La Voz del Interior @lavozcomar: Por qué no hay que meterse nada en los oídos: mitos y verdades sobre la cera

Por qué no hay que meterse nada en los oídos: mitos y verdades sobre la cera

No es para nada infrecuente que una persona sufra de tener mucha cera en el oído. En mayor o menor medida, todos tienen cerumen. Se trata de una protección que tienen los conductos auditivos externos, la entrada del oído.

Concretamente es la secreción de unas glándulas que hacen que se produzca el cerumen, un mecanismo de defensa, con propiedades antibacterianas, que ayuda a evitar infecciones como la otitis. La cera se va eliminando sola de manera natural y desplazándose hacia el exterior. Aparte de servir de protección al oído, también ayuda a mantener el ph ácido dentro del conducto auditivo externo para evitar infecciones.

Por eso, los especialistas advierten que no hay que limpiarse solos los oídos, y menos meterles cosas.

La cera en los oídos: ¿amiga o enemiga?

Rocío González, vocal de la comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, aclara que lo que sí hay que evitar es la acumulación de agua al salir de la ducha, de la pileta o del río o mar. Siempre hay que girar la cabeza, o secar el pabellón con una toalla o con el secador si se metió humedad, subraya la especialista.

Pero no hay que meter nada. Sobre los hisopos, la otorrinolaringóloga explica que no fueron creados para ser introducidos en el oído, sino para limpiar la zona externa de la oreja. “Si los usamos podemos empujar la cera hacia el tímpano, e incluso provocar algún tipo de lesiones”, advierte en diálogo con Europa Press.

¿Tener más o menos cerumen es genético?

Tener más o menos cera en el oído es una “susceptibilidad intrapersona”, es decir, depende en ocasiones del tipo de piel que se tenga en el conducto auditivo, más o menos grasa. “Lo que tenemos ahí dentro, donde se produce la cera es la piel y las glándulas que tenemos”, detalla.

El principal problema que suele darse con el exceso de cera no es sólo el que se formen tapones, sino cuando hay defecto de eliminación: “Podés producir muy poco cerumen, pero si tenés un conducto muy estrecho, mucho vello dentro del conducto, alguna condición anatómica o de la piel que hace que no se elimine la cera, ahí está sobre todo el problema, más que en el exceso de producción”.

Cuál es el problema de tener mucho cerumen

El problema suele aparecer cuando el tubo del oído es estrecho, no es regular, cuando se forma un cúmulo muy grande que da lugar al tapón de cera. “El síntoma del tapón de cera es que oís menos, que se te tapone el oído. Hasta que no se ocluye toda la circunferencia del oído no hay problema, pero cuando sí lo hace estamos en presencia de tapón y hay que extraerlo”, agrega la otorrinolaringóloga.

Cuando se forma el tapón se debe acudir a un médico, quien evaluará las razones de esa pérdida de audición y verá el tapón de cera. Como norma general, dice la experta que los tapones de cera se pueden extraer con agua templada. Pero cuando hay problemas en conductos, que por ejemplo son muy estrechos, o bien un oído sometido a una intervención quirúrgica, esta revisión dice que se debe hacer por especialista en otorrinolaringología y por aspiración.

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