tengo una postura muy simple. Tenemos que cambiar la edad de imputabilidad, la bajemos. Pero, ¿qué vamos a hacer con esos menores en la cárcel? Esas son las respuestas que no me da nadie. ¿Qué vamos a hacer con esos chicos de 15, 16 años en la cárcel? ¿Y qué vamos a hacer con pibes que tienen un estado absolutamente ausente y que no le proponen ningún proyecto de vida?”, remarcó el funcionario.
Cabe consignar que, por tratarse de una ley nacional, una modificación de ese tipo debe ser tratada y aprobada por las dos Cámaras del Congreso de la Nación.
Entre quienes están en contra de la baja en la edad de imputabilidad, en Córdoba, sobresale el juez de Control de Villa Carlos Paz, Daniel Strassorier.
El magistrado opinó días atrás que la baja no resolvía nada y que se debía realizar un estudio profundo.
El crimen de Río Cuarto
La campaña electoral por la intendencia de Río Cuarto tuvo una severa pausa en la jornada de ayer.
Toda la ciudad se vio conmocionada por el crimen del remisero Facundo Pereyra (46) y la detención de cuatro de entre 14 y 16 años.
Pereyra era padre de tres hijos, trabajaba en la semana en una empresa de traslado de pacientes y, los fines de semana, de noche, había vuelto a conducir un remise .
Pasada la medianoche del domingo el operador de “Remises Ya” le avisó de un viaje desde Banda Norte hasta 400 viviendas, barrio Ciudad Nueva. Habría sido una emboscada.
Se sospecha que el adolescente que tomó el remise lo hizo conducir a Gaudart y 12 de Agosto, donde lo esperaban otros tres menores y presuntos cómplices, armados, para robarle. No sería la primera vez que se registra este modus operandi.
Pasada la 1 de la madrugada una vecina de “Las 400″ avisó a la Policía que sintió como una explosión.
Fue un tiro. Pereyra sufrió un impacto de bala fatal. Según la autopsia, el disparo le ingresó por el costado derecho del abdomen, le atravesó una arteria y le quedó alojada a la altura del glúteo izquierdo.
Quienes vieron el remise atravesado en la calle pensaron que Pereyra se había descompensado.
No advirtieron la herida de arma de fuego porque le fue producida a quemarropa, al parecer por alguien que venía en el asiento de atrás o en el del acompañante. El hombre murió antes de llegar al hospital.
Tres de los menores fueron ubicados por los investigadores en diferentes allanamientos. El cuarto fue presentado ante las autoridades por su madre, en mañana de este lunes.
El hecho es investigado como “homicidio en ocasión de robo”.
Los cuatro presuntos involucrados están a disposición de la jueza de niñez, adolescencia, violencia familiar y de género, y penal juvenil, María Victoria Cavagnaro.
Agustín Torres, jefe de la Departamental Río Cuarto, informó que fueron trasladados al Complejo Esperanza, en Córdoba. Admitió que el arma homicida (que sería calibre 32) no se secuestró. Pero se considera que el crimen está esclarecido: “En poco más de 24 horas de trabajo hemos avanzado mucho, hemos podido dar certeramente con las personas que habrían cometido el hecho, está bien sustanciado el expediente”, expresó.
Vendieron el celular en una fiesta
Según trascendidos, ni bien mataron al remisero Pereyra, los cuatro sospechosos ingresaron a una fiesta clandestina a menos de cien metros del lugar del homicidio.
Mientras la Policía, vecinos y personal de una ambulancia intentaban auxiliar al trabajador del volante, los presuntos autores del hecho, a pocos metros, ofrecían a la venta el celular de la víctima. Habría pruebas de que lo entregaron a cambio de dinero en esa misma fiesta.
El caso de Pereyra reavivó el debate sobre la imputabilidad de los menores en el país y trajo el recuerdo de otro cruento crimen cometido contra un remisero.
Fue en el 2013. Rubén Cabral (34) fue ultimado con dos balazos en el interior de su remise, en barrio Alberdi. En el 2015, en un juicio con jurados populares, fue condenado a 20 años de prisión Jonathan Busnelli (22). En tanto que otros dos partícipes recibieron penas menores por encubrimiento. Busnelli fue descubierto porque olvidó en la escena del crimen su billetera y una notebook (más valiosa que la ticketera que robó).
Al igual que 11 años atrás, taxistas y remiseros de Río Cuarto se unieron este lunes para reclamar más seguridad. En una medida de protesta bloquearon durante la mañana los puentes que comunican Banda Norte con el centro de la ciudad y se manifestaron frente a la sede de Policía y Tribunales para mostrar su bronca y desconsuelo por su compañero asesinado.
En las últimas horas circularon fotos que tres de los presuntos autores, armados, habrían publicado tiempo atrás en redes sociales. Escenas desgarradoras se vivieron en el cementerio de la Concepción en el momento en que fueron enterrados los restos del trabajador del volante. En medio del dolor y la indignación, familiares y allegados a Pereyra imploraron justicia y también un cambio de la legislación para que los menores “vayan presos”. “Estas lacras las crean los políticos con todo lo que regalan”, “Asaltan a toda hora no solo de noche”, “estamos desamparados”, repetían los trabajadores del volante.
Mientras, en el barrio donde ocurrió el hecho, los vecinos también denunciaron ser víctimas de todo tipo de delitos y vivir con miedo. “Acá a los chicos nadie los puede parar, están armados y consumen todo tipo de drogas, pastillas, paco”. “Acá la mayoría tiene entradas a la Policía, no hay nada para los adolescentes, ni contención, ni deportes, nada. Tampoco hay cámaras porque si las ponen las destrozan. Es tierra de nadie”, coincidieron en plantear.
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