Moderar la suba de los medicamentos
Los precios de los medicamentos muestran tendencias claras hacia el encarecimiento, lo cual se potenció durante los últimos tiempos, en el marco de una desregulación de la economía generada por el Gobierno nacional que genera efectos adversos para el sistema sanitario. En particular, para millones de pacientes con patologías crónicas que dependen de un fármaco para mejorar su salud y su calidad de vida.
A los costos de los remedios, a menudo difíciles de afrontar por sectores damnificados por la caída del poder adquisitivo, se suman los recortes en materia de coberturas dispuestos por el Pami, de lo que se desprende otro golpe al bolsillo de los jubilados.
Para agravar el panorama, las nuevas normativas del Pami repercuten no sólo en los remedios, sino también en el tratamiento médico de las personas con dolencias crónicas. Si bien es necesario cumplir ciertos requisitos para mantener la cobertura, nada garantiza sostener el beneficio pleno.
Como ya se planteó en varias ocasiones en función de testimonios de profesionales de la salud y de los propios farmacéuticos, el problema mayor reside en que los costos y la pérdida de cobertura (ya no sólo del Pami) han originado que muchos pacientes de escasos recursos abandonen sus tratamientos.
Efectos colaterales de un sistema complejo y atado al humor de los fijadores de precios en laboratorios y droguerías, y a la febril política desreguladora del poder central. Valga la salvedad en el sentido de que la escalada de costos de medicamentos no es patrimonio exclusivo del actual Gobierno nacional, sino que se encuadra en un arrastre que se puede examinar en la escalada inflacionaria a la que nos empujó la anterior gestión en la Casa Rosada.
Los registros son taxativos: como informamos días atrás, durante septiembre el precio de los remedios tuvieron un incremento del 2,27%, pero la medición interanual alcanzó el 218,27%, una alteración de espanto para el sistema sanitario en general. Y, vale insistir, los más castigados fueron (y son) los jubilados y los grupos familiares más empobrecidos.
Los datos corresponden al relevamiento mensual que realiza La Voz sobre la base de los 60 medicamentos más solicitados. El trabajo determinó, además, que en lo que va de 2024 el costo de los fármacos tuvo una variación del 67,64%.
La lapicera del ajuste impetuoso y los zigzagueos en la administración del Pami han incidido de manera abrumadora en las posibilidades económicas de la población, al punto que muchos productos que tenían descuentos hasta la gratuidad, hoy se pagan a precios de lista.
Es necesario consensar políticas tendientes a dejar a salvo de las desregulaciones y de los convenios vidriosos y nocivos a las personas cuyos presupuestos hogareños ya no alcanzan para cubrir necesidades diarias, como la prestación de salud.
Lo dicen quienes están en atención permanente de estos avatares. Por caso, que los cambios operados en la mayor obra social del país afectan de manera directa a los jubilados, ya sacudidos por ingresos mínimos insuficientes, incluso, para la alimentación.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/moderar-la-suba-de-los-medicamentos/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/moderar-la-suba-de-los-medicamentos/