Muerte del policía: la Justicia pone el foco en el apto físico que le dieron al sargento Galfré
El fiscal Andrés Godoy ya tiene en su oficina el resultado de la autopsia realizada días atrás al suboficial de la Policía de Córdoba Leandro José Galfré, quien sufrió un paro cardíaco durante una prueba física que realizaba junto a otros uniformados el 17 de octubre. El informe forense confirmó que el sargento sufrió una muerte súbita producida por la mencionada afección cardíaca. Una cuestión médica irreversible.
En las últimas horas trascendió que entre la documentación de Galfré existe una serie de análisis clínicos con resultados poco favorables, aportados por el policía. En concreto, se trataría –según deslizaron allegados al suboficial– de análisis de sangre que habrían dado valores altos para colesterol y triglicéridos.
Además, las mismas fuentes aseguraron que el hombre tenía sobrepeso.
Los triglicéridos son un tipo de grasas, también denominadas lípidos , que circulan en la sangre. Son el tipo más frecuente de grasas en el cuerpo. Junto al colesterol, su presencia en el organismo puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
En la oficina de Godoy prevalece la mesura en cuanto a este punto. No obstante, fuentes de la investigación reconocieron que la fiscalía se encuentra investigando la condición física del uniformado.
Galfré tenía 36 años y se encontraba realizando una prueba física en la Escuela de Suboficiales Manuel Belgrano, en el barrio Ciudad de los Cuartetos, en la zona nordeste de la ciudad de Córdoba.
Llevaba a cabo una prueba que es considerada de “baja” y “media” intensidad.
Se le llama test de los mil metros y consta en realizar un esfuerzo físico que incluye correr a una velocidad “de trote”, según habían especificado días atrás desde la Jefatura de Policía.
La prueba –se indicó– estaba supervisada por profesores de educación física de la Policía, en forma presencial.
Cuando Galfré estaba desarrollando la actividad sus compañeros notaron que había perdido estabilidad. Luego cayó.
“El personal de salud, médico, fisioterapeuta y nutricionista, acudió en no más de 15 minutos. Por otra parte, conjuntamente con él, había viajado de San Francisco un suboficial, que es paramédico, con quien estaba haciendo la actividad física y no pasaron 15 minutos hasta que recibió la asistencia médica”, habían declarado fuentes oficiales.
Nuevos indicios sobre la condición física de Galfré
Ahora, compañeros del suboficial y allegados suyos aseguraron que en su legajo se encuentran disponibles los mencionados análisis clínicos que habrían sido solicitados por la fiscalía.
El procedimiento para otorgar un apto físico, explicaron, comienza con la solicitud de una lista de estudios médicos para conocer el estado de salud de los aspirantes.
Galfré había aportado todos los requisitos. Incluso, había llevado verificaciones clínicas extras, que habían sido oportunamente solicitadas por sus autoridades. El hombre tenía problemas con la tensión que eran atendidos por especialistas.
Luego de aportar todos los estudios y de someterse a verificaciones en la Escuela de Suboficiales, Galfré obtuvo el apto físico para realizar las actividades relacionadas con su carrera como policía.
Pero los análisis con valores irregulares para triglicéridos y colesterol habrían llamado la atención de los investigadores. Se preguntan por qué le otorgaron un apto a una persona que presentaba condiciones que no favorecen el desempeño durante una prueba física.
Según pudo saber este medio, la fiscalía ordenó un informe a peritos especializados para entender si los niveles que aparecen en los análisis clínicos de Galfré podrían haber sido una razón para no hacer lugar al uniformado en la prueba donde se produjo su fallecimiento.
Sobre este punto, en la oficina de Godoy escatimaron las declaraciones.
En cuanto a la atención recibida por Galfré en esos minutos fatídicos, el propio fiscal a cargo de la causa expresó que la asistencia había sido correcta.
De la misma manera, descartó que hayan faltado desfibriladores a la hora de prestar auxilio. Según los resultados de la autopsia, el corazón del suboficial no fibriló.
Un corazón “fibrila” cuando se produce un trastorno en el órgano en el que el músculo cardíaco late de manera irregular, rápida y descoordinada en lugar de latir de manera rítmica y eficiente. Esto no sucedió, según detalló el fiscal.
Pero en caso de que hubiese ocurrido, Godoy destacó que al lugar llegaron tres servicios de emergencia y que la Escuela de Suboficiales está dentro de la norma en cuanto al equipamiento del que dispone.
Vale recordar que en aquel entonces se intentó reanimar al uniformado durante más de 40 minutos. Al respecto, el hermano de Galfré, Ariel, había lamentado el hecho.
“Mi familia está destruida. Soy enfermero y me hubiera gustado estar ahí para hacer la reanimación. No puedo creer que no hayan podido reanimarlo”, había dicho en diálogo con La Voz.
También se supo que el suboficial era conocido en San Francisco por su solidaridad y entrega hacia la función pública que llevaba a cabo. Su otro costado era ser el cantante de una banda de cuarteto y cumbia que llevaba de nombre su apodo: “Super Banda del Chispas”.
https://www.lavoz.com.ar/sucesos/muerte-del-policia-la-justicia-pone-el-foco-en-el-apto-fisico-que-le-dieron-al-sargento-galfre/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/sucesos/muerte-del-policia-la-justicia-pone-el-foco-en-el-apto-fisico-que-le-dieron-al-sargento-galfre/