Mujeres sindicalistas en Córdoba: crece la participación, pero aún sin paridad
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en reivindicación de los derechos conquistados por las mujeres del pasado y en reclamo de una ampliación de derechos para llegar a una verdadera igualdad social.
La incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado (ya que las tareas en el hogar también son trabajo, aunque no reconocido monetariamente), se tradujo asimismo en una mayor participación femenina en los sindicatos, aunque a un ritmo mucho más lento.
La conformación de los gremios estuvo desde sus inicios protagonizada por hombres y con estructuras verticalistas y machistas, algo que intentan cambiar las mujeres que actualmente integran estos espacios.
La ley de paridad de género en los gremios, que establece un “cupo” del 30 por ciento, cumple este año dos décadas desde su sanción. Y según las dirigentes sindicales consultadas, aún está lejos de estar garantizada.
Desde la Intersindical de Mujeres de Córdoba (creada en 2017) realizaron un estudio hace dos años titulado “Trabajo y justicia social. Desigualdad laboral y el derecho al cuidado. Avances y deudas de las organizaciones del trabajo en Córdoba”.
En el informe, realizado por ocho profesionales de la comunicación, la historia, la psicología y la educación, se hace hincapié en la construcción de una agenda de cuidados para poder fomentar la participación de mujeres en la militancia sindical.
Soledad Barrionuevo, de la Comisión de Género del Suoem, asegura que la principal traba para la participación sindical de las mujeres es la desigual distribución de las tareas de cuidado. “Como todo tipo de política, requiere de tiempo. Creo que en lo sindical no se ha avanzado tan rápido como en otros ámbitos, como el legislativo nacional, provincial, incluso en los centros vecinales. Tenemos una ley de cupo del 30% que casi no se cumple”, lamenta.
“También, más allá del cupo, hay que ver qué rol cumplen quienes sí están dentro de las organizaciones, porque son pocas las que están en lugares de toma de decisiones”, suma la directiva del sindicato municipal.
Para Barrionuevo, si bien se observa un incremento de candidatas mujeres en los últimos años a la hora de conformar las listas sindicales, “todavía siguen siendo una minoría”.
Una agenda propia
“A inicios de los años ‘80, con la vuelta de la Democracia, hubo un florecimiento de los sindicatos y comenzaron a aparecer las primeras Secretarías de la Mujer y la Familia, como se las llamaba en esa época. Desde esos espacios las mujeres fueron construyendo una agenda propia”, indicó Leticia Medina, secretaria del gremio universitario Adiuc.
“Cuando conformamos la intersindical, en 2017, se vio la consolidación de ese trabajo: somos unas 40 mujeres que formamos parte de la estructura de 25 gremios diferentes “, agregó Medina. Para ella, la participación “es creciente y potente” ya que la agenda propia que llevan adentro de los sindicatos está respaldada por la articulación intersindical y por el movimiento de mujeres.
“Esa fuerza colectiva le permite a cada una hacer propuestas en pos de proyectos con perspectiva de género, aunque tenga piedras difíciles de tallar adentro de las propias organizaciones”, entendió.
En cuanto a los temas puntuales que se fueron trabajando, Medina aseguró que a través de estos espacios se fueron incorporando a la agenda sindical el abordaje de las distintas formas de explotación y violencia que sufren las mujeres. También se intentó despegar la agenda de género de una cuestión meramente familiar en las tareas de cuidado, como por ejemplo la licencia por maternidad.
Por ello, desde la Intersindical impulsan la ampliación de la licencia por paternidad; la generación de espacios de cuidado en los gremios y en el Estado; que se visibilicen las condiciones de trabajo desiguales, como el poco acceso a los puestos de tomas de decisiones; la violencia y hasta el acoso sexual.
En ese sentido, revalorizan el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que enuncia en forma explícita las distintas formas de acoso laboral, que es sufrido en la inmensa mayoría de las veces por mujeres trabajadoras.
Actualización
“Tenemos una ley de contrato de trabajo de 1974 que nos permitió proteger a los trabajadores, pero ahora debemos incluir una mirada con perspectiva de género y actualizar los convenios”, sumaron las referentes en diálogo con La Voz.
Tanto Medina como Barrionuevo destacaron la incorporación de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) en la Intersindical, entidad que lleva a la mesa la realidad de otras trabajadoras que no están en relación de dependencia.
“En vísperas del 8 de Marzo venimos trabajando para que estas discusiones se puedan actualizar y estar sobre la mesa, para que la fecha no sea solamente un ritual”, cerraron.
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