Nicolás Membriani, “el payador de las redes” que actualiza la tradición: Soy como un rapero de 1810
Desde que llegó a Jesús María por primera vez, Nicolás Membriani sintió algo especial. El guitarrista y payador oriundo de la ciudad bonaerense de Rojas, uno de los motores productivos de la mayor provincia argentina, no sólo se encontró con la meca de su oficio (la improvisación de la jineteada), sino con la posibilidad de trascender por intermedio de la palabra.
“Es mi hábitat, mi lugar, pero mi sueño profundo no es, el compromiso que yo tengo con esto, no es cobrar el jornal. De eso vivo, pero vivo para esta idea loca de que por sobre todas las cosas se conozca y se comprenda que este arte no es solamente para donde están los caballos”, resume el primer payador jesusmariense que además se subió al escenario Martín Fierro como parte de la grilla artística.
En 2024, el también cantautor llevó sus coplas más allá de los intervalos entre una jineteada y otra y presentó “Al fogón con Nico Membriani”, un espectáculo que resume su amor por la música y por la construcción narrativa en tiempo real.
“Fue una prueba de fuego, una prueba piloto. Presenté el proyecto, me lo aceptaron desde el festival sin saber qué podía pasar y la repercusión fue buena, por suerte”, cuenta sobre su intención de mostrar “el canto de la llanura pampeana”. Con ese envión, el viernes 17 el bonaerense volverá a ser parte de la grilla artística del festival y llega a esta segunda oportunidad con ambiciones renovadas.
“El año pasado tuvimos un homenaje al negro Argentino Luna, que fue mi maestro, y también hicimos participar al público pidiéndole una palabra para poder incorporarla en las estrofas. Por supuesto que el festival es tan grande que por ahí se pierde. Así que, siguiendo los pasos que dimos el año pasado, este año va a ser algo similar, pero aggiornándonos un poquito”, dice sobre una dinámica que se apoyará en las pantallas y que contemplará sugerencias de público de todo el país.
Gaucho con Instagram
El bonaerense subraya especialmente la presencia de los músicos que lo acompañarán (Julián Ibarra, Octavio Utrera, Martín López) en Jesús María y también la posibilidad de presentarse el mismo día que el Chaqueño Palavecino, con quien se siente profundamente identificado en su sentir gaucho.
No obstante, está claro que Membriani no es un esclavo de las tradiciones. “En el bolsillo de la bombacha de gaucho, llevo el celular”, ilustra en relación con ese diálogo que él mismo plantea entre aquellos aspectos que tienen que ver con siglos de historia y otros mucho más recientes, inmediatos. “Yo soy el payador que viene de milenios y milenios atrás y acá estamos mostrando lo nuevo sin perder la esencia”, resume.
Para él, la necesidad de tender un puente con el presente es algo cotidiano. “El payador de las redes”, es un mote que Membriani carga como propio, incluso a costa de que muchos colegas lo “picanteen” con esa especie de contradicción.
“Yo quiero tener Instagram para conectar con el público más joven”, dice sin rodeos. El músico cuenta que cuando se presenta en algún colegio, ninguno de los adolescentes conoce lo que es un gaucho y mucho menos un payador. “Soy como un rapero de 1810″ es uno de los ganchos recurrentes que utiliza en esas situaciones.
Usualmente, es la llave que le permite conectar una tradición milenaria –la del rapsoda, el aedo o la del juglar, un linaje que Membriani conoce de modo enciclopédico– con la cotidianeidad de muchos chicos: la improvisación del rap en modo freestyle que se multiplica en plazas y colegios de todo el país.
“Ahí los pibes ya te miran de otra manera”, acota sobre la sorpresa en la cara de los más jóvenes cuando empieza hilar una palabra con otra y la rima se convierte en algo que conecta dos mundos supuestamente muy distantes. “Estoy totalmente convencido de que el camino es por acá. Soy de a caballo, pero también hago una historia”, resume luego y con terminología de redes sociales que no le resulta para nada ajena. Lo uno y lo otro son parte de una identidad que ha forjado a la par de su trayectoria en el Festival Nacional de Doma y Folklore.
Encuentro cercano
Desde 2011, Membriani es el payador oficial del festival. Pero seis años antes, es decir, hace dos décadas y con sólo 15 abriles, el músico y poeta del instante comenzó a participar del Festival Nacional de Doma y Folklore como podía. Mediante invitaciones, en algún hueco fuera de la televisación, fue haciendo escuela “con plena pubertad y adolescencia, y con ganas de golpear puertas”.
El payador recuerda a Hugo Baldo, Edgar Trejo, Pascual Picat, Nicolás Tottis. Todas personas vinculadas con el festival que lo incluyeron sucesivamente en las tardes de jineteada previas a cada velada.
“Me ayudaron a que hoy sienta el escenario Félix Gigena Luque como mi segunda casa”, dice el de Rojas, a quien le tocó ocupó un lugar muy pesado siendo muy joven. Tras la polémica que generó la salida de Gustavo Guichón después de más de tres décadas como símbolo del festival, el bonaerense tuvo una difícil parada.
“Cuando en el año 2011 me tocó ser payador oficial –Membriani tenía 21 años– yo todavía sentía que no estaba a la altura de las circunstancias. Se dio así. Cargué una mochila de responsabilidad que fue dura, pero seguí adelante sabiendo que hay muchos colegas que podrían hacerlo igual o mejor”.
“Nombrar a Gustavo Guichón es nombrar al arte en su pleno esplendor, abrió mucho camino”, dice a la distancia sobre un referente que en su momento lo ninguneó. El hoy ya laureado improvisador asume que en aquel entonces era un “muchachito”, pero fue justamente la conciencia plena de esa falta de chapa la que le permitió pensar en dejar su propia huella desde el inicio.
“Era venir a mostrar otra cosa. Vine a hacer lo mío, lo propio”, recuerda sobre aquellos primeros pasos que trajeron vientos de cambio a ese antes y después de cada jineteada. “Ahí fue donde nació la idea del famoso cambio de ritmos. La milonga como bandera principal, que yo la hago en un tono mayor, y después lograr cambiar la monotonía en el oído de la gente a través del ritmo. Poder traerle una sonoridad diferente a mi gauchería, pero también a la gente de la ciudad, al tipo que estaba haciendo zapping y encontraba el festival de Jesús María”, resume.
“Ahí aparecieron el valsecito improvisado, la huella improvisada, la zamba improvisada; me animé en alguna chacarera también”, apunta. “Eso me permitió encontrar mi propio sello, mi marca, ‘este es el producto que Nico Membriani quiere mostrar como payador oficial’. Fue también una idea quijotesca, loca, de ver si lo aceptaba el público y no me puedo quejar”, reflexiona con el paso del tiempo.
“Será hasta que el día de mañana lo mío deje de ser y vengan ideas nuevas”, asegura Membriani, quien dice con orgullo que en Jesús María no sólo encontró su segunda casa y un hábitat natural para desarrollar su arte. También allí nació la semilla de la familia que hoy construye junto a su esposa y sus dos hijos.
Para ver
Además de ser el payador oficial del festival, Nicolás Membriani presentará su espectáculo de improvisación gauchesca y “canto de la llanura pampeana”. Será el viernes 17, en el comienzo del segundo y último fin de semana de Jesús María 2025. Entradas desde $ 30 mil en PaseShow y puntos de venta asociados.
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