La Voz del Interior @lavozcomar: Mundiales: la Fifa, la Uefa y la Conmebol, en una riesgosa pulseada

Mundiales: la Fifa, la Uefa y la Conmebol, en una riesgosa pulseada

Gianni Infantino, el inquieto presidente de la Fifa, ya tiene los votos suficientes como para imponer su proyecto revolucionario de hacer los mundiales masculinos y femeninos de fútbol cada dos años. Pero esos votos que valen en lo numérico significan muy poco desde lo político.

No es lo mismo que la iniciativa salga con el apoyo de Vanuatú, Andorra o las Islas Turcas y Caicos que lo haga con el de Alemania, Inglaterra, Brasil o la propia Argentina. En un caso, nacería deslegitimada, con cruciales imperfecciones de origen. En el otro, lo haría con fortaleza política y deportiva. La totalidad de los campeones mundiales proviene de Europa y Sudamérica. Y el peso de estos dos bloques es ineludible a la hora de tomar las grandes decisiones del fútbol internacional.

Infantino lo sabe. Por eso, el dirigente suizo continuará negociando con una fecha límite: el proyecto será sometido a votación del Congreso de la Fifa, el 30 de marzo, un día antes del sorteo del Mundial de Qatar que tendrá lugar en Doha, la capital del país anfitrión.

Nadie piensa en un cisma político del fútbol. O en un boicot de los principales seleccionados al mundial bienal. Sin embargo, el escenario está dado para que así sea porque las posiciones, hasta ahora, resultan irreductibles.

“Más de 160 países están a favor (de un mundial cada dos años), porque supone un mejor reparto del dinero del fútbol y, lo que es más importante, porque da una respuesta a la demanda de emoción que reclaman los jóvenes. Debemos mantener a la gente interesada en el fútbol, a los jóvenes con chances de ver más copas del mundo”, insistió Infantino al presentar el proyecto de factibilidad económica de 700 páginas que hizo llegar a cada uno de los 211 países afiliados a la Fifa.

El no de Europa y Sudamérica

Pero la negativa de Aleksander Ceferin, el abogado esloveno de 52 años que preside la Uefa, resulta tajante, casi decisiva.

“La Copa del Mundo debe ser cada cuatro años para que siga siendo interesante. Es el mayor evento del fútbol y más del 75 por ciento de los aficionados en el mundo se oponen a la idea de hacerla cada dos. Es simplemente una mala idea porque terminaría canibalizando a las otras disciplinas deportivas”, enfatizó Ceferin la semana pasada en Dubái.

La Conmebol, por su parte, también le dio la espalda a la iniciativa que empuja Infantino. “No se encuentran razones, beneficios ni justificación para el cambio impulsado por la Fifa”, sostuvo la entidad en un áspero comunicado emitido a fines de octubre, que asimismo indicó: “El proyecto en cuestión da la espalda a casi 100 años de tradición del fútbol mundial, ignorando la historia de uno de los acontecimientos deportivos más importantes del planeta”.

El firme posicionamiento de Conmebol puso en evidencia el rotundo fracaso político de la gira que Infantino encaró el año pasado por Sudamérica para negociar de forma personal el apoyo de las 10 asociaciones continentales. Más allá de los buenos modales y de los gestos diplomáticos, el dirigente suizo-italiano no pudo quebrar la mirada de los dirigentes sudamericanos, incluyendo al propio presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, con quien se reunió en el complejo de Ezeiza el 18 de octubre pasado, cuando fue recibido con honores por la mayoría de los dirigentes que componen el comité ejecutivo de AFA.

Una muestra de la tirantez actual de la relación fue que Infantino no concurrió a las finales de los torneos continentales (Libertadores masculina y femenina y Copa Sudamericana) que se jugaron en noviembre pasado en Montevideo y que los presidentes de Uefa y Conmebol (Ceferin y el paraguayo Alejandro Domínguez) no se conectaron a la cumbre del comité ejecutivo que la Fifa realizó por Zoom el lunes 20 de diciembre. En ambos casos, lo hicieron los secretarios generales de ambas entidades.

Infantino ya ganó una batalla: a partir de 2026, 48 seleccionados en lugar de los actuales 32 jugarán el Mundial, que se repartirá entre Estados Unidos, Canadá y México. Y ahora va por concretar los mundiales masculinos y femeninos cada dos años. Y también la Eurocopa.

Detrás de todas estas audaces movidas subyace una convicción: el negocio debe ampliarse y repartir más dinero para no quedar prisionero de los superpoderosos clubes-estado y clubes-empresa de Europa que deciden con independencia de las entidades continentales y de la misma Fifa.

El propio Infantino percibe que si no hace algo pronto y arma una agenda fuerte de selecciones en paralelo a los campeonatos de liga más importantes, la Champions y la Europa League, él mismo perderá la iniciativa a manos de los todopoderosos jeques de Medio Oriente y de los fondos de inversión multimillonarios que vuelcan sobre el fútbol, dineros de dudosa moralidad.

Ya tuvo una prueba de hasta dónde están dispuestos a llevar su desafío: para el Mundial de Qatar que Fifa les insertó en medio de sus competencias locales y continentales, los equipos europeos cederán sus jugadores a los seleccionados recién a partir del 14 de noviembre. O sea, sólo una semana antes del comienzo de la Copa del Mundo previsto para el 21 de ese mes.

Todo por dinero

Según el estudio de factibilidad económica de 700 páginas redactado por las consultoras Nielsen y Open Economics, de aprobarse los mundiales bienales, Fifa aumentaría sus ingresos en 4.400 millones de dólares que se distribuirían a través de un nuevo fondo de solidaridad a cada una de las 211 asociaciones afiliadas.

El informe además estima que un Mundial cada dos años provocaría un aumento del PIB global de 80 mil millones de dólares en un ciclo de 16 años y generaría no menos de un millón de puestos de trabajo formales en todo el mundo. Uefa, por su parte, maneja números diferentes y prevé una caída de ingresos de 3.000 millones de euros anuales si se aprobase el proyecto de la Fifa.

Infantino no descarta jugar a todo o nada la pulseada final en el Congreso de fines de marzo en Doha. “Si fuéramos a votación seguramente se aprobaría el Mundial cada dos años pero buscaremos consensos. Por el momento solamente Europa y Sudamérica se oponen”, apuntó el dirigente suizo.

Ceferin, el titular de la Uefa, cree que todo se quedará donde está: “Es simplemente una mala idea y no sucederá precisamente por eso, porque es una mala idea”, señaló el dirigente esloveno. Aliado ocasional de la Conmebol en tratar de que en la previa del Mundial de Qatar el fútbol se doble, pero no se rompa.

*Especial desde Buenos Aires

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