La Voz del Interior @lavozcomar: Pymes: nuevo gobierno, nuevas oportunidades

Pymes: nuevo gobierno, nuevas oportunidades

Desde el 10 de diciembre, en nuestro país se presentará un panorama nuevo, donde para las empresas pymes el universo de oportunidades crecerá de forma exponencial. Aquellas que sepan adaptarse a un esquema de competitividad brindando mejores productos a mejores precios sin dudas se verán sumamente beneficiadas. Nuestro próximo presidente y su equipo ya comenzaron a anunciar varias medidas fundamentales en esa dirección.

En primer lugar, frenar el proceso de espiralización de la inflación generará un altísimo valor agregado, por un motivo concreto y fácil de adivinar: eliminará la conflictividad entre el sector trabajador y el sector empresario, tensión que siempre han generado las paritarias.

Si bien es cierto que, como se dijo, ponerle fin a la inflación tomará entre 18 y 24 meses, producto del propio decantamiento que trae la inercia inflacionaria a la que estamos sometidos, confiamos en que el éxito del proyecto de gobierno planteado llevará de manera gradual a que podamos percibir mejoras.

Sabemos que no existen soluciones mágicas, pero percibimos una intención clara y concreta de modificar esta situación actual insostenible, que sin lugar a dudas perjudica a todos los argentinos.

Después de la estabilización inflacionaria, vendrá una segunda etapa ya anunciada por nuestro próximo presidente, con una reforma fiscal y, en paralelo, una reforma laboral. Esto constituye una excelente noticia para las empresas, ya que buena parte de su costo y de sus utilidades se drenan a través de dos heridas abiertas: el desangramiento por el lado fiscal y los costos laborales asociados.

Hoy las empresas pymes se ven castigadas por un entorno legislativo-laboral que les resulta muy hostil.

Se ha escuchado decir en varias oportunidades que estas reformas no se llegarán a dar, porque no lograrán pasar por el Congreso. Es cierto que en este sentido existe un antecedente: el del gobierno de Cambiemos, cuyas intenciones de llevar adelante modificaciones profundas se vieron entorpecidas por las trabas del propio contexto político.

Sin embargo, es fundamental resaltar que el panorama resulta más alentador en esta oportunidad. Tras un contundente triunfo en las urnas, con un 12% de diferencia, parece que el nuevo gobierno goza de legitimidad suficiente como para tratar de impulsar a fondo todas aquellas reformas tan necesarias. Incluso, en consonancia con lo que ya hemos observado en estos días, se estarían gestando los acuerdos políticos necesarios para dar sustento a esos proyectos de reforma.

Con todo esto en mente, resulta posible atreverse a ir aún más lejos: si se lograran la estabilización económica y la liquidación de los pasivos remunerados del Banco Central sin afectar el derecho de propiedad –si no aparece un plan Bonex y se liquidan a condiciones de mercado–, entre varias otras cuestiones, habrá un impacto muy positivo en la confianza de la gente. Esa confianza será la que se vea reflejada en las elecciones legislativas de medio término de 2025.

¿Y qué significa esto? Que podría darse una reconfiguración total del Congreso, sentando las bases para avanzar con una reforma laboral y una reforma impositiva aún más profundas. Si bien esto seguramente no sucederá en el corto plazo, las posibles consecuencias de estas medidas resultarían tan positivas para las empresas que ameritan ilusionarse.

En cuanto a la estabilización del tipo de cambio y la apertura para poder realizar importaciones, sabemos, por los mismos anuncios del Gobierno, que no va a ser tan sencillo salir del cepo. No obstante, ya por lo menos contar con un plan desarrollado en este sentido abre una perspectiva para las empresas que, al fin y al cabo, les permitirá planificar su producción.

Hay compañías que están totalmente paradas simplemente porque no tienen insumos para producir, como consecuencia directa del cierre de las importaciones por no girar divisas al exterior a raíz del cepo.

Si bien es necesario ser cautos respecto de posibles reacciones de sindicatos y sectores reticentes a este tipo de mejoras, es evidente que se trata de buenas noticias. Las empresas de servicios serán las primeras en verse cómodamente posicionadas.

En línea con todo lo mencionado hasta el momento, de darse estas reformas y si resulta efectivo el programa de estabilización, un crecimiento del empleo en blanco o registrado sería inminente.

También una drástica reducción de la conflictividad y un incremento de los salarios en términos reales. Si esto es acompañado con un programa de estabilización de la moneda –cualquiera fuere la que termine por pactarse– llevaría a un fuerte crecimiento del poder adquisitivo, de la clase trabajadora, de la masa salarial.

Parecen ser excelentes noticias paras las pymes. Después de todo, el dinamismo principal en esta nueva etapa, sin lugar a dudas vendrá de la mano de la recuperación de los niveles de actividad económica de las empresas.

* Presidente de la Asociación de Directorios Asociados (Adiras)

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