Marcelo Olmedo: No hay exención impositiva ni beneficios que compensen la tragedia de la inflación
Marcelo Olmedo, vicepresidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, y también propietario de una empresa Promedon. Como tantos empresarios, espera con expectativa que llegue el lunes para saber cómo sigue la historia del país.
–¿Qué están esperando para la elección? ¿Qué podría aportarles, sin hablar de candidatos?
–El sector empresario, como mucho de la sociedad, lo que está esperando es un poquito de estabilidad, de reglas, de perspectivas… porque hace dos o tres años que venimos a los tumbos, con parche tras parche. Y cada vez más abajo. Lo que necesitamos es un stop que, aunque no sea brillante, empiece un camino a recorrer que nos lleve a algún lugar. No sé si tenemos enormes expectativas, pero sí esperamos poder tener una mirada de estabilidad, de reglas claras que duren más de una semana. Es imprescindible. Porque el sector productivo, y por supuesto la gente, están sufriendo mucho. Y si me dieras una sola arma, apuntaría contra la inflación. Es el virus más destructivo que tiene nuestra sociedad.
–Ver un camino de solución, que no va a ser mágica.
–Efectivamente. A lo mejor con otros gobiernos pensamos que iba a ver una solución milagrosa y que en un par de meses se resolvería el problema. Ya sabemos que eso no es así. Lo que necesitamos es una tendencia que nos muestre que vamos para el otro lado, porque vamos hacia el camino negativo hace mucho tiempo. Necesitamos que se pueda resolver esto que no nos permite tener precios, competitividad y que lastima el ingreso de todas las personas. No hay exención impositiva ni beneficios que compensen la tragedia de la inflación. Y eso lo vemos no solo en la exportación, sino también en la gente que trabaja en nuestras empresas.
–¿Qué piensan cuando el ministro Massa y el Presidente cargan contra los empresarios por la inflación?
–En el fondo, es un poco de política, porque ellos están absolutamente convencidos de que no es así. Si no, sería cómico pensar que las mismas empresas, que están en otros países del mundo, no producen inflación, pero sí lo hacen en Argentina, donde hay un conjunto de empresarios malévolos a los que les encanta la inflación. Y la inflación, para los empresarios, es dañina. No lo es solo para la gente. Nosotros hoy no tenemos siquiera la capacidad de hacer un presupuesto, que es una herramienta básica de una empresa.
–¿Qué significa hoy un largo plazo para un empresario en Argentina?
–Tenemos que separar dos aspectos. Aquellos que vivimos y estamos conduciendo empresas en Córdoba tenemos una mirada de largo plazo, pero nos aislamos de la coyuntura. Si fuera por la coyuntura económica, por ejemplo en el comercio exterior, las reglas, en los últimos meses, no duran más de una semana. Hoy hay yuanes, mañana dólares, después SIRA, después se planta el verificador de Afip… Una semana en el comercio exterior en Argentina es largo plazo.
SIRA
La deuda por importaciones impagas llegaría a los 40.000 millones de dólares. Es algo que impacta en el mediano plazo en las empresas que han realizado operaciones con el exterior.
–¿Qué pasa si eso no se paga? ¿Cuán grave es la situación?
– En el corto plazo, es caótico. Caótico. Tengo 38 años de empresario en Argentina y nunca vi una situación tan desordenada y tan imprevisible como ahora. ¡Y miren que hemos pasado épocas difíciles! En el corto plazo, diría que no solo la deuda es el problema, sino que perdés sobre el capital más preciado: la confianza de tus proveedores. Trabajaste 30 años para proveer a pedacito de mercado. Primero le dijimos que nos disculparan pero que no se podía pagar por la SIRA, y ahora hay que ofrecerles yuanes. Los tipos ya nos dicen: “Muchas gracias, pero…”. Eso es letal.
–Porque se compite contra el mundo.
–Sí, pero además porque no pueden creer que tengamos problemas de importación. En ningún país latinoamericano pasa. Nosotros tenemos operaciones en muchos países y no tenemos problemas en ninguno. Tenemos que darnos cuenta que es una tragedia lo de Argentina. No solo no poder importar, no solo destruir tu red de proveedores, sino que además le están dejando una bomba de tiempo al que venga. Es dañino de una manera que no sé cómo se va a resolver. Y en el largo plazo, hay que mencionar que Argentina, a pesar del sector agropecuario, es el sexto peor país exportador del mundo. Y en un año que tenemos problemas climáticos no tenemos ni para pagar los insumos médicos. Por eso, si no tenemos una política sustentable que a largo plazo promueva las exportaciones, no hay camino para la sustentabilidad de Argentina.
Dolarización
–¿Qué visión tiene el empresariado, y usted, de la dolarización y de la bimonetarización?
–No sé si hay una opinión conjunta del sector empresario. A nivel personal, creo que son discusiones no profundas. Con qué moneda vamos a trabajar no resuelve el problema de fondo que es cómo logramos un país sustentable. Es mucho más importante cómo vamos a tener una economía sin déficit fisca, que si va a ser bimonetaria o dolarizada. Si no hay un Estado que se acostumbre a gastar lo que tiene, después nos pasa como en la Convertibilidad, que parecía perfecta pero explotó por exceso de gasto. En Argentina, hace 50 años que se gasta más de lo que ingresa. Ahora, ¿cómo se baja el déficit, que no puede ser sacándole la plata a los jubilados? Es bastante más profundo lo que hoy se discute.
–En las empresas, ¿están suponiendo una devaluación importante luego de las elecciones?
–No es una opinión, es un dato: el dólar futuro a diciembre está en $ 500 y en enero, en $ 700. Esto es lo que el mercado cree. Después, cada uno puede opinar lo que le parece. Claramente, es lo que está pasando y hace que no haya producto, no haya precio o haya aumentos. Esa inestabilidad del tipo de cambio es el componente central de muchos costos de la industria.
–Schiaretti dijo que Argentina está al borde de la hiperinflación. ¿Qué escenario ven? ¿Cuál lejos o cerca estamos?
–No soy economista. Pero no sé si 150% no es hiperinflación. Comparativamente… Nosotros tenemos operaciones en Brasil, donde están preocupados por el 5% anual. ¡Los alemanes se querían matar con el 8%! Es semántica la discusión. Sí estamos destruyendo puestos de trabajo y salarios. ¿Puede ser peor? Sí. Pero hoy el problema ya es gravísimo y no hay ninguna medida que vaya a contrarrestar esto. No sé si la emisión es el principal problema que genera la inflación; pero si el Gobierno actual sigue metiendo más plata, esto va a estar cada vez es peor.
–El empresariado de Córdoba es muy activo políticamente, y ha tomado postura en varios temas. ¿Cómo actuará en la nueva etapa que entra el país?
–Ha habido un movimiento que además está representando mucho del interior productivo. En este país el interior tiene fuerte potencia. Claramente, el factor que unifica todo el sector es: “Señores, nos saquemos la mochila que no nos deja producir, que no nos deja generar trabajo”. Y eso tienen que ver con el funcionamiento del Estado… Y las consecuentes cargas tributarias y la inflación, que es un impuesto oculto. Si resolviéramos esto, no necesitaríamos mucho más.
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