Talleres le ganó a Platense y cerró el año como el mejor de todos
Talleres terminó del mejor modo su participación del semestre en la Liga Profesional. Le ganó 2-1 anoche a Platense, en el Mario Kempes, no sin sufrimiento, pero consiguió el objetivo que se propuso: sumar de a tres y terminar primero –aunque hoy pueda ser alcanzado por Huracán y Unión-, con lo que cerró una primer parte del año inmejorable: arriba en el campeonato y en octavos de las copas Libertadores y Argentina.
La “T” salió decidido a liquidar la puja rápidamente. Apenas se inició el juego puso a Girotti en un mano a mano con Vázquez y, a los 7 minutos, tras una gran asistencia de Botta, Bruno Barticciotto, tirado por izquierda, quedó solo frente a Cozzani y la mandó de cabeza a la red.
La ventaja temprana no fue tranquilizadora, porque en la jugada posterior Iván Gómez remató de zurda y el “Ajo” Juárez casi la mete: la pelota pegó en el horizontal de Herrera.
Los dos tenían propuestas generosas, lo que fue haciendo al juego de ida y vuelta. A los 13, lo tuvo Alejandro Martínez con un remate cruzado de zurda, tras un asistencia de Girotti, pero “ahí” nomás fue Minerva con un remate de derecha desde 30 metros que se fue arriba.
Talleres apostó más a desequilibrar por las bandas juntando a Galarza con “Barti” por izquierda y con Alejandro Martínez por el otro costado, pero no a partir de Botta, el más apto para generar. La visita inquietó con un ataque más directo, con la pelota pasando por Juárez y Gómez buscando a Ocampo y Minerva.
El juego se hacía vertiginoso y de rápido tránsito por el medio, con lo que el gol, de uno y otro lado, parecía estar al caer en cualquier momento. Y esto fue, también, porque los dos mostraban el mismo déficit en la toma de marcas en retroceso. Pero con el correr de los minutos fue Talleres de los dos el que perdió más intensidad y perdiendo agresividad.
Y en ese ida y vuelta y después que Barticciotto estuviera cerca de marcar otra vez, a los 46, desde un gran desborde por derecha de Ocampo que desbordó a Riveros, llegó el empate de Platense. Vino el centro y Minerva llegando por izquierda, libre, venció a Herrera con un remate alto y cruzado, de ángulo cerrado.
Talleres arrancó el complemento tratando de presionar más alto la salida calamar, adelantado líneas y sumando la mayor cantidad de gente en ataque. Inclusive a Juan Carlos Portillo, quien a los 10m lo se lo perdió de frente a Cozzani tirándola por arriba, tras un buen desborde y posterior c entro de Martínez.
En la búsqueda de mas oxígeno y frescura en el medio, Ribonetto hizo entrar al pibe Albarracín por Galarza, otro que dejó pasar una buena oportunidad para mostrarse. Botta comenzó a entrar más en juego y sin mucha lucidez, se puso más cerca del arco de Cozzani. Y así, a los 25 minutos, Martínez entró en sintonía, encaró por la derecha, con un amague desairó a Marcich y con un buen remate abajo la puso abajo y a la izquierda de Cozzani.
Un gol que llegó en un momento clave del juego y que respondió al mejor momento del equipo albiazul, en un partido que se le presentaba complicado y ante un rival que no vino al Kempes a jugarla de actor secundario. Y de la mano de un jugador que necesitaba un tanto así, para despejar todo tipo de dudas y asegurarse un lugar en el plantel en la segunda parte del año.
Lo que vino después fue un ida y vuelta frenético, en el que la “T” pudo meter el tercero y Platense empatarlo. Tuvieron un par de situaciones cada uno para convertir, pero fue Talleres el que se llevó la mejor parte porque supo acomodarse para aguantar los embates del Calamar y defenderse con la pelota.
Con sufrimiento, sí, pero siempre con alguna individualidad que marca diferencias. Como la de Alejandro Martínez, anoche.
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