Nazarena y Barbie Vélez, mucho más que madre e hija este verano: Nos complementamos muy bien
Nazarena Vélez tenía tan solo 18 años cuando debutó en teatro. Fue en Carlos Paz. Ahora, que tiene 50, regresó a la Villa para actuar acompañada ni más ni menos que de su hija, Barbie Vélez.
Están juntas en la comedia Suspendan la boda, que tiene una idea simple y atractiva. Una joven pareja se está por casar (interpretada por Bárbara y el actor cordobés Facundo Gambandé) pero un día antes de su boda les aparece su yo de dentro de 20 años para advertiles que no lo hagan, que van a fracasar y va a estar básicamente todo mal.
“La obra es hermosa. Tenemos a dos autoras de lujo, Daniela Ginsky y Micaela Livsson (fue autora de El primero de nosotros, el éxito de Telefé), con un vuelo en su cabeza único, a la que le pedimos hacer una comedia familiar”, arranca entusiasmada Nazarena. “Todo es muy desopilante, el yo de Barbie soy yo y el yo de Facundo es Santiago Camaño, otro actor de la hostia”, explica la ex panelista de LAM.
Santiago es además su pareja en la vida real, y la obra está producida por Lucas Rodríguez, pareja de Barbie y el padre de su hijo.
–¿Cuánto hay en riesgo en eso de laburar en familia, en laburos que también tienen roce?
–Barbie: Laburamos un montón, porque si bien estamos en función a partir de las 22, antes estamos todo el día laburando. Los chicos están desde la mañana viendo todo, dejamos nada librado al hacerlo. Lo estamos dando todo, es una producción meramente familiar. Obviamente puede haber roces, o más que roces opiniones encontradas, pero tenemos mucho respeto el uno por el otro, y eso es la base primordial, nos respetamos mucho. Entendemos también la mirada del otro. Somos dos generaciones distintas. Ella la tiene clarísima en un millón de cosas, porque viene haciendo temporada hace más de 30 años en Carlos Paz, y también entiende mi cosa con las redes. Nos complementamos muy bien.
–Si repasamos tu historia, vos Nazarena sos como una mamushka. ¿Cuántas cosas viviste en Carlos Paz?
–Nazarena: Miles. Mi papá es cordobés, entonces a mí me remonta a la panza de mi vieja. Yo vengo a Córdoba, a Salsipuedes, a Río Ceballos, a todos lados desde muy chiquitita. Carlos Paz era un paseo obligado de mi familia en las vacaciones, así que se me vienen millones de recuerdos. Tengo muchos recuerdos de mi hermana Jazmín trabajando en una producción mía. Siempre aposté a Carlos Paz como productora. Tengo marcados éxitos con tres funciones diarias. A mí me moviliza Córdoba, y la elijo por eso. Me conecta con una parte mía que está buena pero que a veces es dolorosa porque te trae muchos recuerdos, pero que es lindo.
–¿Qué te deja ahora poder salir al escenario y compartir con tu hija como par?
–Nazarena: Yo a Barbie la admiro, la respeto. Si Barbie no fuera mi hija, es una actriz que yo contrato, porque me gusta su pisada escénica, su belleza, su desfachatez, como maneja matices que pasa de un dramón a la comedia. Para mí es hermoso y encima es mi hija. Yo la admiro arriba del escenario.
–Barbie, ahora vos tirale un par de flores a tu mamá…
–(risas) Mi mamá es lo más, la tiene clarísima. Es muy de tirarme comentarios o algo para sumar y la verdad es que la escucho mucho porque la tiene muy clara. La admiro mucho como productora: tiene todo en la cabeza, no deja nada librado al azar, capaz está actuando en el escenario y está viendo las luces, la música o todos los detalles.
La dureza del juego mediático
–Como integrantes de la farándula, ¿están más o menos crueles los medios hoy que hace 20 años?
–Nazarena: Yo creo que hoy hay muchas cosas que son cancelables, entonces se cuidan. Hay muchas cosas hoy que antes yo las he vivido… igual yo tengo una cosa de tratar de estar sana de la cabeza, que siento que no me hicieron, las hacían. Te tocaba que hablaran de tu cuerpo, que se metieran en tus cosas, que te saquen una foto en momentos duros. Te tocaba que se hable con una crueldad hasta de tu salud mental, y todos riéndose alrededor. En el momento sí lo sentía personal, decía ‘forro, largame, me estás haciendo sufrir, estoy pasando por un duelo y te me cagás de risa’. Hoy ya eso no se puede hacer, porque hay muchas cosas que la gente ya no perdona y está bueno eso.
–Barbie: Yo no lo viví tanto como ella porque soy más nueva, sí lo padecí como hija. Igual yo apagaba la tele, siempre preferí no mirar, prefería no enterarme. Siento que hoy se habla de ciertos temas que antes no se hablaba, como de salud mental, y que se tiene un poco más de empatía.
–Vos Nazarena en los últimos años empezaste a ejercer un rol de panelista que también es difícil porque hay que ser picante y jugado en 30 segundos para dar tu opinión y que pegue. ¿Alguna vez te fuiste de boca de más?
–Yo soy muy de irme de boca, por eso me metí en los quilombos que me he metido de toda la vida. Yo soy una mina muy sanguínea, muy calentona, pero traté de ser muy cuidadosa estos tres años en LAM porque yo lo he padecido y lo han padecido mis hijos, entonces no voy a hablar livianamente de tu vida sabiendo que a vos te puedo hacer mierda, que tenés familia que la va a pasar mal. Nadie sabe lo que está viviendo el otro. Vos podés suponer, pero ¿qué sabes lo que está pasando del otro lado?
–Qué es mejor en el balance general: ¿laburar en la tele o laburar con tus redes?
–Nazarena: Hoy para mí con las redes de toda la vida. Yo amo la televisión, le agradezco todo, es una pantalla maravillosa que hace que hoy la gente también saque entradas. Yo tengo mucha gente que me dice te veo LAM todas las noches, sigue teniendo un público cautivo la televisión, pero yo siento que las redes te dan una libertad que realmente sos vos con lo que vos querés mostrar.
–Barbie: Para mí las redes te dan hasta la libertad de trabajar desde tu casa. De hecho yo tuve a mi bebé, que ya va a cumplir dos años ahora en febrero, y todo el primer año yo me dediqué a laburar de las redes 100 por ciento, tuve el privilegio y obviamente lo agradezco profundamente.
Para ver
La comedia Suspendan la boda se presenta en el Teatro Candilejas 2. Con Nazarena Vélez, Barbie Vélez, Santiago Caamaño y Facundo Gambandé. Dirección de Eva Halac, libro de Micaela Libson y Daniela Aguinsky. Las funciones son de miércoles a domingos a las 21.30. Entradas en la boletería y plateanet.com a $ 22.000 y $ 25.000.
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