La Voz del Interior @lavozcomar: Qué tan buena idea es “sanar al niño interior”

Qué tan buena idea es “sanar al niño interior”

Algunos tienen una infancia feliz y sin preocupaciones; otros, una más bien difícil o hasta traumática. Lo cierto es que lo que vivimos como niños marca nuestras vidas. Y eso lo saben bien las personas que, ya adultas, siguen sufriendo como consecuencia de las vivencias de su infancia.

Desde hace un tiempo se habla, en libros de autoayuda, coachings y pódcast, de “sanar el niño interior”. La idea central es brindarle, ya desde una posición de adulto, consuelo, refugio y reconocimiento a ese niño interior para solucionar estos problemas. Pero, ¿funcionan realmente este tipo de terapias?

Qué es el “niño interior” y que tan buena idea es “sanarlo”

En cuanto al término “niño interior” hay que decir, en primer lugar, que no hay una definición uniforme de lo que es, según explica el profesor alemán Wolfgang Lutz. “Es una representación según la cual las experiencias de la infancia pasan a formar parte de la personalidad adulta y determinan nuestras acciones en el presente”, señala el director del Departamento de Psicología Clínica y Psicoterapia de la Universidad de Trier.

Lutz lleva unos 30 años investigando la eficacia de los métodos psicoterapéuticos y es coeditor de la obra de referencia sobre el tema, Bergin and Garfield’s Handbook of Psychotherapy and Behaviour Change. El concepto de “niño interior” no aparece en ella. Esto significa que no existe ninguna pauta de tratamiento basada en resultados de una investigación o recomendaciones de profesionales sobre cómo sanar al niño interior.

Por supuesto, la infancia desempeña un papel en muchas formas de psicoterapia, como por ejemplo en la terapia cognitivo-conductual.

Pero, según explica Lutz, en la psicoterapia se trabaja con ella de forma más diferenciada. Explica que no se trata de “curar al niño interior”, sino de reconocer primero los patrones de comportamiento, de pensamiento, emocionales o relacionales que se adquirieron de niño y aprender luego formas alternativas de actuar.

Lutz subraya, sin embargo, que estas ideas o metáforas acerca del niño interior pueden ser útiles para facilitar el acceso a los propios sentimientos y emociones. “Muchas personas sacan provecho de la literatura de autoayuda y encuentran allí herramientas para ir avanzando”, añade.

Hablar con la versión más joven de uno mismo desde la posición del adulto y darle reconocimiento: en esto se basa el concepto de curación del niño interior. (DPA)

Entenderse mejor a uno mismo

Christa Roth-Sackenheim, presidenta de la Asociación Profesional de Psiquiatras Alemanes y quien atiende su propio consultorio de psiquiatría, psicoterapia y neurología en la localidad de Andernach, también lo ve así.

En su opinión, el concepto del “niño interior” puede ayudar a las personas a descubrir por qué reaccionan repetidamente de forma no adecuada ante determinadas situaciones. Como por ejemplo, por qué se enfadan tanto con su hijo cuando hace el tonto. O por qué se adaptan siempre al otro en las relaciones o se exigen de más.

Todo esto puede tener origen en la infancia. Explica que, para muchas personas, saber por qué se comportan de determinada manera puede ser un alivio. “Dejan de pensar cosas como ‘reacciono así porque soy una mala persona’, y entienden que son así debido a ciertas experiencias del pasado”, ejemplifica Roth-Sackenheim. En su opinión, esto puede ayudar a madurar y a estar más en paz con uno mismo.

Cuándo es necesaria la ayuda de un profesional

Trabajar con el niño interior por cuenta propia tiene sus límites. Lutz subraya que quienes padecen de depresión, trastornos de pánico o ansiedad, por ejemplo, necesitan ayuda profesional.

Muchas veces es difícil saber si un diagnóstico aplica a uno mismo. Por eso Lutz da algunos ejemplos para quiénes los libros o los pódcast no son suficientes: cuando no se logra levantarse por la mañana o se tienen pensamientos suicidas. O, por ejemplo, cuando se le tiene tanto miedo a rendir un examen que se cambia de carrera o incluso de universidad con tal de evitarlo.

En estos casos, una consulta con un psicoterapeuta puede ayudar a determinar si es necesario iniciar una psicoterapia de forma ambulatoria.

El “niño interior” también puede revolucionar

¿Y qué pasa si uno se pone a analizar su niño interior y termina triste por semanas, sin poder pensar en otra cosa? En esos casos, Roth-Sackenheim aconseja buscar ayuda profesional. Lo mismo vale si no se logra trabajar, los recuerdos traumáticos regresan una y otra vez y uno se siente inundado por ellos de forma descontrolada.

“Es bastante común que los temas con los que uno se topa generen tristeza y reflexiones y ocupen mucho espacio”, dice.

Hablar con la versión más joven de uno mismo desde la posición del adulto y darle reconocimiento: en esto se basa el concepto de curación del niño interior. (DPA)

Los límites del trabajo por cuenta propia

Tratar de “sanar el niño interior” por cuenta propia tiene otros límites, sobre todo en la práctica. Porque el viejo dicho “tomar consciencia es el primer paso para la mejoría” vale también en estos casos. Pero tomar consciencia de algo no significa que se puede modificar automáticamente el propio comportamiento.

“Reconocer relaciones es tan sólo el primer paso”, señala Lutz. “Cuando los patrones están muy arraigados, no basta con reconocerlos para modificar nuestro comportamiento. En esos casos es necesaria una terapia que permita trabajar sobre ellos”, añade.

Roth-Sackenheim afirma que algunas personas logran comportarse de forma más consciente o incluso distinta cuando les toca enfrentar nuevamente una situación crítica. Y añade que siempre es útil hablar con amigos y familiares. “Por lo general, en estas charlas surgen otras posibilidades de lidiar con una situación a las que, por lo general, no se llega solo”, explica.

* DPA

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