Murió Alfred Olivieri, chispeante notero de El Rayo y apasionado documentalista gastronómico
En la tarde del domingo se conoció la noticia del fallecimiento de Alfred Olivieri, exnotero y productor de los emblemáticos programas Rebelde sin pausa, El Rayo y CQC que se había reconvertido en un documentalista para darle salida testimonial a una de sus tantas pasiones: la gastronomía.
El deceso del comunicador fue confirmado por su amiga Juliana Fortunato Wates, productora con quien tenía planes a desarrollar en Londres, y por el chef peruano Virgilio Martínez, sujeto de análisis de un documental (Virgilio) estrenado en Netflix en 2023.
En ambos casos, sin revelar sus causas.
Alfred Olivieri tenía 55 años.
“No sé cómo hacer esto. No sé cómo despedirte, amigo. Argentina nos cruzó en los ‘90, pero Europa nos juntó de nuevo en la madurez, y Londres nos dio proyectos siempre locos, siempre geniales. Me viste feliz, y te vi feliz. Eso me alivia”, comenzó Fortunato Wates en Instagram.
“Tu energía positiva me hizo confundir: me dijiste que estabas mejor y te creí que ibas a zafarla. Me quedo con tu risa, tu ‘Hola Julita’ y tu voz en los audios que sigo escuchando. Siempre en una, Alfred. Te adoré, te adoro forever. @alfredoliveri”, añadió.
Martínez, por su parte, acompañó en esa misma red una foto junto a Oliveri con el siguiente mensaje: “Te vamos a extrañar amigo/ director. En todo momento un paso adelante. Te tenemos más cerca que nunca”.
Pata TV, Alfred Olivieri se caracterizó por realizar móviles ágiles y pícaros, en los que siempre contaba con el aval del eventual entrevistado. Es que hacía pesar en pantalla buena onda conseguida con él en la calle, en la pista o en salas de conciertos, según el caso.
Sus modos de abordaje de celebrities o políticos resultaban compatibles con la edición vertiginosa que los programas de TV alternativos instituyeron en los ‘90.
La charla de Alfred Olivieri con La Voz
Su deriva como documentalista, en tanto, la narró él mismo en una entrevista con La Voz, en la antesala del estreno de Virgilio, precisamente la película que recorre la trayectoria de Virgilio Martínez, del restaurante Central (Lima, Perú), por entonces consagrado como el número uno del mundo, según la revista Restaurant y su guía 50 Best.
Tras filmar sobre las vidas y obras de cocineros y bartenders como Germán Martitegui, Pablo Rivero y Renato “Tato” Giovannoni, Olivieri le dijo a este diario que se consagraba con Virgilio. Y luego precisó cómo fue que el exnotero de El Rayo hasta allí.
“Las vueltas de la vida”, resumió en el arranque.
Luego precisó que se había ido a España a trabajar como parte del desembarco de la productora Cuatro Cabezas (de Mario Pergolini). Y añadió que allí, y en 2015, armó su propia empresa, hoy especializada en filmes gastronómicos.
Se trató de House of Chef, una productora que definió como “una manera de entender y contar historias alrededor de la cocina, la identidad del territorio, el mundo del vino y de los destilados de manera emotiva y humana”.
“Estoy feliz. Virgilio es un film sobre el cocinero peruano creador de Central. Y el rodaje tuvo la épica que siempre acompaña mis producciones: equipos reducidos, talentosos y apasionados. Llegamos con un guión sólido, pero el viaje se convirtió en una verdadera aventura”, contó desde su hogar holandés sobre una realización que le permitió cerrar “las heridas de dos años de dolor e incertidumbre, e iluminar un nuevo futuro”.
La referencia, claro, era para los años pandémicos precedentes al estreno.
“Su restaurante Central en Lima, Perú, es considerado el mejor de la década en Latinoamérica y el número uno de la región. Su esposa, Pía León, fue galardonada como la mejor chef femenina del mundo. Y hoy Virgilio Martínez es el mejor chef del Mundo”, añadió en aquella conversación.
