La Voz del Interior @lavozcomar: Obesidad: la nueva epidemia que azota a la sociedad china

Obesidad: la nueva epidemia que azota a la sociedad china

A China la azota una nueva preocupación gubernamental: la obesidad. El país que sufrió una tremenda hambruna en los años ’60 que mató a casi 20 millones de personas, se encuentra con un problema impensado hace solo medio siglo. De Pekín a Cantón, de Shanghai a la frontera de Yunan, el país se ha obsesionado por adelgazar.

El país más poblado del mundo, con 1.400 millones de habitantes, se está transformando de a poco en un país de obesos: 100 millones de chinos tienen sobrepeso. Los jóvenes son los más afectados, cerca del 20% de los niños y el 10% de las niñas sufren sobrepeso. La política del hijo único ha hecho mella en este problema ya que las familias se dedican y atiborran al único vástago. Acompañando a la obesidad se han disparado la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Campamento para adelgazar

Con la apertura de China al mundo y el empuje de la globalización han surgido en el país asiático los locales de comida rápida que rompen cualquier récord de calorías. En ese contexto, han nacido los campamentos para jóvenes con sobrepeso, donde los padres envían a los hijos para que profesores disciplinados hagan perder kilos a sus alumnos.

El padre de uno de ellos, Duzuai, desembolsó 5.000 euros para que su hijo pueda ir al campamento por segundo año consecutivo. “Yo peso 100 kilos, no quiero que mi hijo siga mi ejemplo, estoy dispuesto a gastar mucho dinero por su bien”, dice el progenitor en la comida de despedida que organizó para su hijo, que estará 40 días internado en el campamento.

Además de bajar de peso, los niños deben aprender a comer sano. Duzuai se despertará a las 6 de la mañana y hará la cama meticulosamente como un soldado soviético. Hará tres horas de deporte antes del desayuno y otras tres horas por la tarde. Para cerrar el día se dedicará a ejercicios de disciplina. A las 20 se le entregará su teléfono para que pueda utilizarlo sólo una hora. Los instructores le dicen que “el teléfono es para comunicarse con la familia, no para ver videos, divertirse ni jugar”. Duzuai se ríe.

Cuando le preguntan a Duzuai si se divierte en el campamento, responde que no, que no sabe si aguantará.

El señor Mha

Una de las aplicaciones más descargadas del país es un plan de adelgazamiento. Tiene entre 60 millones y 70 millones de usuarios que utilizan los servicios online de asesores virtuales para controlar el peso. Boe, la aplicación, es dirigida por el señor Mha, que va a la oficina en joggins para ser coherente y estimular y motivar a sus empleados. Le debe la creación de la app a su expareja, que estaba obsesionada con su dieta. Él estaba estudiando ciencia y tecnología y junto a un amigo se lanzaron a crear algo “divertido y eficaz” para controlar el peso. Su startup al estilo californiano tiene ahora 80 empleados.

Mientras más engorda China, mejor le va al señor Mha. Eso sí, ha cambiado de novia.

XXL

En la vereda de enfrente al señor Mha viene ganando terreno una nueva tendencia: las modelos talla XXL. Este fenómeno hace tambalear los estándares de belleza contemporáneos. Wang Fei tiene una agencia de modelos talla grande. Dice que la empresa está buscando constantemente caras nuevas y que recibe cientos de solicitudes mensuales.

Las modelos elegidas tienen trabajos importantes a la semana de entrar en la agencia y, según Fei, en unos pocos años las elegidas pueden hacer una fortuna para comprarse un departamento y un coche de alta gama.

Las personas con obesidad suelen sufrir discriminación y les cuesta más conseguir trabajo. Estas agencias intentan cambiar ese panorama. Desde dentro del mundo de la moda Wang Fei quiere concientizar y dar batalla al modelo imperante de la modelo flaca, alta y a veces improbable que existe en las revistas. “El mundo de la moda como un acto de militancia” dice la oriental.

País de la carne

Antes de la industrialización y de la migración del campo a la ciudad, la alimentación en China era totalmente diferente: menos calórica, menos grasas.

Si antes los mayores practicaban taichi y seguían una dieta tradicional, hoy las nuevas generaciones se lanzan a la comida chatarra, los fast foods y el sedentarismo. Desde hace más de treinta años el paisaje urbano de China cambió rotundamente: hoy se ven restaurantes de comida rápida, supermercados que venden productos ricos en azucares y carne, mucha carne. Este producto que antes era considerado especial, ahora es de lo más habitual. La señora Yang dice: “Cuando era niña, en los ’60, comíamos carne únicamente en las fiestas del Año Nuevo chino”. Hoy la carne está presente en casi todas las mesas chinas.

Las medidas chinas para atacar la obesidad no parecen que lleguen a buen puerto. En lugar de ir a la raíz del problema, China se enfoca en las personas que ya han engordado. Por ejemplo, en el gigante asiático prácticamente no hay limite a la cantidad de azúcar, grasa, sal o colorante de los alimentos.

De todas maneras, el Gobierno ha puesto en marcha un plan para que en 2030 se reduzca el peso medio de su población. Han proliferado los gimnasios por todo el país: actualmente hay más de 40 mil.

Según algunos estudios recientes, si el país continúa creciendo como viene creciendo, en 2025 serán obesos 48 millones de jóvenes chinos.

*Especial

En problemas. China pasó sin escalas de una dieta pobre en calorías a la comida chatarra. (AP/Archivo)

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