Malena Guinzburg: “Me doy cuenta de que si yo disfruto, el público también”
Malena Guinzburg vendrá a Córdoba este sábado con un formato unipersonal en un show al que califica como “de bolsillo” y como una forma de pasar este tensionante momento electoral, este fin de año para el infarto.
“Les garantizo que la van a pasar bien, si no les devolvemos el dinero (risas). En vez de estar diciendo mañana votamos, mañana votamos… por una hora y media se van a distraer de eso”, comenta la actriz y humorista, quien además de este show llamado Querido diario viene girando con Las chicas de la culpa y acaba de estrenar la película Lennons con Gastón Pauls.
Un año muy movido tiene Guinzburg con distintos proyectos en paralelo y con formatos de todo tipo. Algo a lo que muchos humoristas apuntan pero no todos logran sobrellevar.
−Hacés radio, redes, teatro, streaming, ¿cómo te llevas también con los distintos formatos?
−Son formas en las que uno se tiene que adaptar. A mí me encanta probar diferentes cosas, me gusta mucho la radio, la tele y el teatro. Me encantan. Me cuesta más adaptarme a nuevas cosas en las redes y cuando sale una nueva digo “¡uy, la puta madre, otra más!”. Cuando salió TikTok dije no tengo fuerza ya para otra más. Y después dije, bueno, me estoy quedando afuera, lo tengo que hacer. Entonces ahí también empecé a subir en TikTok. Siento que cada vez tengo menos tiempo libre y más cosas. Pero después me gustan los formatos. Me gusta ir coqueteando entre distintos formatos.
−¿Notás diferencia entre los distintos públicos?
−Yo creo que en un punto hay un público que a uno lo sigue, que es hermoso y que es como refiel. Después creo que la tele tiene un público distinto. La verdad, me parece que es el más distinto. La gente que te ve en las redes después te quiere ir a ver al teatro, o la que te ve en el teatro y después te sigue en las redes. También las redes tienen algo internacional en su alcance… Es lo mismo para alguien que está en el Congo que para otro que está en Buenos Aires, o para otro que está en Córdoba o en Chile. Y eso es muy zarpado porque le puede llegar a cualquiera de la misma manera.
−Tenés ahora dos giras diferentes. Una con Las chicas de la culpa y otra con tu unipersonal, ¿cómo te chipeás para ambos shows?
−Creo que con Las chicas es algo más lúdico porque vamos a jugar. De hecho, nunca una función es igual a la otra. Es improvisado. El unipersonal me obliga a otra concentración. Una tiene que ver con la concentración de estar improvisando y que no se te escape nada para tratar de ser rápida, graciosa, darle la pelota a las otras, resistirla. Y en el otro show la concentración pasa por conectar con lo que voy a hacer, algo más introspectivo.
−¿Con qué se va a encontrar la gente en “Querido diario”?
−Básicamente, se van a venir a divertir, eso lo garantizo. Y después va a haber mucha identificación con cualquiera que haya sido adolescente en algún momento de su vida. Eso también lo aseguro. Porque hay algo que me gusta que es leer mis diarios íntimos, con el dramatismo, la exageración adolescente, esa cosa fatalista. Me divierte mucho ese mundo en el que un día amás a uno, al otro día amás al otro con la misma intensidad. Eso me parece hermoso.
−¿Cómo surgió la idea de trabajar con ese material?
−Por un lado, tenía ganas de tener algo mío, mi bolsito para poder llevarlo a cualquier lado, digamos. Vengo trabajando en grupos hace muchísimos años, creo que 15 años desde que empecé a hacer stand-up. Soy muy feliz trabajando en grupo pero sentí la necesidad de tener mi proyecto y de contar lo mío. Yo venía coqueteando con mis diarios íntimos y con una cosa medio retro tanto en mis redes como en Correo no deseado hablaba un poco de eso y sentía que había algo un poco más grande para explorar.
−¿Cómo te sentís estando sola en el escenario? Es un grado de exposición mayor…
−La primera vez que lo hice, y la segunda, y la quinta, y la 18°, tuve mucho cagazo. Primero me pregunto si alguien me va a querer venir a ver. Ese miedo lo tiene cualquiera que hace algo artístico, me parece. Después, una vez que eso ya está y vino gente, el miedo es que no se rían. Yo me propongo, de verdad, disfrutarlo. Me doy cuenta de que si yo lo disfruto, los otros también. Si yo me divierto, si yo estoy presente, si yo me animo a jugar… todo lo que se genera es maravilloso.
−¿Cómo fue tu experiencia en “Lennons”, una película completamente delirante?
−Cuando me llamaron pensé que querían llamar a otra persona. La verdad pensé que no era para mí. Yo siempre con tanta confianza propia. Pero después cuando me confirmaron que sí y que era un delirio de José (Cicala, el director) lo disfruté zarpado. Realmente lo disfruté muchísimo porque era estar en un mundo que era toda una locura. Yo nunca había hecho cine, entonces para mí era todo nuevo y todo lúdico y un equipo zarpado de gente.
−Para cerrar, ¿cómo venís llevando el momento electoral?
−Estoy ansiosa, desesperanzada, con miedo, todo mal. Creo que es muy triste todo. Por eso me parece que la única que nos queda es reírnos.
Para ir a “Querido diario” de Malena Ginzburg
Sábado 18 de noviembre a las 21 en Teatro de la Cañada (Marcelo T. de Alvear 580). Entradas desde 5.500 pesos con cargos incluidos en Edén entradas.
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