Religión y corrupción
La corrupción es un fenómeno ancestral, ya que existe desde el momento en que satanás corrompió a Adán y Eva quebrándoles sus voluntades de sumisión a su Señor. Y Dios les dijo: “No os acerquéis a este árbol porque entonces seréis de los injustos, pero satanás les hizo caer en la tentación” (Corán 02:35).
Afortunadamente para la humanidad, Dios perdonó a ambos y por consecuencia los humanos no cargan con ninguna culpa ya que por derecho propio nadie es responsable de los errores de los demás. Sin embargo, pareciera que los humanos tienden a tener fuertes inclinaciones por todo lo que representa lo prohibido e ilícito.
Un breve repaso de las vidas de los mensajeros como Moisés, Jesús y Muhammad, entre otros, nos da una clara imagen de ética y honestidad que caracterizó a estos portadores de la buena nueva para la gente a lo largo de la historia. Nos enseñaron a vivir respetando los valores naturales que nacen con los hombres. No los hemos visto buscando amasar fortunas para volverse ricos. Nada tiene de malo buscar el sustento y obtener riqueza, pero no a cualquier costo.
La corrupción ya no es en la actualidad un caso aislado, sino que se ha convertido en un fenómeno organizado que trasciende las fronteras de los estados. “La corrupción se ha hecho manifiesta en la tierra y en el mar a causa de lo que las manos de la gente han adquirido. Les mostraremos nuestros signos, quizás así se arrepienten de corromper” Corán (30:41).
Es necesario encontrar políticas y estrategias integrales y organizadas para combatirla. Y para asegurar el éxito de estas políticas deben participar múltiples sectores, incluidos los gobiernos y la sociedad civil, los medios de comunicación, las agencias reguladoras y otros actores claves. Al respecto, el Sagrado Corán nos pide hacer un esfuerzo mancomunado para lograr el objetivo: “Debéis colaborar entre todos para hacer obras virtuosas y correctas y no os asociéis para corromper en la tierra” Corán (05:02).
Combatir la corrupción empieza con uno mismo. Hay que mantener una conducta intachable en la vida y saber que el dinero conseguido de manera ilegal tarde o temprano se esfuma, y lo más triste es que habrá que responder ante Dios por cada centavo obtenido de forma indebida.
“Obtened vuestra provisión de manera legal tal como Dios lo ha dispuesto y no os convirtáis en corruptos en la tierra” Corán (02:60).
* Imam, miembro del Comipaz
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