Sus hijos tienen parálisis cerebral severa y hoy luchan para cubrir su tratamiento médico
Fernando Romero y Natalia Bracamonte comenzaron un camino de solidaridad y amor hace 10 años cuando decidieron adoptar, primero a Alma y luego a Milo, dos niños con parálisis cerebral severa. El objetivo era brindarles amor y una mejor calidad de vida, además de evitar que sus destinos fueran un hogar de acogimiento.
Siempre tuvieron dificultades económicas por el gran gasto que significa afrontar sus enfermedades. Para esto contaban con sus trabajos y con la campaña permanente de recolección de tapitas plásticas “Juntos juntamos más”.
Sin embargo, la situación se agravó desde que Fernando contrajo una enfermedad aun sin diagnóstico y tuvo que dejar de trabajar.
“En mayo tuve que dejar el remis. Hago algunas changuitas de electrónica, reparo algunos celulares, ‘Nati’ cuida a personas enfermas en algunos horarios libres y después tenemos la campaña”, contó Fernando a La Voz.
La familia gasta unos $ 2.500.000 para cubrir lo que Alma y Milo necesitan. Todo esto por fuera de lo que la obra social Apross sí les cubre: una empresa de rehabilitación domiciliaria y una enfermera que los asiste esporádicamente.
Además, la medicación que actualmente toma Fernando les significa otros $ 400.000 mensuales por fuera de lo que su prepaga les cubre. “Estoy con unos parches de fentanilo pegados en el cuerpo que me los cambian cada tres días y también con dosis altísimas de morfina”, describió.
Ambas drogas son para que pueda soportar el dolor que experimenta a causa de algunos tumores detectados en su columna. Hasta el momento no hay diagnóstico concluyente, sino que se encuentran en una etapa de controles y estudios constantes para determinar si se trata de una afección benigna o una cancerosa.
“Hace unas semanas estuve cuatro días internado por el dolor, después pasé un tiempo en mi casa y volví de vuelta el viernes porque me agarró neumonía bilateral y trombosis pulmonar. Eso le abrió las puertas al Covid. Ayer (este martes) me dieron de alta” relató.
Cómo colaborar
Alma y Milo tienen una parálisis cerebral severa. Alma nació antes de los seis meses, sus pulmones no se desarrollaron completamente y debió ser intervenida quirúrgicamente del corazón y la vista. Siempre dependió de un respirador.
Por su parte, Milo fue un bebé sin patologías hasta los tres meses, cuando desarrolló una tos convulsa, hizo un paro cardiorrespiratorio y quedó con la secuela de la parálisis cerebral y de un asma crónica.
Ambos tienen una traqueotomía y se alimentan por medio de un botón gástrico, ya que no pueden tragar por su cuenta. No caminan ni se paran, tampoco hablan, pero logran hacerse entender cuando están enojados y perciben algunos estímulos del exterior.
Hoy Alma está internada por una fiebre y un cuadro respiratorio, mientras que Milo se encuentra estable aunque con algunos episodios de asma. Los cuidan entre todos: la enfermera, Natalia, Fernando, además de la hija y la cuñada de ambos.
Para sostenerse necesitan ayuda y por eso están impulsando nuevamente la campaña de tapitas, una iniciativa permanente que no tiene fecha de finalización, sino que es constante debido a que sus gastos médicos también lo son.
A través de la campaña, la familia recolecta kilos de tapitas de plástico y las canjean por dinero en los centros de reciclaje.
“Cuando me enfermé dejé de activar las redes y la gente se desinfla, pero ahora vamos a seguir con eso. Nosotros no pedimos plata ni nos interesa dar lástima al gobierno, queremos que la gente se entere de lo que hacemos y cómo pueden darnos una mano con el plástico, algo que para muchos es basura”, afirma Fernando.
Para colaborar con la recolección de tapitas, es posible comunicarse a los teléfonos: (0351) 157-154355 o (0351) 156-853402. También están disponibles sus redes sociales en Instagram: @juntosjuntamosmas_almaymilo y en Facebook: Juntos Juntamos Más -Alma Y Milo.
La batalla con Apross
Desde el principio, la familia batalla con Apross para conseguir la cobertura médica que necesitan. La obra social es la que la Justicia designó para Alma y Milo debido a que, por sus historias familiares, llegaron al proceso de adopción tras situaciones de vulnerabilidad y luego de la intervención de Senaf.
Abogados, audiencias y dos amparos legales forman parte de la historia con la entidad desde 2014. Actualmente, la situación sigue siendo complicada y los procesos legales están lejos de finalizar.
“Desde marzo vienen con incumplimientos y ya podemos aguantarlo más. Estamos esperando que se abra la feria de tribunales para ejecutar los recursos de amparo. Nos están pidiendo cosas irrisorias, todo para evitar darnos lo que les corresponde”, detalló Fernando.
Mientras tanto, Fernando y Natalia recolectan fuerzas para seguir adelante de todas las personas que los acompañan y les tienden una mano.
“Es un camino difícil, pero te vas encontrando con gente muy buena. Uno casi siempre mira lo que falta, pero también hemos conseguido mucho con todo lo que hicimos, con todo lo que buscamos, con las puertas que tocamos. Armamos un grupo de gente muy buena que nos apoyan con esto y nos ayudan a seguir”, cerró Fernando.
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