Nueva ola de calor: cómo se puede mitigar el efecto de la isla de calor urbana
La ciudad de Córdoba enfrenta una nueva ola de calor con temperaturas extremas que superarán los 40°C en los próximos días. A esto se suma el fenómeno de la Isla de Calor Urbana (ICU), que intensifica el calor en las zonas más densamente urbanizadas, afectando el bienestar y el consumo energético.
La Municipalidad de Córdoba emitió una alerta por ola de calor a partir de este viernes, con temperaturas que superarán los 36°C y picos térmicos de entre 40°C y 42°C previstos para el domingo y el martes, según datos del Servicio Meteorológico HidroCórdoba.
Ante esta situación, las autoridades recomendaron a la población tomar medidas preventivas para evitar golpes de calor, especialmente en grupos de riesgo como bebés, niños pequeños y adultos mayores.
Entre las recomendaciones, se destacan evitar la exposición al sol entre las 11 y las 17 horas, mantenerse hidratado, usar ropa clara y holgada, y cubrir la cabeza con gorros o sombreros. Además, se instó a cuidar a las mascotas, proporcionándoles sombra constante y evitando paseos en horas de mayor calor.
La Municipalidad también recordó los síntomas de un golpe de calor, como sed intensa, temperatura elevada, sudoración excesiva y confusión, y aconsejó enfriar el cuerpo con hielo o un baño frío, ofrecer agua fresca y buscar atención médica si la situación no mejora.
El fenómeno de la “isla de calor urbana” en Córdoba
Mientras la ciudad se prepara para enfrentar esta nueva ola de calor, un estudio realizado por el equipo de investigación del Instituto de Desarrollo Sostenible (IDI-DS) de la Universidad Blas Pascal, liderado por Lucas Gabriel Vanoli Faustinelli, profundiza en el fenómeno de la Isla de Calor Urbana (ICU) y su impacto en Córdoba.
El informe, titulado “Altas temperaturas y su impacto en las ciudades: el caso de Córdoba”, revela que el aumento de las temperaturas extremas y el efecto de la ICU son un desafío creciente para la ciudad.
Este fenómeno se produce cuando la temperatura en las zonas urbanas es significativamente mayor que en las áreas rurales circundantes, debido a la concentración de edificaciones, la escasez de vegetación y la absorción de calor por materiales como el asfalto y el hormigón.
El equipo de investigación, integrado por Lucas Gabriel Vanoli Faustinelli, Giuliana Beatriz Beltramone, Diego Hernán Pons, Macarena Belén Bressán, Candelaria Dedeu y Alberto Ferral, utilizó imágenes satelitales, mediciones térmicas y simulaciones urbanas para identificar las zonas más afectadas por la ICU en el Área Metropolitana de Córdoba.
Entre los hallazgos, se destacó que la falta de espacios verdes adecuados y el tipo de materiales utilizados en la construcción son factores determinantes en el incremento de la temperatura.
Un ejemplo concreto de este fenómeno se observó durante el calor extremo del 15 de enero de 2025, cuando en la zona de Colón y Cañada se registró una temperatura de superficie 3°C superior a la de la Reserva San Martín y 6°C más que en Mendiolaza. Estas diferencias, aunque aparentemente pequeñas, pueden tener un impacto significativo en el consumo energético y la salud de las personas.
Otros de los puntos que fueron relevados fueron el Patio Olmos, Plaza España y Mendiolaza. El gráfico muestra claramente cómo la zona céntrica o con mayor densidad poblacional se mantiene por encima de los valores en los puntos más alejados como la reserva San Martín y la Universidad Blas Pascal o directamente otra ciudad muy cerca de la capital como Mendiolaza.
Los materiales urbanos que más contribuyen al fenómeno de Isla de Calor Urbana (ICU) son aquellos que tienen alta capacidad de absorción y retención de calor, baja reflectividad y escasa capacidad de enfriamiento por evaporación. Entre ellos, el asfalto y el concreto destacan por su uso extendido en calles, estacionamientos y edificaciones. Estos materiales poseen una alta inercia térmica, lo que significa que absorben calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, dificultando el enfriamiento de la ciudad.
Consecuencias y estrategias de mitigación
El estudio también detalla las consecuencias de la ICU, que van desde el aumento de la demanda energética para refrigeración hasta el agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, especialmente en sectores vulnerables. Además, se evidenció que las altas temperaturas afectan la productividad laboral, la calidad del aire y el bienestar general de la población.
Para mitigar estos efectos, el equipo de investigación propone una serie de estrategias, como “la ampliación de espacios verdes, la forestación y la implementación de techos y fachadas verdes en edificaciones”, describió Lucas Gabriel Vanoli Faustinelli. También se recomienda optimizar el diseño urbano, utilizando materiales de construcción con mayor reflectividad térmica y fomentando el transporte público y la movilidad activa.
Otras medidas incluyen la interrupción de la jornada laboral en los horarios más calurosos, la creación de refugios climáticos para personas en situación de vulnerabilidad y campañas de sensibilización sobre el cuidado de la salud durante las olas de calor.
Por su parte, el informe también destaca el rol de la planificación urbana y la importancia de incorporar la variable climática. La generación de normativas que incentiven la sostenibilidad en los desarrollos inmobiliarios y la inversión en infraestructura verde son clave para construir una ciudad más resiliente.
Además, se destaca la necesidad de incrementar la vigorosidad de la vegetación urbana, ya que un crecimiento más rápido y una mayor tasa de evapotranspiración permiten reducir la temperatura local. Para lograrlo, es fundamental replantear las condiciones de la vegetación y aplicar esquemas de riego sostenibles.
https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/nueva-ola-de-calor-como-se-puede-mitigar-el-efecto-de-la-isla-de-calor-urbana/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/nueva-ola-de-calor-como-se-puede-mitigar-el-efecto-de-la-isla-de-calor-urbana/