Referencia de Biden a «un ilegal» irrita a demócratas que alegan que él es preferible a Trump
MIAMI (AP) — El presidente Joe Biden enfrentó el viernes la decepción y la ira de algunos aliados por llamar “ilegal” al sospechoso del asesinato de una estudiante de enfermería en Georgia durante su discurso sobre el Estado de la Unión. Otros demócratas lo respaldaron por considerarlo mejor en el ámbito de asuntos de inmigración que el expresidente Donald Trump, su probable rival en las elecciones de noviembre.
La situación ocurrió durante un intercambio en el que Biden presionó a los republicanos para que aprueben un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza que se vino abajo después de que Trump se opusiera a él. La representante Marjorie Taylor Greene, firme aliada de Trump, le gritó entonces al presidente que dijera el nombre de Laken Riley, la mujer de Georgia asesinada el mes pasado, y añadió que fue asesinada “por un ilegal”.
“Por un ilegal, así es”, respondió Biden inmediatamente, antes de que aparentemente preguntara cuántas personas están siendo asesinadas a manos de “legales”.
Referirse a las personas que llegaron o viven ilegalmente en Estados Unidos como “ilegales” era habitual en el pasado, pero hoy lo es mucho menos, sobre todo entre los demócratas, que acogieron más plenamente las cuestiones relacionadas con los derechos de los migrantes durante la presidencia de Trump.
Biden hizo campaña hace cuatro años contra muchas de las políticas de inmigración de Trump y para cambiar las directrices oficiales con el fin de que se dejara de usar el término “extranjeros ilegales”, pero ahora está presionando para que se apliquen nuevas restricciones fronterizas a raíz del número récord de personas que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México. Este fenómeno está poniendo en apuros a las autoridades federales y a las ciudades gobernadas por demócratas, que se han visto obligadas a abrir refugios de emergencia. Biden ha adoptado parte de la retórica de Trump, diciendo que “cerraría la frontera” si se le diera el poder, algo que también volvió a mencionar en el discurso del jueves.
Su equipo de campaña sostuvo que el incidente no afectaría sus intentos por llegar a los votantes latinos y otras comunidades no blancas que forman parte de la base demócrata. Varios aliados en el Capitolio salieron en su defensa, aunque criticaron el uso que hizo del término.
“Fue una elección de palabras desafortunada, pero creo que él podría corregirla fácilmente”, dijo la representante demócrata Pramila Jayapal, que preside la Bancada Progresista del Congreso. “Creo que la visión inclusiva que él pintó de la inmigración era exactamente lo que yo buscaba”.
César Cuauhtémoc García Hernández, catedrático de derechos civiles y libertades civiles en la Facultad de Derecho Moritz de la Universidad Estatal de Ohio, dijo que el uso del término por parte de Biden se dio en una “circunstancia improvisada”, pero también constituyó un reflejo tanto del largo tiempo que lleva ocupando cargos públicos como de su cambio reciente en materia de inmigración.
“Creo que es muy revelador del presidente, que realmente perfeccionó sus habilidades políticas en una época en la que ese tipo de lenguaje era rutinario, y refleja el hecho de que las políticas de su gobierno en torno a la inmigración se han movido cada vez más hacia la derecha, tratando de ser más hábil que los republicanos y utilizar el lenguaje que los republicanos siguen tratando de esgrimir”, dijo García Hernández.
Algunos legisladores demócratas progresistas dijeron haberse sentido decepcionados de escuchar el término de labios de Biden.
“Así como no deberíamos estar implementando la política republicana, no deberíamos estar repitiendo la retórica republicana”, dijo la representante demócrata Ayanna Pressley, y señaló que nunca antes había escuchado al presidente usar esa palabra.
“La retórica que el presidente Biden utilizó esta noche se acercó peligrosamente al lenguaje de Donald Trump, que pone una diana para tiro al blanco en las espaldas de los latinos en todas partes”, publicó el representante Joaquin Castro en la red social X.
Castro reconoció que hubo “muchas cosas buenas” en el discurso de Biden, pero calificó su retórica sobre los migrantes de ser “incendiaria y equivocada”.
Otros estaban dispuestos a pasar por alto el hecho de que Biden haya usado el término.
“Esto es lo que pasa cuando interactúas con los tontos”, dijo la representante Nanette Barragán, presidenta de la Bancada Hispana del Congreso.
Los republicanos celebraron el momento con Greene, diciendo que los demócratas se están “desmoronando”.
Mientras se marchaba a Filadelfia para un viaje de campaña, un periodista le preguntó a Biden si se arrepentía de haber utilizado el término “ilegal”.
En un principio él titubeó y dijo “bueno, probablemente”, antes de hacer una pausa y decir “no” y aparentemente empezar a decir la palabra “lo lamento”. Luego se detuvo de nuevo y dijo: “Técnicamente no debería estar aquí”.
En una llamada con periodistas el viernes, se les preguntó a funcionarios de la campaña electoral de Biden si el hecho de que él haya usado la palabra podría repercutir en sus intentos por llegar a los votantes latinos.
“Nuestra comunidad conoce a Joe. Ellos saben quién está luchando por nuestra comunidad. Saben quién está luchando por nosotros”, dijo Julie Chavez Rodriguez, directora de la campaña de Biden por la reelección. “Sus valores de fe, de familia, de trabajo duro. Todos ellos son tan congruentes con lo que nuestra comunidad representa”.
Un estudio del Centro de Investigaciones Pew realizado en enero halló que tres cuartas partes de los hispanos de Estados Unidos describen el gran número de migrantes que intentan ingresar a territorio estadounidense a través de la frontera con México como un problema de gran magnitud o una crisis. Un número similar dijo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo un mal trabajo en la gestión de la afluencia. Los no hispanos se mostraron más propensos que los hispanos en describir la situación como una crisis, o a decir que la situación migratoria está derivando en que haya más delincuencia en el país.
Michael Tyler, portavoz del equipo de la campaña, alegó que Trump y los principales republicanos están “utilizando a los migrantes como su principal saco de boxeo político”.
Tyler dijo que la campaña de Biden quiere “tratar a la gente aquí con la dignidad y el respeto que se merecen, y vamos a contrastar eso frente a Donald Trump y su retórica alimentada por el odio y su extremismo aborrecible en lo que respecta a lo esencial de la cuestión».
El término era común en el pasado antes de que algunos empezaran a abogar contra su uso. En 1972, el mismo año en que Biden fue elegido por primera vez al Senado de Estados Unidos, el activista laboral latino Cesar Chavez —abuelo de Julie Chavez Rodriguez— utilizó los términos “espaldas mojadas” e “ilegales” en una entrevista televisiva para describir a los trabajadores migrantes de México que fueron traídos para romper una huelga.
Tras el discurso de Biden, algunos citaron al Premio Nobel de la Paz y sobreviviente del Holocausto Elie Wiesel al decir que “ningún ser humano es ilegal”, una frase que fue utilizada por los defensores de los derechos de los migrantes para presionar a la gente a alejarse del uso de “ilegal” e “inmigrante ilegal”, utilizado por primera vez por los británicos hacia los refugiados judíos que ingresaban sin autorización en el entonces Mandato británico de Palestina.
En 2013, The Associated Press decidió dejar de utilizar “inmigrante ilegal” para describir a una persona, sino sólo la acción de vivir o inmigrar ilegalmente al país.
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Los periodistas de The Associated Press Will Weissert, Stephen Groves, Josh Boak y Farnoush Amiri en Washington, y Elliot Spagat en San Diego contribuyeron a este despacho.
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