Talleres consiguió un triunfo vital ante Estudiantes: crónica del 1-0 en el Kempes
Talleres recuperó la memoria futbolística y de la mano de un joven DT interino como Mariano Levisman, y con el regreso en todo su esplendor de Rubén Botta consiguió un importante triunfo en el Kempes contra Estudiantes 1 a 0. Se trató de una victoria revitalizante, que lo tonifica en lo anímico y que lo predispondrá mejor para encarar esta nueva etapa al mando del Cacique Alexander Medina y con la mira en el crucial partido del próximo sábado contra Boca, en Mendoza por los octavos de final de la Copa Argentina.
Lo que pasó en el partido
El Pincha lo tuvo apenas iniciado el juego. Al minuto Piatti disparó, sacó Herrera y la pelota dio en el palo, Fernández cobró el rebote y otra vez palo, luego la jugada se reinició, probó Carrillo salvó Guido y en el rebote Juan Rodriguez salvó sobre la línea. Increíble, insólito, pero cierto.
A la vuelta lo tuvo Barticciotto para el empate, pero después dos centros aéreos volvieron a poner en riesgo el arco de Guido. Cada envío aéreo al área albiazul era un problema para la zaga central albiazul, que sentía la ausencia de Catalán. Y después que Guido Herrera tuviera que salir hasta la puerta del área para tapar a Cetré que se disponía a convertir, la “T” comenzó a acomodarse en el partido.
Apelando a las trepadas de Riveros asociándose con Galarza y mejor ubicado Marcos Portillo para buscar la asociación con Botta, el partido cambió de terreno y pasó a jugarse cerca del área de Mansilla. Talleres empezó a mostrar más ideas y a juntar a sus jugadores más dúctiles.
A los 29, lo tuvo Girotti con un remate que se fue apenas desviado y fue el preludio de lo que vino a los 44m. Marcos Portillo levantó la cabeza con el balón dominado por el medio, lo vio llega por sorpresa por derecha al enganche sanjuanino y le metió una asistencia exquisita, que Botta definió con jerarquía.
Sin demasiada claridad, pero con empuje y muchos centros, Estudiantes tuvo más posesión de la pelota en el ST y fue a buscar el empate.
Le faltaron profundidad e ideas para conseguirlo. Talleres se abroqueló bien en defensa y sin sufrir demasiado, supo aguantar y administrar el juego para terminar consiguiendo un resultado vital.
El escalonamiento defensivo del equipo fue óptimo y aprovechando que las incursiones ofensivas del Pincha eran muy tibias, trabajó el trámite del partido con inteligencia y, lo que es más importante, sin cometer esos errores inesperados que tanto le vienen costando en los últimos tiempos. Levisman movió bien el banco cuando “fundieron biela” Botta y Marcos Portillo –el sanjuanino se retiró ovacionado- y con los ingresos de Portilla y Esquivel pudo equilibrar al equipo y conseguir lo que la “T” tanto necesitaba: un triunfo que “cotiza en bolsa”.
Para Talleres se trató de una victoria imprescindible, que lo vuelve a poner en la senda de lo que fue en el primer semestre y le hace recuperar a los hinchas el derecho a la ilusión que parecían haber perdido.
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