La Voz del Interior @lavozcomar: Martín Gill: Tengo la convicción y firmeza para ser protagonista del tiempo que viene

Martín Gill: Tengo la convicción y firmeza para ser protagonista del tiempo que viene

El teléfono de Martín Gill sigue sonando con llamados de intendentes y gobernadores que consultan por obras de la Nación en sus territorios. A casi dos semanas de haber renunciado como secretario de Obras Públicas no reniega de hacer alguna gestión si está a su alcance. Mientras se reacomoda en su sillón de intendente de Villa María, donde volvió el 28 de diciembre pasado, dice que los próximos dos años trabajará en construir en el peronismo de Córdoba los consensos necesarios para ampliar y renovar los acuerdos que le permitan “seguir transformando” la provincia.

Eso sí, reclama “no tener miedo” en abrirle la pista a los intendentes, y dijo que el Frente de Todos no debe ser la “embajada” en Córdoba de Argentina, sino saber ser parte de un proceso mayor.

Como dirigente, se muestra formado, seguro y dispuesto para ser protagonista en Córdoba para 2023. “Si no es por ese camino (el peronismo) será por otro”, afirma.

Gill fue secretario de Obras Públicas de la Nación los últimos dos años, el tiempo que el Concejo Deliberante de la ciudad le permitió estar de licencia como intendente. Entremedio, fue candidato a diputado por el Frente de Todos, ganó la banca, pero renunció antes de asumir. Sin acuerdo por una nueva licencia, dejó el cargo en el equipo del ministro Gabriel Katopodis y volvió a Villa María para terminar su mandato municipal.

–¿Qué significó dejar la Nación y volver al territorio provincial cómo intendente?

–Estoy satisfecho con lo realizado, orgulloso de haber formado parte de un equipo que volvió a darle a la obra pública criterio de transparencia y distribución territorial absolutamente justa. No se consideró el color político de nadie. Se trabajó con todos los sectores, en todas las provincias. En realidad, como secretario de Obras Públicas traté de no irme nunca de Córdoba. Llevamos adelante una agenda que permitió en dos años pasar de una sola obra activa en Córdoba, en diciembre de 2019, a tener más de 500 en cada rincón de la provincia. Entender el lugar que ocupa Córdoba en el contexto nacional, más allá de las palabras, había que materializarlo en hechos.

–Había dicho que seguiría este año en Obras Públicas…

–El Presidente me planteó la posibilidad de continuar. Yo le manifesté el condicionamiento de lograr el consenso para que la prórroga de la licencia se pudiera dar. Tuvimos diálogos y gestiones extraoficiales con todos los sectores. Cuando advertí que no estaban las condiciones, lo hablé con el Presidente y el jefe de gabinete. Mi intención nunca fue renunciar a la intendencia, sino desde aquí contribuir a este proceso de recuperación de la Argentina. Es un cambio de funciones, pero con la misma vocación.

–Partiendo de esta falta de consenso y lo que fue el año electoral, ¿cómo ve al peronismo de Córdoba?

–Respecto a la falta de consenso, no hay que dramatizar. Forma parte de la política. Me hubiera gustado que se alcanzara una perspectiva de lo que significó para los vecinos la tarea que llevamos adelante. Pero doy vuelta la página. Son las reglas del juego. Con respecto al peronismo, ha sido el artífice de un proceso de transformación muy fuerte. José Manuel de la Sota tuvo la capacidad de construir consensos más allá de la fuerza política que conducía. Fue el motor que construyó una marca en Córdoba.

Hoy estamos claramente en una etapa de cambios, porque los dos dirigentes que marcaron la historia del peronismo los últimos 25 años, como De la Sota y Juan Schiaretti, no van a poder participar en la elección que viene. El enorme desafío no es solo construir mayorías, sino replantear acuerdos para generar esa fuerza social capaz de seguir transformando Córdoba.

Es necesario que digamos cómo vamos a conseguir los votos, pero también asumir la agenda para hacer una provincia más equitativa y justa, porque hoy tiene indicadores de pobreza superiores a otros lugares de Argentina. También está lo ambiental, la agenda del agua, de la industria, la producción y la infraestructura. Hay que pensar nuevos desafíos.

Martín Gill, intendente de Villa María.
(Martín Llampayas)

–¿Cómo lo ve a Schiaretti y qué rol debe tener en ese recambio?

