Por qué Javier Milei es un distinto
El 25 de julio de 2023 publiqué en este diario un artículo, titulado “Yo no fumo: Sergio Massa y el FMI”. Manifesté allí que el Gobierno de ese momento manejaba la economía con las malas praxis que todos conocíamos. Aconsejé no esperar al 11 de diciembre para emprender las reformas. Entre ellas: reducir el déficit fiscal.
Nuestra inflación es una de las más altas del mundo y deteriora salarios y jubilaciones, lo que ocasiona una disminución de la demanda de bienes y, por lo tanto, de la producción. Y nos encaminamos hacia una estanflación de consecuencias dolorosas.
Ahora el presidente Javier Milei está produciendo un gran cambio. No es un político tradicional y a veces es desconcertante. Trabaja con nuevas reglas. Un modelo de negociación que aplican los expertos en demandar y ofrecer. Se llama regateo.
El FBI lo aplica en la técnica de negociaciones para convencer a cualquiera de cualquier cosa, como dice Chris Voss en su libro Never split the difference.
Los políticos tradicionales parten de escenarios conocidos y buscan llegar a soluciones ya conocidas.
Creo que ahora es diferente: el presidente Milei rompe la barrera del “no”. Utiliza técnicas distintas y resulta difícil de entender, de asimilar, de aceptar.
El proceso es lento y doloroso, sobre todo cuando estas medidas afectan a los más carenciados, tanto asalariados como informales, jubilados, pequeños comerciantes y pymes. Es por ello que el FMI pidió que el Gobierno atienda a estos ciudadanos.
Estamos enfrente a un distinto, y ojalá quienes están ahora en el poder del Estado, como por ejemplo los gobernadores, y quienes no lo están, por ejemplo los gremios, lo entiendan, ayuden en esta titánica tarea.
Daniel Kahneman, en su libro Pensar rápido, pensar despacio, dice que el ser humano tiene dos sistemas de pensamiento: uno animal, emocional, y otro lento deliberativo y lógico. El presidente Milei conoce esto profundamente y usa ambos.
Primero, dice “No hay plata” y espera que los políticos tradicionales desesperen y hagan sus cuentas. Y cuando disminuyen sus gastos, él renegocia con lógica. El resultado: menos gasto y robo, y menores impuestos. En resumen, un gobierno más chico pero más eficiente.
Espero y ansío que logre soluciones con los sindicatos, con los empresarios y con los supermercadistas, para que podamos ver pronto una Argentina mejor.
* Diputado nacional MC; doctor en Economía
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