La Voz del Interior @lavozcomar: Muerte en el campo: acusan a un hombre de asesinar a su socio con un toro

Muerte en el campo: acusan a un hombre de asesinar a su socio con un toro

Una intrincada causa se ventila desde ayer en los Tribunales de Río Cuarto en un juicio con jurados populares. Se trata del caso de Osvaldo Enrique Miranda (55), muerto por “estrangulamiento a lazo” en un campo ubicado unos 10 kilómetros al norte de la comuna de Ranqueles (departamento General Roca).

Se espera que la Justicia logre esclarecer si “por accidente” un toro lo arrastró más de 18 metros y le causó la muerte, o si la única persona que estaba con él, Javier Antonio Gallo (42), lo mató, presuntamente, por cuestiones económicas relacionadas con un faltante de ganado.

El hecho ocurrió en la tarde del 6 de noviembre de 2012 en el campo denominado “San Javier”, 10 kilómetros al norte de la comuna de Ranqueles, en el extremo sur de la provincia de Córdoba.

Gallo llega a juicio imputado de “homicidio calificado por alevosía y codicia”. En la primera audiencia se proclamó inocente. Sostuvo ayer que no vio cómo Miranda enredó su propia cabeza con la soga que, en el otro extremo, tenía enlazado un toro. Pero que sintió “el tropel” y vio que el animal lo arrastraba violentamente. Relató cómo habría tratado de liberarlo, dándole cuchilladas a la soga y al animal, que no pudo salvarlo y que él mismo resultó con lesiones.

Allegados a Miranda calificaron como imposible un accidente semejante. “Cómo lo va a matar un toro; no puede ser, él era extraordinario enlazando vacunos”, testimoniaron. Señalaron que quien enlaza un animal puede quedar con una pierna o un brazo atrapado y hasta recibir un latigazo en el rostro, pero no resultar con su propia cabeza enganchada.

También descreyeron que Miranda hubiera cometido un error mientras capaba terneros. Y agregaron que esa práctica no se realiza en noviembre.

Destreza e hipótesis

En la acusación, el fiscal Marcelo Saragusti consideró probable que Gallo, “motivado por cuestiones económicas” (un faltante de animales), le hubiera propinado un golpe a Miranda en la cabeza con un palo tipo poste de madera. Interpretó que, desvanecido, pudo haberlo enlazado por el cuello al cogote de un toro pampa, para que el animal, de más de 300 kilos, lo arrastrara por el campo y terminara con su vida.

“No hay prueba de lo que dice el fiscal. Según el forense, no fue golpeado con un palo, las lesiones fueron en vida. Más allá de lo que se considere sobre la posibilidad de un accidente con el lazo, la investigación no logró acreditar la rebuscada hipótesis de la fiscalía”, dijo ayer Nicolás Rins, defensor de Gallo.

Miranda, oriundo de Realicó, La Pampa, tenía un acuerdo de varios años con el ahora imputado. El ganado de su esposa pastoreaba en el campo a cargo de Gallo, en el sur cordobés. Según un amigo de la víctima, horas antes del hecho, Miranda se habría enterado de que le habrían vendido sus animales. Intentó revisar la hacienda y no pudo.

Cuando el 6 de noviembre, Gallo lo citó a Miranda para caravanear, el amigo sospechó y le dijo: “No vayas porque te va a hacer cagar”. De acuerdo con su relato, Miranda se mostró confiado en que no le haría nada porque Gallo estaba “jodido”, recientemente operado de la vesícula. Y le refirió que ese mismo día (previo a la jornada del hecho), cuando él fue al campo, Gallo le salió al cruce y le pidió que lo llevara a la casa porque no se sentía bien.

Familiares de Miranda aseguran que el lazo que la víctima siempre utilizaba para trabajar con los animales fue encontrado en su camioneta, acomodado. Sostienen que no apareció la llave del vehículo que este siempre dejaba puesta o bajo la alfombra. Refieren versiones de que una persona que se dedica a la vacunación de animales había advertido a la víctima que Gallo le habría vendido la hacienda. Ese testigo fue citado para este martes. Siempre de acuerdo con el relato de los cercanos a la víctima, en el campo debía haber más de 140 animales y en diciembre, cuando recién se pudo completar la vacunación, hallaron menos de 50.

Veredicto

En la primera audiencia, declararon ocho testigos y un número similar declarará hoy, en la Cámara 1. Gallo está en libertad. Participa en la audiencia de manera presencial. Se espera que este miércoles se produzcan los alegatos y el veredicto.

Al oponerse (sin éxito) a la elevación a juicio, la defensa dejó sentados sus argumentos. Llegó a poner como ejemplo el caso del piloto Ayrton Senna da Silva, varias veces campeón mundial, que perdió la vida en un accidente automovilístico.

“Por más experiencia, preparación, habilidad y capacidad innata que se pueda tener o poseer, nunca nadie se encuentra exento de sufrir una contingencia relacionada con la actividad que desempeña”, expresó el otro abogado defensor, Cristian Gallo, quien cuestionó la investigación.

Uno de los abogados de la querella, Fernando Suárez, dijo que “la familia tiene mucha confianza en la Justicia” y considera que “hay más de un elemento probatorio, hay un andamiaje de situaciones” contra el imputado. “Estamos conformes con la primera audiencia, hubo testimonios sustanciosos que permiten sostener la acusación”, valoró Suárez.

La acusación. El fiscal considera como probable que Gallo haya matado a Miranda motivado por cuestiones económicas, y que luego haya buscado hacer pasar la muerte como un accidente mientras trabajaba a un animal de gran porte.

La defensa. Javier Antonio Gallo asegura que Miranda murió al enredarse su cabeza en la soga con la que buscaba enlazar al toro, y que el animal lo arrastró con fuerza por unos 18 metros y le ocasionó la muerte.

Acusado. Javier Antonio Gallo está en libertad y participa de las audiencias de manera presencial. Se declaró inocente. (Tomy Fragueiro)

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