Punto de vista: Argentina, un país con buenos memes
-¿Qué hacés con tus problemas?
-Chistes.
La broma fue una más de las miles que esta semana circuló por redes sociales, con el formato estrella del meme y todas sus variantes. Es humor negro, pero a la vez una verdad cada vez más compartida por el ser argentino.
En medio de múltiples crisis que confluyen en un período tremendo por “lo complejo” (ese eufemismo tan de moda para no decir “horrible”), hace tiempo que la humanidad ha encontrado una especie de consuelo en reírnos de nuestras desgracias colectivas.
Y vaya que si por esas latitudes sabemos de eso.
En plena era de redes sociales, el mecanismo funciona como una suerte de exorcismo que anestesia. De hecho, ya tenemos el acto reflejo de salir a buscar memes después de cualquier suceso medianamente relevante… algo que en este país puede suceder cada 15 minutos.
En los medios digitales, ese compendio de reacciones desopilantes en redes funciona inexorablemente como gancho siempre rendidor.
“Dice el guionista de Black Mirror que, como país, nos podemos ir bien a la mierda”, escribió alguien la semana pasada en X (ex-Twitter), cuando estalló el escándalo de la denuncia por violencia de género contra expresidente Alberto Fernández, y casi en paralelo, el de los videos con Tamara Pettinato en Casa Rosada.
El genial actor y humorista Pablo Picotto también ironizó por esos días sobre el meme que dice “Estoy aburrido… estabas” junto a la Bandera Argentina. “De repente decís, ya está Argentina, yo ahora quiero descansar un rato, dormir una noche de corrido… y la Argentina te dice ‘nooo, ya está, ya te metiste en esto y ahora no te podés bajar’”. Reír, por no llorar.
Eso abre la puerta a otra situación actual en este escenario de humor social.
Dime qué piensas y te diré de qué ríes
El universo de los memes y el humor por redes se ha ido segmentando en nichos, casi como todo el consumo cultural en la actualidad. En el mar infinito de la web y las redes, la tiranía del algoritmo tiende a alimentarnos de lo que nos gusta para que pasemos más tiempo conectados y consumiendo nuestro segundo bien más cotizado después de nuestro dinero: nuestra atención.
Así, hay cuentas de memes y humor (que por lo general hacen una curaduría bien trabajada) para cada gusto: de derecha, ultraderecha, progresistas, más de izquierda, de minorías (desde sexuales hasta ideológicas de todo tipo), y por supuesto, deportivas.
También hay otras tantas que no se meten de lleno en política partidaria, son más “blancas”, pero claramente también crean sentido. Por lo general, se tiende a replicar el efecto de “cámara de eco”, es decir, consumimos aquello que refuerza o confirmar nuestra propia creencia o punto de vista.
En ese contexto, y cuando la narrativa de un país está cada vez más en disputa, no es para subestimar el efecto como formador de opinión y sentido que tienen estas cuentas en el público.
“La salud mental de este país pende de los memes”, dijo alguien también como ¿humorada?, aunque no es exagerado decir que se acerca bastante a la realidad.
Lo que podemos cuestionarnos también es si no hay demasiada pasividad en el consumo de memes, con el riesgo de que caigamos como sociedad en una dinámica de troll: aquel que lo único que hace es despotricar detrás de un teclado pero luego no pasa nunca a la acción.
En el caso del humor, puede ser mucho más simpático porque se trata de sacarnos una sonrisa (o una tremenda carcajada), pero quizás nos estemos aproximando al momento en el que los memes se conviertan en el opio de los pueblos.
Más información
Ricky Maravilla habló de su imagen viral y se defendió: No me hice ningún retoque, era un filtro
https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/mira/punto-de-vista-argentina-un-pais-con-buenos-memes/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/mira/punto-de-vista-argentina-un-pais-con-buenos-memes/