Opinión: Buscan dinamitar el Tribunal de Cuentas para garantizarse impunidad
En las últimas elecciones a gobernador en Córdoba, en las que se dio un resultado muy parejo, hubo un escrutinio que duró mas de 10 días, tras lo cual la Justicia electoral proclamó al peronismo como ganador en las elecciones de gobernador y a Juntos por el Cambio, como ganador en tribunos de Cuentas y en legisladores.
Es decir que de los tres tramos en disputa, y por lo exiguo de los votos entre los partidos que competían, en un tramo ganó Martín Llaryora y en los otros dos ganó el partido que lideraba Luis Juez como candidato a gobernador.
A partir de ese momento comenzó una carrera contrarreloj, por parte del Gobierno provincial, avanzando contra la institucionalidad y contra lo que eligió la gente, que le otorgó a la oposición el control del Tribunal de Cuentas, hecho que se da por primera vez en la historia de Córdoba.
Primero, arman un concurso de amigos, para nombrar 68 cargos jerárquicos, como directores, subdirectores, jefes y subjefes de áreas y secciones. Es la primera vez que llaman a concurso en la historia del Tribunal en los 24 años que llevan gobernando, y lo hacen justo tras perder las elecciones en el tramo a tribunos de Cuentas, donde ya no van contar con la mayoría. Desde diciembre, estará integrado por dos miembros pertenecientes al juecismo y un miembro perteneciente al schiarettismo.
Ese concurso, llamado entre gallos y medianoche, sin la publicidad correspondiente y con plazos muy exiguos, cuenta con muchísimas impugnaciones realizadas por los propios empleados del Tribunal y con presentaciones judiciales efectuadas por empleados y por un sindicato.
Luego, el oficialismo presenta un proyecto de ley con el objetivo de dejar áreas fuera del control del Tribunal de Cuentas, como los créditos, la obra social provincial, los subsidios, los gastos de salud y de combustible y hasta los pasajes aéreos al exterior.
Bastó que yo dijera que iba a auditar las agencias para que propusieran dejar al Tribunal de Cuentas sin la potestad de efectuar verificaciones en esas estructuras. Y como si esto fuera poco, avanzaron con la sanción ficta de los expedientes, es decir la que permite aprobar los expedientes de gastos por el simple paso del tiempo, sin verificación o validación del Tribunal.
Estamos preocupados por que las cosas se hagan bien, que se acaben los abusos, que haya transparencia en la ejecución del gasto, mientras que Schiaretti y Llaryora sólo parecen estar preocupados y ocupados en hacer desaparecer el Tribunal de Cuentas, para que no los controle.
Gastan millones de nuestros impuestos y no dejan que los controlen.
El Gobierno provincial está nervioso. No debería tener inconvenientes en que auditemos cómo se gastan los dineros públicos. No deberían estar en contra de lo que se establece en cualquier norma básica de auditoría: unos realizan el gasto, y otros diferentes lo controlan.
Transparencia en los gastos es lo que necesitan los vecinos de Córdoba.
Este es un golpe institucional que no registra antecedentes en un gobierno democrático.
Ni el kirchnerismo se animó a tanto.
Buscan garantizarse la impunidad
A partir de diciembre y a pesar de todo, en el Tribunal de Cuentas se acabó la vista gorda, estaremos para garantizar la transparencia en las cuentas públicas. Esa será nuestra función.
* Tribuno de Cuentas de la provincia electo
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