“La peli refleja toda su vida, desde su infancia, como se va construyendo su personaje. Virgilio era skater en una Lima que no es la de hoy, ser cocinero hace 20 años no era lo mismo que es hoy. Su objetivo siempre era ir más allá. Virgilio es un inconformista por naturaleza”, completó.
Sobre qué es Central y cómo describiría la experiencia de visitarlo, Olivieri dijo: “Tiene sin dudas particularidades únicas. Es la catedral de Virgilio y de toda su gente. Ahí día a día, noche a noche, se presenta el concepto que cambió todo: el menú de alturas, que implica que cada paso represente un ecosistema determinado”.
“Lo que hizo Virgilio fue un cambio de paradigma. Antes el concepto era ‘kilómetro cero’ pero él empezó a evaluarlo por alturas. Y cada paso representa ese lugar, ese ecosistema. Es un artista sin dudas: su propuesta excede lo culinario. Central es todo eso, los foodies del mundo van a vivir esa experiencia porque lo vale”, apuntaló.
“¿Y qué hay de especial en Virgilio Martínez?”, le preguntó este diario. Y Alfred contestó: “Es único, una persona muy particular, muy obsesiva y comprometida con su trabajo. Nunca lo vi no focalizado, no concentrado. Está siempre muy enchufado”.
“Sus objetivos siempre son muy altos, muy exigentes. Es un visionario, es un tipo espectacular, y la historia de amor con su jefa de cocina también es una cosa entrañable”, reforzó.
Al hablar sobre cómo fue que se convirtió en un especialista en gastronomía, Olivieri reveló que le pareció interesante “contar esas historias, que tienen que ver con el territorio, la trazabilidad de la producción y también de la familia, la contemporaneidad política de todo eso también es importante”.
“Trato de hacer relatos emocionales y poéticos. Son historias alrededor de la cocina, pero me permiten contar una historia en una hora y media con una profundidad propia del cine”, enfatizó.
E inmediatamente reveló que, tras Virgilio, se consagró al trabajo “detrás de cámara”
“Encontré mi lugar, la verdad. Me apasiona por la posibilidad de contar historias, definir situaciones, de tener el manejo emocional de la narrativa. Contar una historia está muy metido en nosotros, en esta ápoca donde nos ‘autonarramos’ todo el tiempo. Como especie nos gusta narrarnos a nosotros mismos, y a mí me gusta imaginarme la historia de amor, de aventuras, de cosas que pasan alrededor de un personaje”, explicó.
Los otros documentales gastronómicos de Alfred Olivieri
Las tres primeras películas de Olivieri están disponibles en la plataforma Disney+. De 2018 a hoy llevaba producidos y estrenados cinco largometrajes, entre los que se encuentran Tegui: Un asunto de Familia (2018), con Germán Martitegui; y La Leyenda de Don Julio (2019), sobre la célebre parrilla porteña que han tenido repercusión internacional.
La tercera, Purity (2020), está protagonizada por el chef Juan Peralta Ramos y fue rodada en Uruguay durante el verano 2020. Trata sobre un joven cocinero que decide dejar atrás la ciudad para vivir según sus propias reglas, en contacto con la naturaleza y aportando a su gastronomía su vinculación con otras disciplinas.
Con la cuarta, Harvest Moon (2022), se mete de lleno en el mundo del vino a partir de la historia de la familia Michelini – Muffato, wine makers que emprenden un viaje por vendimias de España, Argentina y Uruguay. De un día para el otro la familia cambia de vida para siempre. “Es mi película más poética”, sostuvo Alfredo en el citado contacto con La Voz.
Por último, el cortometraje La chica pájaro (2023) es un corto sobre la chef porteña Olivia Saal. Estas dos últimas ganaron premios internacionales.
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