Transporte urbano: estiman que sólo recuperará a la mitad de los usuarios
La movilidad urbana fue una de las más afectadas por la pandemia de coronavirus en 2020, tanto que el sistema de transporte urbano de Córdoba terminó el año con apenas el 28 por ciento de los usuarios que se trasladaban los días hábiles de 2019.
Si bien hay un crecimiento en el corte de boletos desde julio hasta ahora, las visiones más optimistas consideran que sólo recuperaría a la mitad de sus usuarios. Siempre y cuando la pandemia lo permita.
Por eso, en la Municipalidad implementaron en julio pasado un esquema de emergencia que continuará en 2021, con el objetivo de que el sistema de transporte urbano se adaptara a esa baja en la demanda.
Los datos que tiene el municipio muestran que, en la semana del 19 al 24 de enero, los ómnibus del servicio de transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Córdoba trasladaron a un promedio de 190 mil personas por día. Es poco menos de la mitad de lo que sucede en un enero normal, cuando el promedio diario es de 400 mil boletos cortados en un día hábil.
En la Secretaría de Movilidad municipal, que tiene a su cargo Marcelo Mansilla, aspiran a apelar a todas las herramientas posibles para sostener el crecimiento de la demanda, pero en meses que tenían más pasajeros que enero. Esto implicaría que la curva de crecimiento en la cantidad de pasajeros se incrementase y que se multiplicara por dos la cantidad de personas que hoy se trasladan en el transporte público.
Pero los datos de corte de boleto indican que llegar a esa cifra no es tarea sencilla.
El sistema terminó su primera semana tras la vuelta a funcionar, en julio pasado, con 76.401 pasajeros promedio. La siguiente, el corte ya se había incrementado a 96 mil boletos diarios, un 26 por ciento más.
En los últimos cinco días hábiles de agosto, el corte promedio ya era de 129.185. El salto intermensual fue del 35 por ciento. La última semana de septiembre terminó con 130.734 de promedio, casi sin variaciones. En noviembre, se incrementó un 12 por ciento, para llegar a 145.836 boletos.
Los últimos datos de enero arrojan 192 mil pasajeros. Es el 151 por ciento más respecto de cuando volvió el servicio, pero, tal como sucede en el servicio interurbano, la curva de aumento se va achatando.
La última semana previa a las restricciones que operaron desde marzo del año pasado, el promedio diario fue de poco más de 570 mil usuarios. Es decir que, pese a la recuperación, aún se traslada el 33 por ciento de la cantidad de personas que por día viajaba antes de la pandemia.
Y eso que la actividad recién estaba arrancando. El promedio de día hábil en 2019 rondaba los 650 mil.
Otro punto que se monitorea es el índice pasajero kilómetro (IPK), que cuantifica el promedio del número de pasajeros transportados por kilómetro. En 2019, el IPK terminó en 2,9. Este año, el primer mes desde la regularización del servicio, fue de apenas de 1. Y, según las autoridades, en enero solía estar en 1,9, con empresas como Tamse, que está en 2,2, o como Coniferal, en 3,1.
Eso se logró, además del incremento de pasajeros, con la implementación de la emergencia del transporte, que les permitió a las autoridades modificar líneas y bajar la cantidad de kilómetros recorridos.
Qué se espera
El sistema funciona con demanda derivada. Las personas viajan por una razón, no porque sí. Por eso, en el equipo de Movilidad municipal, encabezado por el secretario Marcelo Mansilla y el subsecretario Gonzalo Guevara, saben que es vital lo que suceda con dos sectores clave para empujar hacia arriba los viajes.
Por un lado, los empleados públicos. Gran parte de la administración estatal en los tres niveles (nacional, provincial y municipal) continúa realizando teletrabajo y varias dependencias están cerradas.
El otro es la educación. En épocas normales, estudiantes y docentes son alrededor del 20 por ciento de la demanda. En el municipio ya saben que la mitad de esos usuarios son estudiantes universitarios y que la Universidad Nacional de Córdoba ya anticipó que en el primer semestre gran parte de la actividad continuará siendo de manera virtual.
Por eso, en un escenario optimista, el municipio apuesta a tener entre 300 mil y 400 mil usuarios, aproximadamente la mitad de lo habitual en épocas de normalidad.
Pero, insisten en Transporte, es una cifra difícil de alcanzar por los constantes cambios que produce el coronavirus. El último fue la demora en la puesta en marcha de la vacunación masiva, una cuestión clave para avanzar en la normalización.
Qué hacer
Por eso, en el municipio apuestan a que la mesa de trabajo que se conformó entre los funcionarios, los empresarios de la Fetap y los sindicalistas de UTA siga trabajando como hasta ahora.
El intendente Martín Llaryora remarca que ese espacio fue clave para sostener el servicio desde julio casi sin interrupciones, cuando en otras jurisdicciones los días de paro se multiplicaban por la demora en el envío de los fondos nacionales. Fue clave la decisión del municipio de comenzar a inyectar fondos propios para sostener esa paz.
De esa mesa debe salir un nuevo acuerdo con los choferes, ya que el actual (que supone que el 80 por ciento del sueldo sea no remunerativo) vence en marzo.
También ese mes comienza la discusión paritaria nacional, otro elemento clave para determinar la forma en que se brindará el servicio. “Allí se trabaja para que cierre la ecuación a las empresas, a los trabajadores, y que el ómnibus pase por las paradas”, comentan en el equipo de Mansilla.
El municipio también apuesta a la tecnología. Ya se instalaron nuevos GPS y cámaras en 108 unidades de Coniferal y en 67 de Tamse, y se está colocando un centenar en Ersa y en Aucor. A la implementación de esta tecnología se sumará la personalización de la tarjeta prepaga, lo que generará un caudal de datos constantes y en tiempo real para el monitoreo del sistema, que se realizará a través del Observatorio de Movilidad.
Esa Big Data permitirá hacer ajustes constantes para satisfacer la demanda. También será el insumo necesario para los cambios que se necesiten para que el sistema sea sustentable. Mansilla trabaja bajo el concepto de que el transporte es “un sistema vivo, que se irá adaptando de acuerdo con las necesidades”.
“Por mucho tiempo, el boleto de Córdoba fue el más caro del país. Hoy no pasa eso. Sostuvimos con esfuerzo de todos los actores del sistema el precio durante 15 meses, llevando gratis a los presenciales”, reflexionan en el equipo de Llaryora.
Otra cuestión que se está estudiando es la puesta en marcha de coches que se presenten como una alternativa al convencional, pero que tengan menos paradas y por lo tanto más velocidad comercial.
Esos servicios “expresos” tendrán un costo mayor. Pero, con la personalización de la tarjeta, se podrán comprar paquetes de viajes con descuentos que llevarán al pasaje al mismo valor de la tarifa plana.
Otro punto clave es que este año vence la concesión de Red Bus como sistema de pago, y ya es casi un hecho que no se renovará.
Será el municipio el que se haga cargo, a través de los equipos de la firma Micronauta y con un ahorro significativo del canon que hoy se lleva la concesionaria. El ahorro irá al mejoramiento de la flota.
650 mil pasajeros en el transporte. El promedio de día hábil en 2019 fue de alrededor de 650 mil boletos. Si se aspira a llegar a la mitad, se debe duplicar el corte de boleto actual.
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