–Es un hombre que supo evaluar la marcha de la provincia y tomar decisiones en contextos difíciles. Me parece que lo seguirá haciendo con toda vocación y fuerza hasta su último día de gestión. Creo, sí, que debe darse un debate profundo, abrirse canales de diálogo.

Las distintas expresiones del justicialismo debemos tener la capacidad de hablar entre nosotros y con otros sectores de la vida social y política. Es lo que nos va permitir construir consensos para seguir siendo la herramienta política de transformación. Pero hay muchas cosas para corregir. Abrirse sin temor a las nuevas generaciones que vienen impulsando ser protagonistas de este debate.

Con mucha claridad, considero que los actores más importantes desde lo institucional son los intendentes. Van a ser los grandes protagonistas del tiempo que viene.

–¿Se ve candidato a gobernador en 2023?

–Creo que tengo un rol, un lugar, una trayectoria. Me formé mucho tiempo para ser protagonista de proyectos colectivos, como rector de la Universidad de Villa María, ocupando casi todos los roles en la función pública municipal y las secretarías de las dos áreas más importante que tiene el Estado nacional, como son Educación y Obras Públicas.

Tengo la convicción y firmeza de querer ser protagonista del tiempo que viene. No por ambiciones personales, sino que representamos a un grupo de más de cien intendentes y jefes comunales con los que vinimos trabajando en cada rincón de Córdoba. Colectivamente, queremos ser protagonistas de los debates que vienen. Veremos cuáles son los caminos. Falta mucho tiempo. Hoy mi mirada está puesta en la ciudad, donde tenemos una agenda inmensa, pero también estoy mirando en proyección.

Ya estamos trabajando en consolidar el espacio articulado de los intendentes para ser protagonistas de la Córdoba que viene y la construcción de un país distinto. En un año sin procesos electorales es momento de ser menos mezquinos y más generosos.

–En caso de encabezar un proyecto para 2023, ¿cuál sería el espacio?

–Los espacios políticos, cuando tienen capacidad de construir consensos, derriban muros y permiten los procesos colectivos. Desde el Frente de Todos tuvimos esa experiencia con sectores antagónicos. Aspiro que eso se pueda dar en la provincia. Como secretario de Obras Públicas pude trabajar con intendentes de todos los sectores. Advertí que, a nivel local, hay más acuerdos que diferencias.

Debemos ser capaces de construir estas nuevas alianzas, que seguramente se conformarán este año. No implica abandonar convicciones y trayectos de nadie, sino poner los intereses del conjunto por sobre los que viven de enfrentamientos y divisiones, porque eso les garantiza bancas en un lugar y espacios en otro. Primero, construir un acuerdo.

Después, ser protagonista de los espacios que se convoquen. El justicialismo ha expresado la intención de generar debates internos para lograr sus candidaturas. Habrá que ver si ese es el camino, o es otro.

–En ese contexto, ¿cuál es el camino del Frente de Todos en Córdoba?

-El Frente de Todos es una expresión que representa a sectores políticos y sociales, de los movimientos populares, de la industria, de las pymes, del sistema educativo y de la militancia. Debemos tener la capacidad de sumar y unirnos en una vocación de construcción colectiva. Ser parte de un proceso mayor, un espacio que no solo mire al país, sino a la provincia. No tenemos que ser la “embajada” de Argentina en Córdoba, sino los artífices de construir un proyecto para la provincia.

–¿Su objetivo los próximos dos años será buscar ese consenso?

–Mi agenda en lo personal está puesta ahora en la intendencia, redoblando los esfuerzos como equipo para concretar los objetivos que nos planeamos en una ciudad maravillosa. En segundo lugar, voy a acompañar al conjunto de intendentes de Córdoba en cada una de las gestiones en todos los ámbitos nacionales, para tratar de ser un puente que facilite, como me tocó hacerlo como secretario, porque es una decisión seguir recorriendo cada obra que pudimos hacer como estado nacional en este tiempo en Córdoba.

También recuperar el diálogo institucional con la Provincia como municipio, porque los villamarienses saben que una cosa son las posiciones electorales y otra la gestión. Tengo particular afecto por muchos integrantes del gobierno provincial, con quienes compartí muchísimo este tiempo, y con el propio gobernador.

Ninguna de las diferencias de este tiempo va a obstaculizar el trabajo ni la vocación de consenso. En cuarto lugar, el gran desafío es ser protagonista como espacio en los debates en las definiciones y proyectos que vienen para Córdoba. En ese sentido, todo nuestro esfuerzo y decisión, y toda la experiencia recogida en este tiempo va a estar al servicio de eso.

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