La Voz del Interior @lavozcomar: Rumbo a la enseñanza politécnica aeroespacial

Rumbo a la enseñanza politécnica aeroespacial

Sin lugar a dudas, la provincia de Córdoba fue, es y será un polo de referencia en el ámbito nacional e internacional en materia de desarrollo industrial y tecnológico. Y en él, la actividad aeronáutica fue precursora de la industria metalmecánica ya desde 1927, con la creación de la Fábrica Militar de Aviones, por iniciativa del mayor Francisco de Arteaga, quien sumó el componente industrial a la orientación rural y agropecuaria de entonces.

Las necesidades de contar con profesionales y técnicos para atender el nuevo sector se fueron acentuando, y así el 5 de abril de 1934 se creó la Escuela de Ingenieros Electromecánicos y Aeronautas en la Universidad Nacional de Córdoba, para una enseñanza especializada que acompañara el incipiente desarrollo de la industria aeronáutica.

En 1943, el presidente Pedro Pablo Ramírez, con acuerdo general de sus ministros, dispuso que la Fábrica Militar de Aviones (FMA) empezara a llamarse Instituto Aerotécnico, y se implementó un plan que tenía como objetivo principal incentivar el desarrollo y el perfeccionamiento técnico de la producción aeronáutica, uniendo las industrias afines y ocupando un lugar importante para la defensa nacional.

El primer director del instituto fue el mayor Juan Ignacio San Martín, quien inauguró una de las etapas más trascendentes en el desarrollo industrial aeronáutico y metalmecánico. Una premisa destacable fue la toma de conciencia de que para producir aviones en una escala considerable se necesitaba del apoyo privado.

El 28 de febrero de 1946 se crearon las escuelas de operarios de los Talleres Aeronáuticos, y el 28 de noviembre de 1952 se modificó la denominación por Escuela de Aprendices Operarios de Talleres, con lo que se sentaron las bases de las futuras escuelas técnicas aeronáuticas.

Generación de mano de obra

La transformación educativa de 1993 implicó numerosas modificaciones de planes de estudios y de dependencias. Previamente, la provincia de Córdoba tuvo un hilo conductor que la llevó a generar capacidades en el ámbito civil y militar relacionados con nuevas tecnologías, ya que había incursionado tanto en lo aeronáutico como en materia espacial en la década de 1960, procesos que fueron interrumpidos por presiones internacionales.

El Instituto Universitario Aeronáutico pasó a ser en 1971 el continuador de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica por iniciativa de la Fuerza Aérea, integrándose al Sistema Universitario Nacional. Hoy se denomina Centro Regional Universitario Córdoba IUA, dependiente de la Universidad de la Defensa Nacional (Undef).

En paralelo, en Córdoba capital, el Instituto Provincial de Enseñanza Técnica Ipet 251 prosiguió desarrollando sus actividades en la Escuela de Aviación Militar y con dependencia del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. Además de contar con nivel secundario, forma técnicos aeronáuticos que es preciso incorporar a las nuevas orientaciones aeroespaciales.

Otro tanto acontece con el Ipet 258 Mayor Ingeniero Francisco de Arteaga, que funciona en dependencias del Área Material Rio Cuarto, y la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea, donde el grado de instrucción que reciben los aspirantes los hace competentes en las distintas especialidades para las tareas de mantenimiento del material aéreo.

La Córdoba aeroespacial

Lo expuesto equivale a describir el potencial con que cuenta la provincia en estas ciencias y disciplinas, para que tanto el Gobierno como los sectores industriales y productivos pongan énfasis, con un criterio federal, en recuperar y coordinar con los actores institucionales los importantes recursos existentes en la región, merecedores de una mayor consideración y autarquía.

Las capacidades y las posibilidades de relacionar lo teórico con lo práctico a través de Fadea, Conae, Anac, Escuela de Suboficiales de Aeronáutica, Invap, las escuelas técnicas provinciales y la UNC tienen en el Instituto Universitario Aeronáutico un modelo integrador para asumir el rol de una universidad politécnica aeroespacial que interactúe con otros centros, habida cuenta de los conocimientos que debe incluir la formación de técnicos y de profesionales en carreras ascendentes hasta titulaciones y grados superiores.

Así se podrán combinar los 75 años de trayectoria del Instituto con las experiencias de educación a distancia y con la interacción con centros de formación similares en las especialidades de técnicos aeroespaciales, para que las carreras de las tecnicaturas tengan una correlatividad con la ingeniería aeroespacial, de manera que la elaboración de contenidos sea coordinada con los sectores demandantes de las áreas civiles, aerocomerciales, espaciales y las relacionadas con la defensa.

Es un camino que es necesario recorrer para generar y reactivar la presencia de Argentina en los niveles que oportunamente supo ocupar y cuyo mejor ejemplo fue la Escuela de Aprendices de la hoy ex Fábrica Militar de Aviones, que posibilitó contar con mano de obra calificada para la industria que se radicó en Córdoba y en el orden nacional.

Por lo expuesto, es imprescindible alcanzar el carácter de una universidad politécnica aeroespacial como acontece en otras naciones del mundo, entre ellas España, donde la Universidad Politécnica de Madrid se situó en 2020 entre las 100 mejores universidades del mundo en las áreas de Ingeniería y Tecnología, considerándose lo politécnico como un adjetivo integrador de ciencias afines.

Se trata, en definitiva, de potenciar y actualizar los conocimientos conforme los revolucionarios desafíos de las nuevas tecnologías, que equivalen a un saber hacer.

* Doctor en Ciencias de la Comunicación; titular de licencias aeronáuticas

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