Ricardo López Murphy: El Gobierno tiene una gran cobardía para afrontar los problemas del país
Ricardo López Murphy tiene fama de ser un duro. Por algo le dicen el “bull dog”. Sin embargo, el líder del espacio Republicanos Unidos es muy afable en el trato y con un gran sentido del humor. Hasta se mofa de su apodo. “Me dicen bull dog, pero soy un hombre de convicciones muy fuertes y me convierto en un pit bull a la hora de defenderlas”, afirmó el viernes por la tarde, recién llegado a Córdoba para realizar distintas actividades políticas.
Dirigente de definiciones fuertes, el exministro de Fernando de la Rúa cuestionó en duros términos al Gobierno nacional. Dijo que la oposición debe recrear la esperanza. Elogió al gobernador Juan Schiaretti, aunque aseguró que la oposición provincial debe unirse para ganarle al PJ en 2023.
–¿Qué análisis hace de la división que hay en el Gobierno nacional?
–No es bueno ni sano que el oficialismo tenga tensiones internas o actos de pusilanimidad. Lo que se ve en el Gobierno es un acto de gran cobardía para afrontar los problemas. Desde el primer momento supe que esta coalición no iba a funcionar. Más precisamente desde cuando la candidata a vice (Cristina Kirchner) anunció por Twitter quién iba a ser el candidato a presidente.
–¿Puede haber quiebre total en el Gobierno?
–Creo que hubo daños de mucha envergadura en el Gobierno. Siempre se dijo que el peronismo tenía muchos defectos, pero una gran virtud: capacidad para gobernar. Este Gobierno demuestra que esto no es así.
–¿Cómo ve al Gobierno para lo que viene?
–Creo que el Gobierno tratará de llegar aunque sea en muletas a 2023. Y veo a un frente opositor que tiene que prepararse para recibir a un país muy golpeado. También tiene que prepararse para impulsar grandes reformas, si le toca gobernar. Al revés de lo que dice el Gobierno, que no hace nada, hay que hacer grandes reformas que movilicen sus recursos productivos para terminar con esta decadencia. Quiero decir que las circunstancias externas son muy buenas para el país. Tenemos paz, algo que ahora valoramos cuando vemos lo que sucede en Europa. Tenemos recursos y talento humano para salir adelante. Pero tenemos un Gobierno que expulsa nuestros recursos humanos, que vive hostigando a la producción y al empleo. Esto no es sano. La oposición tiene que recrear la esperanza y generar una revolución capitalista. Hay que cambiar esta atmósfera de derrota y pesimismo.
–Pero en Juntos por el Cambio también hay internas.
-Puede ser, pero muy menores comparadas con la interna del Gobierno. En este debate por el acuerdo con el FMI vi una gran homogeneidad de opiniones y una gran calidad de exposición de la oposición. Tengo muchos años en la política y nunca vi esta convergencia en términos de programas y de narrativa. Por supuesto que habrá disputas.
–¿Por qué votó en contra del acuerdo con el FMI? ¿Prefería el “default”?
–No, y le explico. Yo tenía y tengo la idea de que no era bueno que se confundiera oficialismo con la oposición. Cristina no puede ser oficialista y oposición al mismo tiempo. En segundo lugar, pensaba que el programa económico era inapropiado. Y lo sigo pensando. Tampoco tolero la mentira. Este Gobierno le está pidiendo al FMI cinco mil millones de dólares más, y pocos días atrás, el presidente de la Nación, con mucha desfachatez, acusó al gobierno anterior de tener carácter criminal por la deuda que tomó con el Fondo, y él le está pidiendo más plata. Esa mendacidad a mí me supera. Por otro lado, en el debate descubrimos que les iba a subir los impuestos (con las valuaciones) y las tarifas a los porteños. Frente a esas circunstancias, yo tenía que encontrar un mecanismo de protesta. Por eso voté en contra, más allá de que creo que el default era lo peor para el país. Tuve muchos llamados con mis pares, pero todos saben que soy de convicciones firmes.
–¿Cree que el candidato a presidente de Juntos por el Cambio saldrá de las Paso?
–Sí, sin dudas.
–¿Se anota en esa primaria como candidato?
–Yo nunca hablo de candidaturas, pero no puedo impedir que gente de mi espacio lo haga. A mí no me va a escuchar hablar en este momento de candidaturas. Vamos a hacer lo posible para que haya unas primarias muy competitivas. Siempre digo que mi candidato son el programa, la narrativa y las reglas de juego. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para construir la unidad, tener un buen programa de gobierno y reglas de juego claras. Los candidatos no se fabrican. Surgen de una combinación de carisma, ascendencia sobre la opinión pública, determinación y confianza en la sociedad. El candidato o la candidata será el que mejor reúna estas características.
–¿Qué escenario ve en Córdoba, donde el PJ va a cumplir 24 años en el poder?
–Lo primero es construir la unidad, caso contrario no tenemos chances de ganar en Córdoba. En la unidad, construir un buen programa, buena narrativa, ser muy persuasivo y que los candidatos surjan de una competencia parecida a unas primarias abiertas. La competencia mejora a todos los candidatos. En Córdoba no hay Paso, pero hay que ponerse de acuerdo para recrearlas. El candidato a gobernador no puede surgir del dedo de alguien o de algunos.
–¿Qué opinión tiene del gobernador Juan Schiaretti?
–A Schiaretti lo conozco desde hace muchos años. Si lo comparamos con el Gobierno nacional, yo valoro el clima político que hay en Córdoba, que es muy distinto al nacional. Como hago este elogio al gobernador, también espero que podamos construir una gran coalición para derrotarlo. Hay que hacer un mejor gobierno en Córdoba, reconociéndole méritos a Schiaretti. Yo vengo a Córdoba muy tranquilo. No hay ese clima de agresión política que existe en otros lugares. Eso es algo que hay que reconocerle a Schiaretti.
–¿Le cree al Presidente cuando dice que impulsará una “guerra” contra la inflación?
–El término que utilizó es muy desafortunado. En primer lugar porque el Presidente ha perdido todas las guerras que ha emprendido. Perdió la guerra de la salud en pandemia; la guerra contra la seguridad; contra los narcos, y un muy mal desempeño en lo económico. El término también es desafortunado por las circunstancias que vive el mundo por la guerra y angustia en Europa. El Gobierno necesita un programa responsable. Debe ordenar la gestión, generar expectativas favorables para crear trabajo. Lo único que aumentó en los últimos dos años es el empleo público y los monotributistas. Lo que no se ve es que se cree empleo productivo. Hay que cambiar todo eso.
–¿Se puede hacer un ajuste?
–Será un proceso complejo, pero hay que tener esperanza. Si se amplía la base productiva, la situación mejora mucho para hacer las reformas necesarias. El objetivo es sacar a la gente de las actividades improductivas para volcarlas a las productivas. No será fácil, porque mucha gente se acostumbró a la dádiva y a vivir del Estado. Esto quebró la moral colectiva y los incentivos. Repito: el mundo le presenta al país una oportunidad fantástica para recuperarnos. Somos la segunda reserva del mundo y estamos amargados porque puede faltar gas. No es normal esto. Mire, a mí lo que más me angustia es cómo estamos perdiendo capital humano. Los jóvenes mejor preparados se van por esa sensación de inviabilidad que hay en el país. La primera responsabilidad como opositores es recrear la sensación de viabilidad. Para eso hay que tener coraje, firmeza y que no vamos a ser pusilánimes para enfrentar los problemas. No será fácil, pero hay que tener esperanza de que hay salida.
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