Reseña de “Ya ni se acuerda de mí”: cartas al hijo
Brasil, un país inabarcable, diverso y desigual. Un país magnífico, repleto de gente trabajadora. En las últimas décadas hubo en la literatura y el cine obras dedicadas a exponer esas características pero muy pocas lo han logrado con tanta belleza y sinceridad como Ya ni se acuerda de mí, novela epistolar publicada por la editorial independiente cordobesa Portaculturas.
Lo curioso es que Ruffato probablemente no haya pensado en esos términos su propia obra, más bien se dedicó a recopilar y corregir levemente el material íntimo, familiar del que disponía, para luego agregarle una introducción y, finalmente, intentar sanar una herida.
Esta novela corta repasa la relación entre una madre y sus hijos, haciendo foco en el mayor de ellos, quien abandonó la humilde casa familiar en Cataguases (Minas Gerais) para buscarse un mejor futuro allá en la gran ciudad. Luiz Ruffato, el menor, es quien pone la perspectiva en el inicio de la novela y es quien nos cuenta que su hermano murió en un choque, siete años después de haber salido del nido.
El momento de la partida no está descripto, quizás porque no hace falta, porque todos reconocen en José Celio a aquellos “cabecitas” del interior que recalaron en pensiones cercanas a las fábricas buscando en las dueñas de pensión aquel amor que sus madres solían declarar con la comida. Por otro lado, el regreso del cuerpo desfigurado tras el siniestro apenas se relata, el dolor de los Ruffato probablemente sea inenarrable.
Sobre lo que finalmente trata la novela es sobre las cartas, expuestas así, sin más, entre el hermano del autor llamado José Celio y su madre.
Con un lenguaje simple, José Celio demuestra la infinita complicidad que mantenía con ella. El intercambio epistolar (aunque aquí solo se expongan las cartas del hijo) es íntimo, pero no por eso menos universal.
El chico que habla como un hombre pero se expone en realidad como un niño, con dudas, con sueños, con carencias, es apenas un joven salido de la escuela. Es uno de los tantos que durante la década de 1970 buscó en los oficios de la fábrica el ascenso social tan prometido en América.
Él, que tenía una madre ama de casa y lavandera y un padre vendedor de cubanitos, soñaba con comprar un terreno y tener una esposa, pero no cualquier esposa. Una que no soñara mucho más que eso que él mismo soñaba, que supiera que a su lado había un obrero y que si bien nunca iba a faltarle nada, tampoco sobraría.
Y así, con esas líneas sinceras escritas con total transparencia y belleza (belleza que acompaña la edición del objeto libro) Luiz Fernando Ruffato exorciza la memoria de su hermano. Aquel que fue el primero en salir del campo para soñar en la ciudad y el que dejó la huella que guiaría al autor hasta transformarlo en periodista y escritor, el primero en tener una carrera dentro de su familia.
- Ya ni se acuerda de mí, Luiz Ruffato de Souza. Traducción: Magdalena González Almada y Leticia González Almada. Portaculturas editorial. 180 páginas. Precio: $ 4.200
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