Talleres y lo que dejó el “amistoso” con Zenit: arrancó con el pie cambiado su gira por Rusia
En un partido que de amistoso sólo tuvo la cantidad de cambios, pero no por la forma en la que se jugó, Talleres arrancó ayer con el pie cambiado su participación en la Winline Summer Cup, al caer 1 a 0con Zenit en el estadio Gazprom Arena de San Petersburgo, por la segunda fecha de este torneo internacional, del que también el Sochi, otro equipo ruso, y Estrella Roja de Belgrado.
El gol del triunfo del campeón de la liga rusa fue marcado por el extremo brasileño Gustavo Mantuan, de penal, a los 19 minutos del complemento, tras una jugada previa que los jugadores albiazules le protestaron airadamente al árbitro y que derivó en un tumulto con manotazos y agarrones al final de un juego que se terminó caldeando demasiado.
Fueron expulsados Rubén Botta, quien habría empujado levemente al juez Levnikpv Kirill en las protestas albiazules por la sanción del penal, y la figura de la “T”, Guido Herrera.
Un amistoso que en el primer tiempo fue interesante, intenso, de ida y vuelta y con jugadas de riesgo en ambos arcos, terminó descarrilando y saliendo de cauce a partir de esa falta leve de atrás de Lucas Suárez a un rival, a los 15 minutos del complemento, que los jugadores albiazules entendieron no daba para sancionarla como penal y que protestaron en forma encendida, como en un partido por los puntos.
Vino la expulsión de Botta, que no dejó con uno menos al equipo de Ribonetto porque el juez permitió que fuera reemplazado por el juvenil Jeremías Gallard, y la “T” perdió el orden, la tranquilidad y la mesura para tratar de empatarlo. Pero. claro, la formación que había comenzado jugando el encuentro ya había tenido nueve cambios, por la decisión de “Tino” de darle minutos a la mayoría del plantel que viajó a Rusia.
Pero lo mismo hizo su par ruso, Sergey Semak, quien decidió cambiar todo el equipo en el complemento. Eso hizo desnaturalizar el partido en lo futbolístico, pero no en emociones ni en la mutiplicación de jugadas de riesgo, con más énfasis en el arco de Guido, quien a lo largo del juego fue el jugador más destacado del Matador, con 4 o 5 intervenciones decisivas, que mantuvieron al Albiazul en partido hasta que llegó el tanto del Zenit.
La más importante fue a los 9 minutos del PT, cuando le sacó abajo y con una pierna a Artur un remate a quemarropa y de frente a su arco. Además, otra importante fue a ocho minutos del final del amistoso, cuando contuvo un cabezazo de sobrepique que se le metía y pudo ser el segundo de un Zenit, al que le anularon un gol de chilena de Pedro, a los 44 minutos.
El tiempo de Galarza
De todos los cambios que introdujo Ribonetto en su equipo, casi el mismo que terminó jugando contra Platense el último partido del Torneo de la Liga Profesional antes del receso por la Copa América, hubo uno que se destacó: el ingreso de Matías Galarza.
El volante paraguayo entró por Marcos Portillo y lo hizo en un gran nivel: se cargó al equipo al hombro, sirvió de descarga, se mostró, la pidió, se aventuró a explorar el área rival varias veces y hasta probó desde afuera. Así, en dos ocasiones quedó de frente al arco ruso y estuvo “ahí” de empatar el partido.
Con él en la cancha, Talleres pudo mostrar trazos más parecidos al buen juego que se le acostumbra ver. Pero antes sólo lo consiguió por momentos contra un rival de mucha exposición física, intenso, vertical y con un interesante funcionamiento en sus volantes, con llegada por afuera y profundidad.
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